HORNETS 101-CAVALIERS 102 / Kevin Love resuelve un sainete

Los Hornets remontan 17 puntos en el último cuarto pero pierden por no cerrar dos rebotes. En el último cuarto los árbitros tomaron una de las decisiones más raras que se recuerdan.

Juanma Rubio
As
Fue un partido divertido… y muy extraño. Los Cavaliers ganaron (101-102) en Charlotte. Siguen sumando, compitiendo con todo a pesar de su plaga de bajas. Todavía sin Darius Garland, su nuevo all star (y sin Lauri Markkanen y, claro, Ricky Rubio y Collin Sexton) sacaron adelante un partido importante y siguen cuartos del Este (32-21), con margen (y 2-1 en el duelo particular) sobre unos Hornets que (28-25) enlazan tres derrotas y son, de repente, novenos en una Conferencia en la que todo cambia en cuanto pestañeas. Los de James Borrego están a un partido y medio del sexto… pero solo tienen ahora tres de ventaja sobre el undécimo, el primero sin play in. Si el vaso está medio vacío medio lleno lo dirán los próximos resultados…

Este, desde luego, escocerá en Carolina. Los Hornets remotaron 17 puntos en el último cuarto. En un tramo de nueve minutos convirtieron un 67-84 en un 101-98, ya dentro del último minuto. Una tremenda reacción liderada por Terry Rozier (24 puntos) y Kelly Oubre (21) que acabó en un desenlace muy amargo para los locales, que perdieron porque no supieron cerrar dos rebotes de ataque. Primero Jarrett Allen puso el 101-100 y después Kevin Love rebañó el fallo de Brandon Goodwin y recibió una falta que los árbitros, tras revisión, consideraron de tiro. El ala-pívot no falló desde la línea de personal y dio la victoria a su equipo (anotó en la segunda parte, además, 22 de sus 25 puntos) porque el alley oop a la desesperada de los Hornets, en el último segundo, quedó en nada.

Un día después de quedarse fuera del All Star (que se jugará en Cleveland, además), Jarrett Allen sumó 29 puntos y 22 rebotes. Evan Mobley acabó con 8+8 y 5 asistencias para un equipo que, es obvio, echa mucho de menos a Garland pero sacó petróleo de Charlotte, donde no brillaron ni Gordon Hayward, ni Miles Bridges ni un LaMelo Ball que acabó con 15 puntos, 3 asistsnecias y un 5/14 en tiros. Después de dejarse remontar, los Cavs sobrevivieron. A sus fallos, a los aciertos de un rival furioso… y a una de las decisiones arbitrales más extrañas de la historia reciente de la NBA, una que los propios árbitros reconocieron nada más acabar el partido como un “fallo” achacado a un “problema de comunicación”. La jugada dio cuatro puntos a los Hornets, que pasaron del -10 al -6 (84-90) a 4:44 del final del partido.

Un ataque de los Hornets pareció terminar (terminó, de hecho) cuando el balón salió del límite de la pista. Eso pitó el árbitro de la línea de fondo. Con el juego ya parado, Terry Rozier lanzó un triple desde la esquina izquierda, pegado al banquillo de los Cavs. Ed Davis, pívot de los visitantes, le rozó en un gesto de broma. Rozier falló el tiro con todos parados. Pero los árbitros no valoraron que el juego se había detenido y castigaron el gesto de Davis dando validez al triple de Rozier, aunque había fallado, y sumando una técnica que dio un tiro libre extra al guard de los Hornets, que firmó una jugada de cuatro puntos que dejó anonadados a todos. Una de las cosas más extrañas que se han visto en la NBA en los últimos años, pero una que quedó finalmente en anécdota porque Kevin Love salvó los muebles para los Cavs en el último segundo. Cosas


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