BARCELONA 4- ATLÉTICO 2 Catarsis en el Camp Nou

El Barça desbanca al Atleti de la zona Champions en un partido que recordó a los de los 90. Simeone aceptó el reto de Xavi y fracasó. Alves, expulsado.

Santi Giménez
As
El Barça de Xavi experimentó finalmente la catarsis que necesitaba en un partido frenético ante el Atlético de Madrid que ganó por 4-2 en inferioridad y que rememoró los duelos clásicos entre ambos equipos. Alves, héroe y villano en el mismo partido acabó siendo más decisivo a favor de su equipo que en contra cuando dejó a su equipo con uno menos ante el asedio de un Atlético que, de nuevo, no supo mandar en un partido. Después de tanta polémica sobre los estilos, sorprendió que Xavi llevara a Simeone a su terreno durante tantos minutos y el Barça, que acabó defendiéndose mejor con diez que con once, ya está en zona Champions.

Durante demasiado tiempo, los partidos entre el Barcelona y el Atlético que durante mucho tiempo fueron sinónimo de adrenalina pura, goles, remontadas y guión loco, se habían convertido en una partida de ajedrez en la que se ejercía el imperio de la guerra de trincheras. Lo que antaño fue un duelo que se decidía en base a las reglas de Tennyson en la épica de la carga de Balaclava pasó a ser un peñazo de estrategia diplomática. Todo ello saltó por los aires nada más se puso el balón en juego y el Camp Nou revivió una primera parte que recordó a los partidos entre Barça y Atlético de toda la vida.

Llegaba el duelo con el desafío de Simeone a Xavi a cuenta del estilo y las críticas de la manera de jugar, pero de entrada el Barcelona, no se sabe muy bien por qué, llevó al rival a su terreno. Puede que influyera que el Atlético marcara primero en su primera aproximación al área blaugrana. De nuevo Ter Stegen se comía el primer balón que le chutaban entre los tres palos en la primera intervención de Suárez en su retorno ovacionado al Camp Nou. El uruguayo se desmarcó y asistió a Carrasco, que fusiló a Ter Stegen. El belga es el gran tapado de estos partidos en los que se habla de todo el mundo menos de él.

En otro tiempo reciente, este gol daría el partido por liquidado, pero el Barcelona, con un Alves desatado en la posición de mediocentro y un Adama que torturaba a Hermoso tuvo una reacción furibunda.

Jordi Alba, que en el gol de Carrasco no estuvo demasiado fino, se hizo perdonar los pecados con un majestuoso gol a centro delicioso de Alves dos minutos después del tanto visitante. El partido entró en una fase frenética que se echaba de menos en los duelos entre estos equipos.

Adama siguió percutiendo en plan Jonah Lomu por su banda y a un centro suyo respondió Gavi con el segundo tanto del Barcelona. Oblak, un seguro de vida estos años, encajaba el segundo gol en el segundo disparo del Barça entre los tres palos.

El Atlético se veía sometido por el Barcelona, al que le faltaba la pausa y que aceptaba el duelo a campo abierto. Savic estuvo a punto de hacer sangrar a los blaugrana en el remate de un saque de esquina. Ambos equipos, tienen debilidad en las jugadas a balón parado. Nada nuevo e el Barça, pero sorprendente en el Atlético, que dos minutos antes del descanso se dejó rematar hasta tres veces por el Barça una falta lateral sacada de nuevo por un Alves que realizó una primera parte catedralicia. Piqué cabeceó al larguero, Ferran fallño en su remate acrobático y fue Araújo el que definió el 3-1 con el que acabó la primera parte. Era la primera vez Barça marcaba tres goles en una primera mitad en todo el curso..

Simeone dio entrada en el descanso a Wass, que debutaba, por Vrsajlko en un inicio de calmar el partido, pero Dani Alves no estaba para contemporizar y a los cinco minutos de la segunda parte el lateral de 38 años años culminó su recital de la primera parte con un golazo que coronaba una jugada tremenda del Barça.

A Simeone no le quedaba otra que cambiar el plan de nuevo y dio entrada a Cunha, Rienildo y Correa por Lemar, Joāo Félix y Hermoso. Los cambios dieron carrete al Atlético y dejaron al Barça descolocado. Tanto, que al minuto, el Atlético marcó el segundo gracias a una acción de oportunismo de Suárez que el uruguayo no celebró. Con 4-2 el Atlético ponía a prueba la asignatura pendiente del Barça: cerrar los partidos.

Xavi, ante esta tesitura, se la jugó al desafío y sacó a Aubameyang, pero el partido era del Atlético. El Barça necesitaba más control que amenaza y por eso Xavi sacó a Nico por Pedri. O el Barça pasaba a guardar el balón o iba camino de sufrir un calvario en la última media hora que se complicó con la roja que vio Alves tras revisión del VAR a una entrada del brasileño a Carrasco. El mejor jugador del partido estropeaba la que había sido hasta el momento una actuación sensacional.

Con diez jugadores (uno de ellos, Dest, que entró por Gavi) al Barça se le planteaba un drama que iba a depender de como quisiera apretar el acelerador el Atlético. El partido ya era un manojo de nervios que entró en el terreno de piel quemada. Cualquier lance escocía y el único que parecía saber que se tenía que hacer era Nico, que aparecía para oxigenar cualquier acción de emergencia.

Al Atlético le faltó pausa o locura para tratar de repetir la remontada ante el Valencia y el Barça acabó sufriendo menos de lo que se imaginaba. Ya están en Champions.


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