Brasil: Tite, su salida después de Qatar 2022 y qué piensa de jugar dos veces en el año con Argentina
El entrenador confirmó que cerrará su ciclo de seis años tras la cita ecuménica
El estratega abandonará el puesto por varias razones: por un lado, extraña el día a día de entrenar a un equipo. Precisa jugar un partido por semana, y no salir a la cancha cada dos o tres meses, como ocurre con el seleccionado. Por el otro, la última Copa América, que tanto él como su cuerpo técnico y sus futbolistas no querían que se jugara en territorio brasileño, dificultó su relación con los máximos dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Incluso hubo reportes de prensa que hablaron de una eventual salida anticipada del DT, muy querido por los hinchas brasileños.
Tite: “Voy a seguir hasta el Mundial”
Tite, campeón de todo a nivel de clubes, asumió a mediados de junio de 2016 al frente del seleccionado brasileño en reemplazo de Dunga. El objetivo eran los Juegos Olímpicos de Río y, más tarde, el mundial de Rusia en 2018. Su llegada fue un éxito instantáneo: el plantel entendió la idea futbolística en tiempo récord y cambió la fisonomía del equipo. Su progresión fue truncada por Bélgica en el Mundial de Rusia, pero Tite continuó en el cargo. En Qatar tendrá su revancha. La última.
En la entrevista con Globoesporte, el DT contó cuál es el secreto del equipo: una gambeta. “Hay un amague, una gambeta específica: mirar para un lado y mostrar desprecio para el adversario. Sabemos de eso. Así, nuestro consejo es: ¡háganlo!, pero vayan para adelante, hacia el gol”. Esto es, Tite motiva a sus futbolistas a jugar como si estuvieran en la playa. El famoso “jogo bonito”, pero con una orientación específica: atacar, atacar y atacar.
Este “estilo Tite” es el que pregona para sus dirigidos. No se le pasa por la cabeza que la selección brasileña sea uno de esos equipos utilitarios, que dominan a la perfección los momentos del partido. Saben cuándo defender y cuándo atacar, pero no brillan. Tite va por todo: quiere ganar, pero jugando bien. “No quiero vender de cualquier forma. Gané todo en mi carrera, y sólo me falta el Mundial”, recordó.
De cara a la preparación del Scratch para la cita ecuménica que se realizará en Qatar a fines de 2022, Tite protestó por la imposibilidad de medirse en partidos amistosos con rivales europeos (jugarán la Nations League contra otras selecciones de su mismo continente). “Nos encantaría, pero no hay posibilidad”, dijo al ser consultado sobre un eventual partido amistoso con Inglaterra antes del comienzo del Mundial.
Y sobre la chance de medirse dos veces en el año con Argentina (una, por eliminatorias y en territorio neutral, y la otra por un contrato comercial ya firmado), el entrenador brasileño sentenció: “Es contraproducente. No nos traerá ningún beneficio”. Prefiere jugar contra rivales europeos antes que reeditar el clásico de las Américas en la antesala del Mundial.
Más allá de la identificación del hincha con su estilo de juego, o el grado de brillantez alcanzado por el equipo en el último tiempo, los números de Tite al frente del seleccionado brasileño hablan por sí solos: 70 partidos jugados (tercero en la historia, sólo detrás de Mario Zagallo y Carlos Alberto Parreira), con 51 victorias, 14empates y tan sólo cinco caídas, lo que implica una obtención del 79,5% de los puntos en disputa, según informó la agencia AFP. En total, la Brasil de Tite convirtió 144 goles (una media superior a los dos tantos por partido) y sufrió 25 (0,3 por encuentro, lo que da cuenta de la solidez defensiva alcanzada).
De las cinco derrotas, sólo dos fueron en partidos oficiales. Y ambas fueron dolorosas: primero, cayó 2-1 con Bélgica en la ciudad de Kazán, por los cuartos de final del mundial de Rusia. La segunda derrota fue el año pasado ante la Argentina capitaneada por Lionel Messi y dirigida por Lionel Scaloni. Fue 1-0 en el mítico Maracaná, gracias a un gol de Ángel Di María que le valió al equipo albiceleste levantar el trofeo de campeón en la Copa América.