Estudiantes fue más efectivo y festejó en el comienzo de la Copa de la Liga 2022
El equipo de Zielinski se impuso en el debut de Eduardo Domínguez en el Rojo; Boselli y Rogel anotaron para el local; descontó Laso
Fricción, imprecisión, pérdida. Esta secuencia se repitió durante todo el primer tiempo y el resultado fue un trámite trabado y casi sin situaciones de riesgo. Los generadores de juego no gravitaron, el mal estado del campo no ayudó y el partido fue deslucido y opaco.
En Independiente Alan Soñora, Andrés Roa y Gastón Togni participaron poco y esto provocó que Leandro Fernández, el único punta, quedara aislado del resto del equipo. Del otro lado, algo parecido: Fernando Zuqui, Manuel Castro y Gustavo Del Prete nunca alimentaron a la pareja ofensiva que conformaron Boselli y Leandro Díaz. Justamente este dúo fabricó la mejor ocasión del capítulo inicial. La única, en realidad: asistencia profunda de Boselli, definición de Díaz y muy buena respuesta del arquero Sebastián Sosa, que salió rápido y salvó al Rojo.
Esa asociación entre los delanteros del Pincha, justo un minuto antes del descanso, resultó un oasis. Todo lo que sucedió antes tuvo un denominador común: la desprolijidad. Los sistemas defensivos superaron con amplitud a los ataques y la pelota pasó de un lado a otro sin hallar un futbolista que la tratara con cariño. Que la cuidara un poco.
Lo mejor del encuentro
La segunda etapa comenzó con una tónica bien diferente. Opuesta. De las defensas sólidas a los ataques voraces. De la escasez de emociones a los tres goles en un cuarto de hora. Así de cambiante.
Estudiantes golpeó en la primera. Castro, que pasó a la izquierda, envió un centro punzante y Boselli cabeceó con justeza para el 1-0. Para volver con gol. Para ensanchar la historia de amor.
Independiente respondió rápido, pero el cabezazo de Juan Manuel Insaurralde salió apenas por encima del travesaño. La contundencia que no mostró el Rojo, sí la exhibió el Pincha que enseguida estampó el 2-0, tras un tiro libre de Zuqui y un buen anticipo aéreo de Rogel.
Cuando parecía que el conjunto de Domínguez estaba aturdido por los dos sopapos recibidos, reaccionó y casi lo empata en una ráfaga. Primero descontó a través de Laso, quien definió cruzado para el 1-2 luego de un tiro de esquina y una serie de rebotes, y unos instantes después estuvo cerca de igualar el marcador (Mariano Andújar le tapó el mano a mano a Fernández).
El despertar del elenco de Avellaneda coincidió con la entrada de Damián Batallini, quien le aportó juego y empuje a un equipo que en ningún momento se sintió cómodo en el encuentro. De hecho, ni siquiera en el tramo final, cuando Estudiantes se replegó, Independiente encontró recursos como para inquietarlo. Al buen ingreso de Batallini (tuvo una clara en el cierre y atajó Andújar) le faltó un socio, alguien que acompañara su enjundia.
El Rojo –que hizo poco– se quedó sin nada. El Pincha, es cierto, se quedó con una recompensa demasiado grande para lo que fue su producción. Premio a su contundencia: dispuso de pocas ocasiones, metió dos y sumó de a tres. Noche perfecta para Estudiantes, que homenajeó a Carlos Salvador Bilardo y estrenó su marca deportiva propia de manera oficial. Ganó el León y Ruge media ciudad de La Plata.