Caso Overmars: las mujeres afectadas destapan su apodo

Amsterdam, AS 

Países Bajos y el fútbol en general están conmocionados por la deriva que está tomando el Caso Overmars. El domingo saltó a la luz el escándalo de los supuestos acosos sexuales del director general del Ajax a compañeras dentro del seno de trabajo del club. Poco a poco se van conociendo más detalle íntimos de estos sucesos. Varias mujeres afectadas hablaron en el medio holandés NRC. El que fuera director deportivo del Ajax tenía un apodo: "El primo cachondo".

Varias de las mujeres que trabajan en el club holandés había recibido fotos de sus parte íntimas. Ellas mismas lo confirmaron, añadiendo que en alguna ocasión esas fotos eran tomadas desde el baño del edificio, el cuál reconocían por los azulejos.

Las afectadas, que quisieron en todo momento guardar el anonimato, dieron más detalles de cómo estaba normalizado el asunto en el club. "Como mujer en el Ajax tienes que tener una doble capa de piel. Si no tienes eso, se vuelve en tu contra", afirma una. Por eso las mujeres dudan en denunciar esta mala conducta. "Es una enorme relación de poder. Si no lo aceptas, te irás muy rápido”, cuenta otra. Una tercera, añade: "El sexismo está en la cultura del club".

Mientras tanto, las consecuencias de este acto aún están por verse. El Ajax tiene previsto iniciar una investigación disciplinaria. Según la KNVB (federación neerlandesa), ya se ha avisado al Instituto de Derecho del Deporte (ISR), que como organismo independiente debe investigar la conducta del directivo caído. El ISR debe recibir ahora el informe oficial.

Según la federaciçon de fútbol, el Ajax, como todas las organizaciones deportivas de los Países Bajos, está obligado a denunciar los casos de conducta impropia como el de Overmars. Además, ayer mismo se supo que el club SV Epe canceló el torneo de Semana Santa que lleva el nombre de Overmars para no manchar su imagen tras lo sucedido.

El caso Overmars acaparó la atención de los medios de todo el mundo. "Su trato con las mujeres fue comidilla en varios departamentos dentro del club durante años. Su apodo era 'primo cachondo' entre algunos empleados. Tres mujeres dicen que él las obligó a mantener esas conversaciones. Algunas estaban confundidos por su comportamiento, no tenían idea de cómo responder a los cumplidos sobre su apariencia o propuestas para tomar una copa", relata NRC.

"Otras mujeres se sintieron obligadas a responder sus mensajes de texto. Quería saber qué estaban haciendo, con quién estaban, qué vestían. Cada vez más convincente. No dudó en enviar fotos de sus genitales", sentencia.