Boca le quedó muy grande a Almend
Tras las discusiones con compañeros y un violento cruce con el técnico, fue apartado. El club no puede permitirse más escándalos, cueste lo que cueste.
"Cerrá el orto que a vos el equipo te lo arman", escucharon varios de sus compañeros antes de intentar calmarlo y de marcarle el tamaño de su inconducta. Eso fue lo que el volante le contestó a Sebastián Battaglia, quien en vano había intentado enderezar algunas malas actitudes de Almendra (discusión con Figal) mandándolo temprano a las duchas.
El resultado: la calentura infernal de Battaglia, que lo separó del plantel: "Es él o yo, no lo quiero ver más". El DT fue bancado por los referentes y también por el Consejo de Fútbol, a esta altura harto de lidiar con un chico que está más para jugar en el barro (como se lo vio con Marcos Rojo, su protector y paraguas en el grupo) que para cruzar el charco. No por condiciones, está claro, pero entre esas condiciones la cabeza ocupa un lugar fundamental, lo mismo la educación, y un tipo incapaz de respetar a sus compañeros y a la autoridad es un problema que nadie quiere comprar.
¿Cómo se explica esta actitud de Almendra? Pese a que Battaglia fue uno de los que más lo bancaron, y su resurrección y su mejor momento en el club llegaron de su mano, hace tiempo que el volante está disconforme. Ya había tenido una discusión con el entrenador por el puesto en el que lo ubicaba (volante por derecha, cuando él se siente más cómodo sobre la izquierda), la lesión lo apartó del equipo titular y encima se sumó competencia: a Ramírez, que ya estaba, se le agregó ahora Oscar Romero. Con el paraguayo jugando por izquierda y el Pulpo González por derecha, Almendra había arrancado la práctica de este lunes en el tercer equipo para una competencia como la Copa Argentina que no es precisamente prioridad este año. Si además venía de quedar fuera del banco el sábado, contra Independiente, puede explicarse por allí la reacción. Explicarse, nunca justificarse. Nadie, ningún nombre está por encima de Boca. Ni Riquelme, con todo lo que significa ser el mayor ídolo de la historia.
Almendra no debería jugar más en Boca. ¿Supone esto un daño económico para para club? Sí, sin dudas. Pero el daño a la imagen es más grave. Hay un patrón que se repite lamentablemente, que trasciende las épocas, y es el del escándalo público. Llegó la hora de hacer un punto y aparte.
Un asterisco final: habría que ver cuántos dentro del grupo piensan lo mismo que Almendra (que el técnico es cuanto menos permeable a ciertas opiniones del Consejo). Si la suya es una voz disonante o refleja lo que varios piensan y no se animan a decir. Pero ésa es otra historia.