Darder parte LaLiga

Igualó el inspiradísimo canterano del Espanyol el tanto de Rafa Mir. Acabó el Sevilla sin Koundé, expulsado. Martial se fue lesionado. Ocampos tampoco estará ante el Betis.

Iván Molero
As
La sombra del derbi es alargada. Después, porque una buena actuación ante el eterno rival deja su estela, como la del Espanyol en comunión con su grada, que escenificó Darder, brillante contra el Barça y virtuoso, y goleador, de nuevo ante el Sevilla. Y antes, porque recibirán al Betis los hispalenses, el próximo domingo y Zagreb mediante, sin Koundé ni Ocampos, y con la obligación doble de ganar para que la lucha por el título de LaLiga no se escape irremediablemente.

A pesar del agridulce empate, tal es la inercia del Sevilla que incluso de las malas noticias surgen nuevos y mejores comienzos. Ausentes Acuña, Montiel y Rekik, tierno aún Navas, ‘tocado’ pero titular Diego Carlos y con Tecatito en el lateral, a los dos minutos ya amagó con lesionarse Ocampos. Torcedura de tobillo de la que se repuso. No corrió tanta suerte Martial, quien antes de la media hora se dolió de los isquiotibiales y tuvo que pedir el cambio. Entró el Papu Gómez. Y viró el guion del partido.

Bajó a recibir el argentino, a construir y a correr por toda la banda zurda, a recibir faltas, como la que a Raúl de Tomás le valió una amarilla. Parecía reconocerle sus méritos Vicente Moreno, que con el balón parado le acariciaba la cabeza justo –cosas del destino– unos pocos segundos antes de que llegara el 0-1. Envió Fernando un balón largo sobre el Papu, quien dribló a media defensa antes de ponérsela en el segundo palo a Rafa Mir. Remató a placer el cartagenero entre los indecisos Diego López y Cabrera.

Una penalidad más para el Espanyol, acostumbrado ya a sufrir con los centros laterales y a cometer errores individuales que le están costando puntos, derrotas, un 2022 sin una sola victoria. Y ya van camino de marzo. Más de lo mismo. Como la alineación, idéntica a la del derbi salvo en la entrada de Óscar Gil, que venía de cumplir sanción, por Aleix Vidal. Razonable decisión, tras haber acariciado el triunfo ante el Barça. Y que tuvo sus oportunidades.

Antes del 0-1 sevillista, se había aproximado al gol primero Vilhena, muy forzado en su tercera titularidad consecutiva –y la más gaseosa– desde que aterrizó en el mercado invernal, después Darder de cabeza y finalmente entre De Tomás y el propio Vilhena, en una doble ocasión clarísima. Y merodeó el empate en un disparo frontal de Yangel Herrera que se marchó desviada.

Pero llegó en la reanudación, cuando suele el Sevilla cerrar sus partidos y mostrarse infranqueable, la verdadera reacción perica. Manejó los tiempos el Espanyol, elaboró, abrió para que Óscar Gil centrara desde la diestra para que Darder, convertido de repente en un ‘nueve’ de referencia, cabeceara a gol solo ante Koundé.

Pudo completar la remontada Yangel Herrera, quien conectó sin demasiada precisión un centro de RdT, en una acción tan peligrosa como la réplica inmediata de Papu Gómez, quien también envió fuera un remate ante Diego López.

Se endiabló el tramo final cuando, en el 76’, expulsaba González Fuertes con roja directa a Koundé por revolverse ante Puado y asestarle un manotazo. Tuvo acto seguido el 2-1 Raúl de Tomás, en un contraataque letal, tres contra dos, que acabó en córner. Otra tarjeta, en este caso amarilla para Ocampos, supuso que tampoco él podrá actuar contra el Betis, por sanción. Rozó el Espanyol otro añadido calamitoso, en una carrera de En-Nesyri salvada por Diego López y anulada a la postre por fuera de juego.

Sigue sin ganar el Espanyol en este 2022, cierto, pero le ha sacado en casa dos empates consecutivos a Barcelona y Sevilla, igual que meses atrás derrotó al Real Madrid. Un conjunto blanco que ahora se beneficia de la pericia blanquiazul para ampliar su margen en el liderato de LaLiga, seis puntos, a las puertas de un derbi sevillano sin Koundé, Ocampos, con la duda de Martial y con mucha, muchísima pasión.

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