Estudiantes: el plan global detrás del buen presente futbolístico, que corre los límites y derriba paradigmas
Si bien a fines de 2021 el equipo selló su regreso a la Libertadores y comenzó este año con dos triunfos, la gran evolución es institucional; el trinomio que lo convierte en un club de vanguardia
Los estadios de fútbol se abren al público cada 14 días. Para vestir a un plantel profesional hay que aceptar lo que ofrecen las grandes empresas de indumentaria. En determinado momento, el futbolista debe elegir entre el deporte y el estudio. Tres máximas que Estudiantes se animó a modificar. UNO, la cancha inaugurada a fines de 2019, tiene movimiento a diario. Hace algunas semanas la institución platense presentó a Ruge, su propia marca. Y, desde hace años, el Pincha cuenta con una escuela gratuita para sus jugadores y además ofrece posibilidades para que los chicos continúen su formación después de la secundaria.
Correr los límites y derribar paradigmas; eso se propusieron los dirigentes albirrojos. Estudiantes no tiene la etiqueta de “club grande”, pero se esfuerza para ser un gran club. “Lo que nos propusimos desde la primera gestión de Sebastián (Verón) fue honrar el legado de los fundadores y de aquellos dirigentes que tuvieron visión de futuro. Por eso siempre estamos pensando cosas nuevas que impacten positivamente: que nos modernicen y nos hagan crecer. Esto nos llevó a ser pioneros en algunas cuestiones”, le explica a LA NACIÓN el presidente del Pincha, Martín Gorostegui.
Más allá de lo que pase en el futuro inmediato con la participación local e internacional del equipo de Ricardo Zielisnki, Estudiantes evolucionó desde su estructura global. Y lo sorprendente es que lo hizo con ideas llamativas, inéditas para el fútbol argentino. “UNO se convirtió en un polo de entretenimiento de la ciudad, estamos convencidos de que Ruge llegó para quedarse y el proyecto educativo es un honor para todo el club”, afirma el presidente Gorostegui.
Un estadio para todos los días
“Queremos que nuestra cancha sea un punto de encuentro y que esté abierta todos los días”, repetía Juan Sebastián Verón hace algunos años, cuando Estudiantes soñaba con recuperar su lugar en el mundo: 1 entre 55 y 57 de La Plata, claro. Ese anhelo con aires de utopía hoy es una realidad. El estadio del Pincha no descansa. ¡Abre de lunes a domingo! Cuenta con un patio de comidas debajo de una de las tribunas y también posee un restaurante prácticamente sobre la línea de cal, a metros del campo de juego.
“La idea fue lograr un estadio multipropósito, abierto y con vida permanente. Por suerte lo conseguimos y UNO pasó a ser una atracción turística más del circuito de la ciudad. Te da la posibilidad de almorzar o cenar en un entorno único; es ir a comer, literalmente, entre cuatro tribunas. La verdad es que viene a conocerlo gente que no es de La Plata y cada dos por tres hay algún extranjero”, afirma Juan Prates, Vicepresidente 2° del club, y agrega: “Tenemos dos públicos bien marcados: nuestros hinchas que se sienten cómodos y felices comiendo en la cancha, y los futboleros de otros equipos que vienen especialmente porque les parece un espacio curioso y lo quieren experimentar”.
Estas dos propuestas gastronómicas le permiten al Pincha cubrir todo el gasto operativo que representa abrir el estadio a diario (sueldos, servicios, materia prima, mantenimiento) y además le deja un superávit. Estudiantes gana dinero con su cancha.
Otras características de UNO: museo interactivo; espacio exclusivo para esports (con las consolas y todo el equipamiento); wifi para 40 mil personas; primera instalación deportiva del planeta en recibir la certificación ambiental EDGE del Banco Mundial (se usa energía solar, energía eólica y el agua de lluvia para riego); ingreso con código QR; sistema de drenaje moderno (en enero se jugaron cuatro partidos en 26 horas, bajo un diluvio); primer estadio de la Argentina cien por ciento led; campo de juego híbrido (a pesar de que a priori es un aspecto positivo, el césped se vio en muy mal estado hace una semana y sin dudas es un ítem a corregir).
