VALENCIA 1 - SEVILLA 1 / El aspirante toca hueso

El Sevilla se queda a cuatro puntos del liderato pese a que se adelantó en el marcador con un autogol de Diakhaby. Guedes empató al filo del descanso y Gayà fue expulsado en el 88'.

Conrado Valle
As
EI Sevilla ha llegado a un nivel de exigencia que sumar un punto en Mestalla le sabe a poco. Es lo que tiene pelear por un título, que no puedes fallar ni ante los clásicos. O quizás es que el Valencia se haya alejado demasiado de ese perfil de rival. Sea como fuere, los hispalenses tocaron hueso en sus aspiraciones y el empate les deja a cuatro del Real Madrid. El Valencia, sin embargo, lo saborea más. Lo suyo es pundonor. Mucho pundonor.

Mestalla fue una coctelera de sensaciones. Sobre todo durante la primera mitad. De primeras, resignación, cuando el Sevilla impuso su sello. Su puesta en escena sí fue de cantidato, de tener un plantillón pese a las bajas, cuantiosas y relevantes. Y el gol en propia puerta de Diakhaby aventuraba noche larga para los de Bordalás.

Lo que se veía en esa fase era a un equipo hecho, el Sevilla, claro, aunque quizás pecó en confiarse por su superioridad, y a otro, el Valencia, que era un amasijo (dícese en la RAE: “Masa sin forma definida”). En su afán por cortar su sangría de goles, Bordalás alineó tres centrales (Alderete, Diakhaby y Mosquera), un doble lateral (Thierry y Foulquier), con los cambios otro (Gayà y Lato) y hasta el infortunio de Cillessen hizo que jugaran dos porteros (Jaume Domenech).

Pero de la resignación se pasó a la fe. La provocó un gol de Gayà (anulado) y las inseguridades que transmitía Javi Díaz. Ahí el Valencia demostró que si tuviera la mitad de talento que de amor propio, quizás también sería aspirante a algo.

Bordalás adelantó a Diakhaby y con el 4-4-2, además de orgullo, el Valencia pisó el área, con Guillamón, Gayà y Guedes de referencia. Pero en ese instante de empuje che, Mestalla también sintió miedo: Rafa Mir envió el balón al palo y Rakitic perdonó una ocasión de las que acercan o alejan una Liga.

De hecho, al poco de enviar el croata el balón a las manos de Jaume, los Hombres ‘G’, Guillamón abriendo, Gayà centrando y Guedes remantado, empataron. Ese gol metió tensión a la velada y al descanso se llegó con más tanganas que jugadas.

El paso de los vestuarios trajo la vuelta de Jordán y un partido más pausado. El Sevilla dejó de su suerte a la velocidad de su contragolpe. Pero el Valencia tampoco perdió la cabeza por tener el balón. Así que los minutos pasaron con poco juego en las áreas.

Las ocasiones brillaron menos que durante la primera mitad y la más clara la tuvo Tecatito, que se empachó de balón en su intento de vaselina a Jaume. Pero el Sevilla ni tan siquiera se aprovechó de la expulsión de Gayà en el 88', Ahí le faltó hambre a los de Lopetegui, que desde su habitación del hotel estaría desgañitándose por lo poco que mordieron los suyos en la recta final. Reparto de puntos. Fue justo.

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