Rodrygo también sabe ser Vinicius
La final de la Supercopa contra el Athletic en Riad empieza a dar dividendos a la apuesta que hicieron en el Bernabéu por el brasileño en junio de 2018.
Mientras Vinicius, como dice Benzema, ha empezado a pensar mejor su juego, a Rodrygo pareciera que le vaya mejor la fórmula inversa, dejarse llevar. Le pasó contra el Athletic, donde se le vio quizá su mejor partido como extremo académico. Incidió, genero dudas a Balenziaga y a sus ayudas, dividió y supo sacar ventaja, como en su asistencia a Modric.
Crecimiento de un futbolista que sigue siendo, aún así, casi un crío. La semana pasada levantó cierta polvareda la multitudinaria fiesta por su 21 cumpleaños pero es que como Vini, Rodrygo necesita a su gente muy cerca. Su padre se fue de gira con él por Estados Unidos cuando hizo su primera pretemporada con el Madrid y su coach personal desde los 13 años se vino con él a Madrid, un papá en el fitness y que durante el confinamiento al inicio de la pandemia le prescribió un ambicioso plan con el que el chico ganó tres kilos de puro músculo. El Madrid desde hace tiempo se venía esperando un partido del brasileño de alto tonelaje. Rodrygo se lo ha dado.
De la final supercopera de Yeda en 2020 salieron Courtois y Fede Valverde reforzadísimos. De esta Supercopa de Riad, casualmente, esos dos de nuevo... más Rodrygo. Carletto, por si acaso, le pedirá más. "No creo que necesite más confianza, le he dado toda la del mundo porque la merece", explicaba anoche el italiano en Riad. "Esta competencia con Asensio le viene bien a los dos y al equipo. Es muy joven, va a mejorar". Si ha empezado la era de un Rodrygo con hechuras de titularísimo, sólo Ancelotti lo sabe.