Se escapa el City

Chelsea y Liverpool no logran decidir qué equipo debía seguir disputando el título de liga al Manchester City, y el empate en Stamford Bridge permite que los de Guardiola sigan su escapada en solitario.

Xavi Heras
AS
El partido más importante del curso hasta la fecha llegaba en un mal momento para Chelsea y Liverpool. Los primeros perdieron el liderato cayendo ante el West Ham y encadenando una racha de tres empates en sus cuatro últimos partidos. Aquejados por las bajas producidas por el COVID-19, los londinenses perdían comba. Y también a su delantero. Thomas Tuchel dejó a Romelu Lukaku fuera de la convocatoria por la entrevista del belga en Sky Italia en la que se mostró desconforme con el sistema del técnico alemán. Su urgencia, de cara al duelo del domingo, era la misma que la de su rival. Los de Anfield venían de sumar un sus dos últimos partidos de liga, y viajaron a la capital inglesa con ausencias importantes. Caoimhin Kelleher entraba en el lugar de Alisson, Ibrahima Konaté en el de Joel Matip… y Pepijn Lijnders se sentó en el banquillo. Jürgen Klopp se quedó en casa después de dar positivo en una prueba de COVID-19.


Que iba a ser un duelo intenso se intuía antes de empezar. A los seis segundos llegó la confirmación, en la primera acción polémica del duelo. Mané saltó con Azpilicueta junto a la banda y golpeó su cara con el brazo. Vio amarilla, aunque los locales pidieron la roja. Fue uno de esos partidos en los que no dejan de pasar cosas. Los dos equipos respondiendo a la acción previa del rival. Así abrió el Liverpool el marcador, con Sadio Mané aprovechando un error de Trevoh Chalobah para abrir el marcador. El décimo gol del diez en la temporada. El primero en diez encuentros. Christian Pulisic gozó anteriormente de una oportunidad similar, quedándose solo en el área tras un mal despeje de Trent Alexander-Arnold. Kelleher, en esta ocasión, se lanzó a sus pies para arrebatarle la pelota.

La iniciativa era local, pero el golpeo lo tuvieron los visitantes. Pese al tanto inicial, fue el Chelsea quien empezó mejor. Suyos fueron los duelos aéreos y los balones divididos. Sin embargo, cuando el Liverpool empezó a discutir este dominio, dobló su ventaja con un gol extraordinario de Mohamed Salah. Otro más. Recibió un balón de Alexander-Arnold al espacio y encaró a Marcos Alonso. Se deshizo del español con un movimiento de hombro. Lo engañó. Le hizo pensar que iría en una dirección y fue por la otra. A Edouard Mendy le ocurrió lo mismo cuando salió a tapar el disparo del egipcio, que marcó por el palo corto. Pudo llegar un tercer tanto, pero Chalobah se desquitó de su error en el primer gol con una acertada entrada a ras de suelo para desbaratar una nueva acción ofensiva de Salah.

Andaba desquiciado el equipo de Thomas Tuchel, que solo logró meterse nuevamente en el partido en el tramo final del primer tiempo. Con estilo y con eficacia. Mateo Kovacic enganchó una volea desde la frontal después de un despeje de Kelleher. El irlandés evitó el tanto de Marcos Alonso en una falta lateral, pero no pudo hacer nada ante el remate del croata. Pulisic, que erró una ocasión clara bien pronto, aprovechó la que tuvo bien tarde. Al borde del descanso. Nadie acertaba a bajar la pelota al césped. Rudiger se adelantó a Salah en la divisoria, Kanté prolongó y Pulisic recibió dentro del área. Sin presión, el estadounidense igualó el marcador. Tablas.

Y vuelta a empezar. Más ritmo. Más velocidad. Más prisa también. Si en el primer tiempo el Liverpool estuvo siempre por detrás de su rival, en cuanto a juego y dominio, en el segundo estuvo más vivo que su oponente. Suyas fueron las primeras ocasiones, las más claras. Salah disparó desde lejos a portería en el 56. Mendy, que también estaba lejos de su meta, pudo desviar la trayectoria de la pelota en el último instante. Luego fue Mané quien puso a prueba a su compatriota después de dos paredes para penetrar desde la izquierda hasta el centro. En el otro fondo, Kelleher sacó una media volea de Pulisic, que fue quien más lo intento en el cuadro local. Creció el Chelsea cuando se hizo con el centro del campo tras la entrada de Jorginho. Marcos Alonso buscó el gol en un libre directo, y Antonio Rüdiger cabeceando un córner ya en el último tramo del partido. Se encendió el duelo. Prendió fuego en los últimos minutos. Un empate era casi tan valioso como una derrota, por lo que ambos conjuntos echaron el resto. Sin miedo a perder, con pavor a no ganar. Un encuentro de liga disfrazado de eliminatoria copera. Una eliminatoria, entre londinenses y liverpulianos, que ganó el Manchester City. La ventaja de los de Pep Guardiola es ahora de diez puntos sobre el Chelsea, que tiene los mismos partidos, y once sobre el Liverpool, que ha jugado un duelo menos.

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