Dudas y una certeza: Cristiano
Respiró el Atleti justo cuando más lo necesitaba. El fin de semana, en Pamplona, sacar la cabeza en la crisis, recuperar su esencia, espantar las dudas cuando vuelve la Champions, estos octavos que tanto le costó alcanzar ya. Recibe al Manchester United, un equipo con un camino gemelar por la temporada 2021-22, lleno de grandes futbolistas que no termina de arrancar (sigue el partido en directo en AS.com). No enlaza tres victorias desde diciembre, la estabilidad para mirar arriba en la Premier (4º, con 46 puntos, a 17 del City, el líder). Crisis de resultados, de vestuario y una certeza: que en el equipo de Rangnick viaja una bestia negra, un futbolista que, aunque sólo sume un gol en 2022, uno en los últimos ocho encuentros, le ha hecho al Atleti 25 en 35 partidos (0,70 de media). Es Cristiano Ronaldo. Desde que se fue del Madrid (22 goles a los rojiblancos) sólo regresó al Metropolitano una vez con otra camiseta. La de la Juve, también en unos octavos. La ida, en Madrid, fue inofensivo, transparente. En la vuelta se lo cobró. Tres goles y los rojiblancos a la cuneta en la competición.
Nada hace más favorito al Cholo que no serlo. Al menos así ha sido durante una década, sobre todo en las noches como ésta, noches grandes, noches de puño en la mesa, el the champiooons ahí. Pero esta temporada nada de lo que ha sido parece ya ser. El último campeón de LaLiga, reforzado con Grizi y De Paul, despeñado, con números de los tiempos preCholo, nunca vistos con el argentino. 42 de 75 puntos posibles en Liga. 34 goles encajados (nunca tantos). Falta de contundencia crónica, falta de solidez, agujeros de gusano en su defensa que se convierten, en cada balón parado o centro lateral, en autovías rápidas hacia el Oblak más humano, que milagros de antes solo en Oporto y poco más.
Pero en Pamplona dejó su portería a cero, algo desde el 6 de enero no sucedía (Copa, Majadahonda). Recuperó esencia. Mejor defensa, centro del campo (con la entrada de Herrera), agarrado a ese botín que se ha convertido en linterna, el de Ángel Correa. Es la cara de la cruz de Cristiano en 2022: siete tantos ya este año (máximo goleador del equipo, con 12).
A esta ida de octavos llega el Atleti con esa vitamina que llena, incluso, las piernas de Suárez, un golazo desde 40 metros. Esa vitamina que se llama João Félix y para el que, el de hoy, no será un duelo más: se enfrenta al portugués llamado a sustituir, ese Cristiano con el que se comparte representante y aún no llega, todo talento, chispazos que no se mantienen, como estrellas fugaces. Será titular. O eso parece, por las pruebas del Cholo. Junto a Correa. Por delante de una línea de tres, con Llorente donde hace daño, de interior, donde hace dos años en unos octavos como éstos, a los que el Atleti llegaba igual, con dudas de si entraría en Champions o no, ante el coco de Europa, se hizo héroe. Defensa, la línea de cinco. A la falta de Carrasco (sancionado, primero de los tres partidos), Wass y Cunha, se suma la de Koke, muscular, hace dos días. Griezmann, mientras, está volviendo, aún sin minutos.
Cada error que cometan puede ser una condena. Lo sabe el Cholo sólo al mirar más allá de Cristiano en lo que tiene Rangnick: Rashford y Sancho. El último es, hoy, su mejor jugador, con Pogba. Con solo la baja de Cavani, viejo deseo del Cholo, su idea de juego es clara: presión muy arriba para robar lo más cerca posible de la portería contraria y buscar el gol. Contras rápidas, transiciones, Bruno Fernandes con el periscopio y De Gea, ese portero que fue niño del Calderón, salvando, este año sí, como tantas veces Oblak.