¿Qué debemos hacer y qué no con nuestro cepillo de dientes si hemos pasado la COVID-19?
Como las fosas nasales y la boca son los principales emisores de gotículas contagiosas, se debe tirar el cepillo que hayamos usado durante el contagio.
A la hora de gestionar el contagio, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones en lo relativo a la higiene. Concretamente, con el uso del cepillo de dientes. Y es que cuando somos contagiosos, este hecho se produce principalmente por las fosas nasales y la boca. De esta forma, un elemento que nos sirve para liberar de nuestra boca diversas bacterias, se puede convertir en un foco de contagio.
Especialmente importante es tener más cuidado cuando se convive con más gente en el domicilio. Así, es recomendable lavarse las manos, antes y después del cepillado. A su vez, si se puede, se debe evitar que esté en la misma ubicación que el resto de cepillos de la casa (normalmente, todos se suelen colocar dentro de un mismo bote o recipiente). Por tanto, la primera premisa es 'aislarlo' del resto. Tras el cepillado se debe también secar para evitar la humedad y, además, utilizar una pasta de dientes diferente a la del resto de convivientes.
Qué hacer tras la infección
Al igual que cuando hay un cierto desgaste o cuando ha pasado un tiempo, lo más aconsejable es tirar a la basura el cepillo que hayamos empleado durante la infección y sustituirlo por uno nuevo. De esta forma se puede evitar que el resto de convivientes se puedan contagiar. ¿Y en el caso de cepillos eléctricos? Como tirarlos puede no ser lo ideal, en función de su precio, en este caso se puede desinfectar y cambiar el cabezal por uno nuevo.