Haaland y el caso Ronaldinho
En 2003, el Madrid quiso posponer un año el fichaje del brasileño, igual que prefiere ahora con el noruego. El Barcelona tomó ventaja y cambió la tendencia de ambos clubes.
Y es que la táctica del Real Madrid tiene un riesgo evidente: no pelear en el verano de 2022 por el fichaje de Haaland allanaría el camino al resto de equipos que pretenden su contratación, como Barcelona, PSG, Bayern o Manchester City. Si se da esa situación, el club merengue hará un esfuerzo, pero claramente lo hará condicionado por el desembolso que deba hacer por Mbappé, que llegará sin coste de traspaso, pero con una fuerte prima de fichaje. Y Florentino Pérez tiene en el recuerdo una situación similar que desembocó fatalmente para el Madrid.
Fue en el verano de 2003, el año en que Joan Laporta llegó a la presidencia del Barcelona; Florentino llevaba tres años asentado en la del Madrid, en los que había firmado a Figo, a Zidane y a Ronaldo en tres veranos consecutivos, ganando Liga, Champions y Liga, entre otros títulos. Para el verano de 2003, su objetivo estaba claro: David Beckham. Un futbolista no especialmente necesario deportivamente (extremo derecho, la posición en la que jugaba Figo), pero muy rentable en lo económico, capaz de llevar al Madrid a otro nivel en cuestión de mercadotecnia.
Ahí chocó con el Barcelona, pues Laporta llegó a la presidencia del Barcelona prometiendo el fichaje del inglés, pese a saber que ya tenía un acuerdo inicial con el Madrid. “Estaba de vacaciones en Estados Unidos con Victoria, un amigo me llamó y me dijo que había oído que el United había acordado los términos de mi nuevo contrato con el Barcelona, le dije que no era así y entonces volé de vuelta a Londres, hablé con mi agente y le dije que si me iba a ir sería al Real Madrid”, explicó años después el propio Beckham.
Ronaldinho, entre Madrid y Barcelona
Tras el fiasco, el Barcelona se fijó en su segunda opción: Ronaldinho. Pero ahí también aparecería el Madrid para pugnar por el fichaje. De hecho, Florentino contactó rápidamente al presidente del PSG y el acuerdo entre clubes fue sencillo. "Sabemos que el Madrid ha llegado a un acuerdo con el PSG, y que esa es la razón por la cual se ha parado el traspaso al Manchester United (el equipo que primero se interesó por 'Dinho'). Pero el Madrid todavía no se ha dirigido a nosotros y estamos esperando", explicaba a AS ese verano Roberto de Assis, hermano y agente del jugador.
Pero la intención del Madrid de aplazar un año el fichaje lo rompió todo: el club blanco se planteó pagar 35 millones de euros (una oferta 10 millones superior a la del United), pero dejando al jugador en París hasta 2004, cuando se incorporaría al Madrid. Al PSG el plan le parecía perfecto, podía conservar al futbolista un año más de lo previsto, recibía ayuda del Madrid para el pago de su salario e ingresaba una cantidad buenísima. El único disconforme con ese plan era Ronaldinho, que estaba deseando dejar el PSG (no era el club parisino lo que es hoy) para empezar a competir a primer nivel europeo. Ahí apareció el Barcelona para ofrecer un traspaso instantáneo por 25 millones fijos (y 5 por objetivos) que satisfizo a PSG y a Ronaldinho.
El resto es historia. El brasileño fue la piedra angular del nuevo Barcelona, en su primera temporada acabó segundo en Liga (el Madrid fue cuarto), en la segunda se llevó el título de Liga y en la 2005-06 logró un doblete Liga-Champions que se unió a una crisis de resultados importante en el Madrid, que terminó desembocando en la renuncia de Florentino Pérez. La foto de Ronaldinho retirándose entre aplausos durante un Clásico en el Bernabéu que finalizó 0-3 es parte del imaginario colectivo futbolero. Una foto que pudo no suceder, si el Madrid no llega a posponer un año la llegada del brasileño. Todo un aviso pensando en Haaland para el próximo mercado.