River: los casos Rollheiser y Angileri y el cambio de paradigma con los jugadores que no renovaron contrato
No viajaron a San Martín de los Andes, donde el plantel se prepara para el exigente 2022
Las continuidades de Angileri y Rolheiser son bien distintas. En el caso del mendocino, se trata de un futbolista con cartel en el mercado internacional. Según su entorno, tuvo dos propuestas concretas para emigrar: una de Fenerbahce (Turquía) y otra de Lazio (Italia). En River, sin embargo, recuerdan una sola oferta: de Olympiakos (Grecia), por 2,2 millones de euros, monto considerado insuficiente por la comisión directiva del club.
Titular para Marcelo Gallardo, su desgarro le quitó minutos en la última parte de 2021. Seguido de cerca por clubes del exterior, el ex lateral de Godoy Cruz tiene una oferta sobre la mesa para continuar ligado al club de Núñez. Según trascendió, la propuesta es que el mendocino integre el segundo bloque de salarios más altos del plantel. Las negociaciones con su agente arrancaron hace varios meses, pero aún no hubo respuesta. En River aseguran que no saben ni siquiera las pretensiones del futbolista.
Angileri tiene 27 años y está en condiciones de negociar con cualquier club que lo pretenda a partir del 30 de junio. Si no hay acuerdo con River, se irá gratis. Según el portal Transfermarkt, que se especializa en los valores de mercado de los futbolistas, la cotización del lateral de River es de 4,3 millones de euros. Y un detalle que lo valoriza aún más es que Angileri cuenta con pasaporte comunitario.
El primer ¿y único? gol de Rollheiser en River
El tema Rollheiser es casi un déja-vu para los dirigentes de River. En 2019, el juvenil estuvo a punto de irse con el pase en su poder al fútbol italiano. Hubo acusaciones cruzadas con su representante, Luis Roldán. Hubiera sido un golpe brutal para las finanzas de River, ya que el currículum de Rollheiser registraba pasos por los seleccionados juveniles e incluso había sido sparring del equipo principal. Además, ya pedía pista en primera y el Muñeco lo tenía en cuenta para el futuro. Al final, Rollheiser estampó la firma y rubricó un convenio de tres años, que se vence en junio de 2022. El problema es que, según dejaron trascender en su entorno, su sueldo es muy bajo en comparación con sus minutos en cancha. Y pretende una mejora sustancial. Por eso no hay arreglo. Aún.
De todas maneras, la voluntad del club es arreglar ambos casos. La decisión de no subirlos al avión que trasladó al plantel a San Martín de los Andes se tomó en acuerdo con Gallardo, a modo de presión para que se sienten a negociar. Por más que no estén en la pretemporada, el cuerpo técnico cuenta con ellos para la triple competencia que se viene desde la segunda semana de febrero (Copa de la Liga, Libertadores y Copa Argentina). Tanto, que Matías Patanian, vicepresidente primero, se quedará en Buenos Aires hasta el jueves para intentar destrabar ambos conflictos y que tanto Rollheiser como Angileri firmen sus nuevos contratos.
El antecedente Vangioni
Si bien hubo 38 futbolistas que emigraron con el pase en su poder durante la gestión D’Onofrio, sólo uno de ellos fue bajado de una pretemporada. Se trata de Leonel Vangioni, que regresará al fútbol argentino durante este mercado de pases para volver a vestir la camiseta de Newell’s. Corría enero de 2016 y el plantel millonario debía viajar a Punta del Este para los trabajos de preparación para el torneo. El lateral izquierdo se negaba a firmar su nuevo contrato. Días después, el Piri terminó viajando a la costa uruguaya: arregló jugar seis meses más hasta el final de su contrato y no renovó a cambio de resignar una deuda que el club mantenía con él. Nunca extendió su vínculo y se fue libre en junio del año siguiente a Milan, de Italia.
La historia de jugadores que se fueron de River sin dejar un peso en la tesorería tiene varios nombres propios. Futbolistas que emigraron en el cénit de sus carreras y que podrían haber renovado sus contratos antes de irse. Sin embargo, si hubieran atado su futuro al de River lo más probable era que no hubieran podido salir al extranjero: el club que los quisiera debería haberlos comprado. Así, sin contrato, se fueron gratis.
El primer caso resonante fue el del uruguayo Carlos Sánchez, quien en pleno pico de rendimiento aceptó una suculenta oferta de Monterrey (México) y llevó su fútbol a tierra azteca. Hoy viste la camiseta de Santos (Brasil) y su nombre ha sonado en varios mercados de pases para volver a River. Otro uruguayo que no arregló un convenio de larga duración y buscó nuevos horizontes deportivos (y económicos) en México fue Camilo Mayada. Había llegado de Danubio (Uruguay) y pasó a San Luis, de México. Fue compañero de Vangioni hasta fines del año pasado en Libertad, de Paraguay, donde permanece.
Los últimos dos nombres con peso propio dejaron River en libertad de acción fueron el colombiano Rafael Santos Borré y Lucas Pratto. En ambos casos, el club de Núñez había hecho una gran inversión para traerlos (el Oso fue el pase más caro de la historia, y un pedido expreso de Gallardo para ganar la Copa Libertadores). El primero se fue en julio a la Bundesliga y viste la camiseta de Eintracht Frankfurt, club que cuando lo presentó informó que llegaba “gratis”: en River aseguran que hubo una indemnización por su salida. El segundo rescindió con el club millonario tras un improductivo préstamo en Holanda y regresó a Vélez, el club donde pasó varios de los mejores años de su carrera deportiva.