Una noche de inflexión

El Atlético remontó un partido que perdía 0-2 al descanso. Mostró carácter, unidad, fortaleza y un orgullo desaparecido en las últimas fechas. Simeone, éxito en los cambios.

Sergio Picos
As
El Atlético vivió una noche épica. Se enfrentó a la Ley de Murphy, esa que dice que si algo puede salir mal saldrá mal, y fue capaz de resurgir en su peor momento y dar la vuelta a un partido contra el Valencia que en el descanso hundía al equipo y encaminaba la octava derrota en 13 partidos. Simeone y sus jugadores charlaron en la caseta, el técnico reconocía que se recordaron las bases que habían hecho crecer al Atlético y que se puso una premisa para la segunda mitad: ‘Si hay que perder, que sea con orgullo’.

Y el equipo fue otro. Si en la primera mitad nada había cambiado respecto a las dos últimas derrotas, con errores graves en defensa, un juego plomizo, falta de intensidad y de capacidad de reacción, en la segunda pudo verse a otro Atlético. Ese que por lo menos compite, gana duelos, es intenso, muerde en la recuperación y busca hacer daño por los costados para encaminarse al gol. La necesidad obligó a recuperar las bases del cholismo. Simeone movió el banquillo, realizó cambios arriesgados y criticados por la propia grada, como dar entrada a Felipe, muy lejos de su mejor versión y quitar a un João Félix que era uno de los jugadores que más lo estaba intentando.

Pero, ese cambio a priori defensivo, modificó el esquema del equipo, situó una línea de tres centrales, liberó a Hermoso hacia la izquierda, dio comodidad a Carrasco y provocó un ataque a tumba abierta con Cunha junto a Suárez en la delantera. Carrasco y Correa llegaban desde segunda línea y Giménez y Felipe cerraban la línea defensiva, arriesgando con muchos metros a su espalda ante las intentonas de contraataques del Valencia. El Atlético recuperó también la imagen de unidad en su plantilla, esa que quedó patente en la celebración del tercer gol, con Griezmann saltando al campo para estar con sus compañeros, y vivió un subidón de moral que debe ser un punto de inflexión en esta temporada complicadísima.

Si en Mestalla el Atlético había perdido una ventaja de 1-3 en el descuento (3-3), tuvo una dulce venganza pasando del 1-2 al 3-2 en los tres primeros minutos de añadido. Si ese duelo en la primera vuelta fue un socavón mental para el equipo, la remontada puede ser un momento clave para comenzar a crecer. Ahora llega el parón, tiempo para recuperar jugadores y para reforzarse en el final de mercado. “El equipo sale reforzado, seguimos en la dinámica buena en Liga y nos va a servir para trabajar bien estos días y afrontar el partido contra el Barcelona con mucha ilusión”, confesaba Simeone. Y es que una derrota hubiese dejado dos semanas de trabajo durísimo antes de visitar el Camp Nou.

Giménez también tomaba la palabra para hacer un diagnóstico preciso de las debilidades del equipo en estas últimas semanas y las bases para crecer a partir de esta victoria. “El primer tiempo es lo que no somos y el segundo lo que realmente somos. En el primero se vio un equipo donde desde la intensidad, de ir convencido a terminar las jugadas, no estaba pasando, no lo conseguíamos. En el segundo se ve todo lo contrario ganando duelos, llegando a los balones, sosteniendo los ataques, defendiendo el área. Este es el Atlético que queremos ver (…). Viendo cómo ha ido esta temporada, siento una pequeña relajación con respecto a la anterior. El año pasado mordíamos, en esta se veía un Atlético que entraba al partido sabiendo que hay grandísimos jugadores, pero hay que generar y ser contundente. El año pasado sí ocurría y en esta no, nos relajábamos. Un gran equipo se construye con resultados”.

Y es necesario que el resultado contra el Valencia sirva para hacer clic en la mentalidad del equipo. Los puestos Champions están muy caros, se han escapado las opciones de título más factibles en una semana (Supercopa de España y Copa del Rey) y era fundamental recuperar la senda del triunfo y responder al apoyo de la afición. Después de este parón atípico, ya que los internacionales europeos se quedan trabajando en Madrid, llega el Barcelona y la eliminatoria de octavos de final de la Champions contra el Manchester United está a la vuelta de la esquina. Tiempo para trabajar el sistema defensivo y para recuperar sensaciones. Para el Atlético era vital ganar y aún más de esta forma. Un refuerzo mental para lo que viene, una de esas noches que quedan en la memoria, como reconocía Simeone, y lo que debe ser un punto de inflexión en lo que resta de temporada.

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