River: los exjugadores que volvieron con Marcelo Gallardo y cómo les fue (y los que quisieron regresar y no pudieron)
La hipótesis del retorno de Quintero, Mammana y González Pírez abre el juego de las comparaciones: caso por caso, las figuras que el Muñeco les abrió las puertas, aunque sin garantías
Marcelo Gallardo, el entrenador más influyente de nuestro medio y el más ganador de la historia millonaria, también es parte de esta reseña. Sin embargo, más allá del cariño por Núñez, más allá del afecto por haber sido parte de su repertorio, la hipótesis de los regresos no ofrecen garantías. Volver no tiene una relación directa con jugar.
Nadie (ni los más grandes, cracks de otra época) tuvo blindaje en el ciclo que arrancó en 2014. El historial así lo certifica: de hecho, ninguno fue un imprescindible en los retornos a los pasillos más famosos. Un par se destacaron, algunos cumplieron, dejaron una huella o, simplemente, lograron el deseo de retirarse con la banda roja sobre la piel. Gallardo los trató con la misma rigurosidad que al resto. No hubo privilegios. Es más: hasta hubo un par de chispazos inesperados.
Emanuel Mammana (Sochi, de Rusia) y Leandro González Pirez (Inter Miami, de Estados Unidos) están muy cerca de concretar sus arribos, mientras que se sigue negociando por Juan Fernando Quintero: la salida del Shenzhen de China no es sencilla. Si Mammana rescinde con el Zenit de Rusia (el dueño de su pase), llegaría libre. Los demás, podrían sumarse con préstamos por un año, con opciones de compra.
Mammana (25 años) actuó en apenas 36 encuentros en River y se fue a Lyon en 2016. González Pírez (29) jugó en 43 partidos en Núñez y se fue en 2013 a Gante, de Bélgica. Lo de Quintero es más reciente: si bien en buena parte de su historial en River fue suplente, quedó como leyenda por haber marcado el segundo tanto en la final de Madrid. Un golazo al ángulo en el partido de clubes más importante de todos los tiempos. El Muñeco, sin embargo, siempre le exigió algo más, hasta que voló a China.
Los tres quieren volver, más allá del deseo del entrenador. En febrero pasado, cuando regresó Jonatan Maidana -un cacique, que vivió la peor pesadilla y fue parte de los triunfos más resonantes-, el Muñeco dejó una frase que refleja el pensamiento global. “Jonatan se comunicó con nosotros y él es un jugador que aprecio mucho. Es el único jugador (o de los pocos), al que no le puedo cerrar ninguna puerta, él quiere terminar con nosotros y voy a hacer todo para que eso suceda. No le puedo asegurar la titularidad. Está para competir, él sabe que va a venir a competir y yo sé lo que nos puede dar”.
Para el Muñeco, Maidana volvió no solo por afecto, sino porque le vio condiciones -en julio cumplirá 37 años- de líder que exceden el vestuario. Las mantiene: fue decisivo en algunos partidos en el tramo final del exitoso campeonato. Lo mismo ocurrió -más allá de que jugó muy poco-, cuando regresó en 2017 Germán Lux, un arquero de la casa, más allá de que en este período, Armani (y antes, Barovero) se convirtió en el dueño del arco millonario.
Hubo dos casos que brillaron, que salieron muy bien. Dos vueltas mágicas: la de Rodrigo Mora (hasta tuvo partido despedida y se ganó el afecto de la gente de un modo insospechado) y la de Carlos Sánchez. El delantero se fue a Universidad de Chile en la temporada 2013/2014, volvió y ganó todo. Le costó, en un principio, entrar en el corazón del Muñeco: al final, jugó -y ganó- todo lo que pudo.
Lo mismo ocurrió con el Negro Sánchez, en ese período, fue a préstamo a Puebla y cuando se puso la camiseta millonaria otra vez, fue uno de los imprescindibles en la Copa Libertadores 2015.
Algunos caudillos (ídolos, en algún punto), volvieron cerca del retiro o próximos de sus últimos años en la actividad y ofrecieron luces y sombras. Quedó, tal vez, grabado a fuego la nostalgia, por sobre la actualidad. El Muñeco les dio minutos, pero casi nunca decisivos. Pablo Aimar, Javier Saviola, Lucho González, Andrés D’Alessandro... Los dos últimos, tuvieron mayor participación y hasta se dieron el gusto de dar otra vuelta olímpica en el Monumental.
“Hubiese querido tener mucho tiempo más a Gallardo. Le estoy muy agradecido por haberme abierto las puertas de River antes de mi retiro. Es un técnico que maneja grandes valores como la disciplina, la intensidad, la conducta y el respeto. Tiene muchas similitudes a Bielsa, que para mí es el mejor”, contó tiempo atrás D’Alessandro.
Más de una vez, surgieron rumores acerca de ciertos cortocircuitos entre los históricos y el Muñeco. Dijo Saviola, antes del final: “Tuvimos una charla con Gallardo. Había cosas que tenía que dejarlas bien en claro para que no quedaran dando vuelta. No me sentía útil dentro del equipo y tomé la decisión de retirarme. Todavía me quedaba un tiempo para jugar al fútbol y no quería seguir, si no iba a estar feliz”.
Lucho González, uno de los que más jugó, desmintió los vaivenes con su salida. Y advirtió que nadie conserva el blindaje del afecto. “En su momento, él veía que mi rendimiento no era el mismo durante los 90 minutos. Y era verdad. Después de un año me dijo que yo era más importante jugando 20 minutos que 70. Y lo entendí. Me quedé seis meses más y veía que tampoco tenía esos 20 minutos... y a mi edad quería retirarme jugando. No me fui peleado, ni nada”, contó González.
Nicolás Domingo, nacido en Núñez, pasó desapercibido en 2016/2017 (apenas 8 encuentros) y Jorge Moreira jamás encontró su mejor versión (más allá de sus lesiones), desde que regresó a River. Pasó de ser un número 4 imprescindible (con Gallardo) a entrenarse en un costado.
Hay otros casos, como los préstamos, para potenciar la proyección. Los últimos, una doble maravilla: Enzo Fernández y David Martínez explotaron en Defensa y Justicia y hoy son dos piezas indispensables. El defensor llegó a la selección de Paraguay y suele jugar hasta de lateral izquierdo. Enzo se convirtió en una suerte de enganche desde las sombras. Pero son ejemplos concretos: jóvenes promesas que el Muñeco conoce en su desarrollo y que entendió (no siempre le salió bien) que un paso en un club con menor cartel les daría un salto de calidad.
Entre tantas figuras que partieron y que soñaron con pegar la vuelta, solo se mantiene el deseo mutuo con Sebastián Driussi, hoy en Austin FC, de la Major League Soccer de los Estados Unidos. Otros insistieron, pero el Muñeco les cerró las puertas, más allá de que en su momento fueron indispensables en una página de la historia exitosa. Como advirtió el Muñeco: Maidana hay uno solo. En ese deseo y decepción, pasaron (algunos, solo fueron sondeos, rumores...) Pratto, Vangioni, Pisculichi, Mercado, Mayada...
“Quintero está jugando un fenómeno y se está haciendo cargo del juego, que es lo que yo quería de él. Cuando juega, juega a otra cosa y contagia a todos. Nos da un fútbol de alto vuelo”. La frase del Muñeco, referida a Juanfer, en realidad, escondía una crítica: con el exigente entrenador, ni antes ni después, nadie tiene el puesto asegurado. Más allá de que, tiempo atrás, juntos, fueron tan felices.