La marca deportiva propia
El Pincha es el único club de primera división que tiene como sponsor técnico una marca propia. Se trata de Ruge, otro de los proyectos novedosos que lanzó Estudiantes en el último tiempo. La institución platense sentía que, con las empresas internacionales, era un cliente más y ahora pasó a ser el cliente de honor. Puede supervisar todo el proceso de producción y la proyección que hicieron los directivos es que –de mínima– se recaudará el triple que con las últimas marcas que vistieron al equipo profesional.
“Realmente es muy beneficioso para el club: obtenemos la misma cantidad de prendas que nos ofrecían otros sponsors técnicos y, además y acá radica la gran diferencia, recibimos un porcentaje alto de regalías desde la primera venta”, detalla Martín Carbonari, Director de Ruge, y añade: “En esta primera etapa nuestra marca viste a la reserva, a la primera y al fútbol femenino; pero el objetivo es que, en poco tiempo, todos los deportistas estén representados bajo los mismos parámetros de estilo y diseño”.
Antes de definir los modelos, el club realizó un relevamiento de toda la indumentaria que utilizó Estudiantes a lo largo de su historia. Un dato importante: las nuevas camisetas cuestan 7.590 pesos, un precio más económico que aquellas que venden instituciones de una envergadura similar.
Algunas particularidades más de Ruge: las camisetas se confeccionan en los mismos talleres en los que se fabrican las de Boca y River; se trata de una producción nacional (apostar por la industria argentina fue una de las premisas de la flamante firma); Estudiantes se ahorra varios pasos que con empresas extranjeras demoran mucho; el equipo de diseño cuenta con profesionales que son hinchas (conocen historia, esencia y valores); la marca trascenderá la barrera del fútbol y confeccionará indumentaria deportiva sin el escudo del club.
El inédito proyecto educativo
La institución platense se transformó en el primer equipo de fútbol de América Latina en tener una escuela gratuita para sus futbolistas. Además, el Pincha ofrece cuatro alternativas sin costo para todos sus deportistas que quieran continuar su formación luego de la secundaria: una carrera terciaria (Tecnicatura Superior en Prácticas Deportivas) y tres oficios digitales (Programador Web, Community Manager y Venta Digital).
“Cuando empezamos con el proyecto nos miraban de reojo porque la educación y el fútbol eran dos cuestiones antagónicas. Antes iban por caminos separados, pero en el último tiempo hubo madres y padres que nos eligieron por el tema del colegio”, asegura Sebastián Turner, Coordinador de Educación y Deporte de Estudiantes, y agrega: “Los chicos tienen el derecho a estudiar y el club tiene la responsabilidad de cumplirlo. De lo contrario, lo único que hacemos es venderles la ilusión de llegar a primera. De 100 chicos, tarde o temprano, 99 quedan libres y nosotros sentimos que tenemos que brindarles algo más. El fútbol es una picadora de carne y nosotros queremos apartarnos de esa dinámica”.
Y pronto habrá más novedades: el Pincha está por cerrar un convenio para que los empleados (más de 700) y sus hijos puedan realizar carreras universitarias de forma gratuita. “La intención es avanzar y que toda la comunidad de Estudiantes pueda continuar su formación sin pagar. La idea es que jueguen o trabajen, y que además puedan seguir sus estudios personales”, anticipa Turner.
Otros datos del proyecto educativo: para jugar en las divisiones inferiores albirrojas, estudiar es una obligación; desde 2015 el club platense entregó 280 títulos secundarios a futbolistas (varios de estos jugadores ya debutaron en primera); todo el plantel actual de reserva está integrado por egresados de la escuela propia.