Gimnasia fue más sólido y ambicioso, y derrotó al Ciclón por la Copa de la Liga
El equipo de Gorosito se impuso al azulgrana, que jugó con diez todo el segundo tiempo por la expulsión de Gordillo; Tarragona, el único gol de la tarde
Gimnasia sonríe porque suma cuatro puntos de seis y ya se sacó de encima a dos grandes (Racing y San Lorenzo). El Ciclón, en cambio, es un gigantesco signo de interrogación: acumula una unidad y el equipo no arranca.
El primer tiempo resultó apenas discreto. Hubo concentración e intensidad, pero escasearon juego y situaciones de riesgo. Se cuidaron mucho, se animaron poco.
En Gimnasia, durante la etapa inicial, sobresalieron dos futbolistas: Brahian Alemán, importante en la tenencia de la pelota y también el jugador más peligroso (Sebastián Torrico le atajó dos buenos remates de media distancia); y Johan Carbonero, quien fue una amenaza constante a pesar de que no logró concretar todo lo que insinuó.
Lo mejor del partido
En San Lorenzo no se destacó ninguno. El Ciclón no tuvo puntos altos en la primera parte y eso provocó que el conjunto de Troglio fuese un equipo sin brillo. Sin rebeldía. La claridad de Néstor Ortigoza, siempre prolijo, no alcanzó para que la visita pudiese someter a Gimnasia. Al experimentado mediocampista le faltó un ladero que lo ayudara a construir los avances. Nicolás Fernández Mercau y Ricardo Centurión se mostraron contenidos, y eso generó que la pareja ofensiva de Fernández-Bareiro quedara aislada del resto de la estructura.
A los evidentes problemas de San Lorenzo, antes del descanso, se le sumó otro inconveniente: Yeison Gordillo, imprudente desde el comienzo del encuentro, vio la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado.
Si bien el DT del Ciclón intentó reacomodar las piezas con una variante (el ingreso de Malcom Braida por Nicolás Fernández), el elenco de Boedo nunca despegó. Y esa languidez se tradujo en ocasiones de riesgo para el Lobo: Tarragona tuvo tres claras en el primer cuarto de hora del segundo tiempo y en una de esas posibilidades no perdonó. La luchó, se ganó el espacio y sacó un remate potente que se incrustó en el ángulo. Explosión en el Bosque y 1-0 para Gimnasia.
En el otro arco, mientras tanto, sucedía poco y nada. Apenas una definición de Federico Gattoni, tras un tiro libre, pero el tiro del defensor salió al medio y lo tapó Rodrigo Rey. No más que eso. Las grandes emociones estuvieron en la valla de Torrico; el arquero de San Lorenzo, de hecho, se convirtió en frontón e impidió que el local ampliara la ventaja.
Durante el tramo final del partido no ocurrió demasiado. El Lobo conservó el orden, el Ciclón jamás halló los caminos y los últimos minutos transcurrieron sin situaciones de peligro. Gimnasia se adueñó de la pelota, la cuidó y esperó a que se esfumara el tiempo. San Lorenzo, pura impotencia, fue incapaz de reaccionar. Ni siquiera enjundia mostró el equipo de Troglio, que en el inicio de la Copa de la Liga sumó un punto de seis posibles.
En el Tripero la historia es diferente. Exhibió una evolución notoria, ganó con justicia y acumula cuatro unidades tras jugar ante dos grandes (había igualado con Racing como visitante). En el encuentro de los ídolos cruzados, ganó Gorosito y entonces –en este mundo del revés– ganó el Lobo.