Ómicron: 5 datos alentadores sobre la nueva variante para el inicio del 2022

La nueva variante del COVID-19 ya está presente en más de 100 países y provoca contagios récord en todo el mundo. Sin embargo, hay indicios prometedores relevados por científicos

Pese a esta mala noticia, hay 5 indicios que pueden ser esperanzadores a futuro para que la situación no empeore y nos permita ser optimistas en plena crisis sanitaria.

Las internaciones en UTI son menores que las que se registraron con Delta (Foto: Franco Fafasuli)
Las internaciones en UTI son menores que las que se registraron con Delta (Foto: Franco Fafasuli)

1. Ómicron tiene un menor riesgo de hospitalización y fallecimiento

Cada vez se suman más estudios científicos y estadísticos sobre esta variante del coronavirus más contagiosa, pero menos letal que el virus original.

Los datos más contundentes provienen de África, donde la variante fue descubierta y donde registró niveles de contagios exponenciales. Allí, médicos de Sudáfrica informaron que los casos de COVID-19 atribuidos a la nueva variante Ómicron muestran en su mayoría síntomas leves. El doctor Unben Pillay, médico general en la provincia Gauteng, donde 81% de los casos nuevos se han reportado, indicó que ha presenciado un rápido aumento en nuevos casos de COVID-19 en los últimos 10 días y que hasta ahora han sido casos muy leves, donde los pacientes muestran signos similares a los de la influenza, tos seca, fiebre, sudores nocturnos y muchos dolores corporales. En general los síntomas son bastante similares a los que provocan las otras variantes, aunque en la mayoría de los casos detectados se ha observado que no presentaban pérdida de gusto ni olfato ni dificultad para respirar.

Pablo Bonvehí, jefe de la Sección Infectología y Control de Infecciones en CEMIC indicó a Infobae que “respecto a los síntomas reportados, se describen como leves. Pero los datos provienen de pacientes jóvenes y esto no refleja el espectro completo de lo que produce esta variante. Se observaron síntomas gripales habituales y leves”. Además, una vez hospitalizadas, las personas infectadas con Ómicron tenían un riesgo reducido de enfermedad grave en comparación con las personas infectadas por Delta.

En Sudáfrica se notifica un 65 % menos de hospitalizaciones; en Escocia, un 60 %; y en Inglaterra, un 40 %. Según un reciente informe del Imperial College de Londres, las personas que contraen Ómicron tienen una menor probabilidad de necesitar atención hospitalaria en comparación con la variante delta. La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, en su informe de evaluación de riesgos para la variante, ya califica de “riesgo relativo moderado” la posibilidad de hospitalización por Ómicron, comparado con delta (aunque admite que todavía no hay datos sobre la gravedad una vez en el hospital o la mortalidad).

Numerosas personas caminan por la Via di Porta Angelica, en el centro de Roma, en plena pandemia. EFE/FABIO FRUSTACI
Numerosas personas caminan por la Via di Porta Angelica, en el centro de Roma, en plena pandemia. EFE/FABIO FRUSTACI

2. En algunos países los casos caen fuertemente

La variante que se esparció ya a más de 100 países en el mundo, registra una disminución en las infecciones diarias. Noruega, Holanda, Bélgica, Alemania, Sudáfrica o Austria ya comenzaron a bajar el número de casos positivos. Si volvemos a observar a Sudáfrica, esta ha tenido un fuerte aumento exponencial acompañada por una caída brusca y rápida.

Pero si nos fijamos en Sudáfrica, el efecto de Ómicron parece más evidente, con un aumento explosivo y exponencial y una caída también parece ser muy rápida. Algunos presagian que se esperan unas cuatro-cinco semanas de subida de casos hasta llegar al máximo y otros tantos días para su bajada, lo que constituye una buena noticia.

La vacunación sigue siendo efectiva para evitar la internaciones y muertes (EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda)
La vacunación sigue siendo efectiva para evitar la internaciones y muertes (EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda)

3. Las vacunas protegen frente a Ómicron

Los infectólogos ya han advertido a la población que quienes tengan 2 dosis de vacuna frente al COVID están protegidas frente a la hospitalización, aunque hayan perdido parte de la protección frente a la hora de contraer la infección. Probablemente esto es debido a que la mayoría de las vacunas proporcionan una respuesta celular que no se ve afectada por esta variante.

Varios estudios científicos demostraron que con el correr de los meses la inmunidad frente al SARS-CoV-2 decrece y la mayoría de los países decidieron aplicar terceras dosis o dosis de refuerzo, según la disposición de cada autoridad sanitaria.

Consultado por Infobae, el médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586) señaló que “en casi todas las vacunas se está viendo que luego de los seis a ocho meses la cantidad de anticuerpos decrece significativamente y podría poner potencialmente en riesgo a la población que no recibió la tercera dosis, por eso deben dársela lo antes posible principalmente estos grupos definidos, que en la Argentina son los mayores de 60″.

La jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Ángela Gentile (MN 49908) coincidió que “se sabe que hay una pérdida del tenor de anticuerpos en las personas vacunadas, pero también que existe la inmunidad celular, que protege de igual manera”. Sin embargo, para ella “eventualmente va a haber que plantearse la necesidad de una dosis de refuerzo”, y agregó: “Si el SARS-CoV-2 se transforma en endémico probablemente necesitemos dosis anuales como ocurre con la influenza”.

COVID-19: pastillas de Merck y Pfizer ya fueron autorizadas en EE.UU. | Reuters
COVID-19: pastillas de Merck y Pfizer ya fueron autorizadas en EE.UU. | Reuters

4. Hay fármacos eficaces contra Ómicron

El año 2021 cerró con dos grandes noticias respecto a antivirales COVID de toma oral. La revista Science presentó en su portada al medicamento Paxlovid, un nuevo antiviral oral, inhibidor de la proteasa viral, con una capacidad de disminuir el riesgo de covid-19 grave en más de un 90 %. Este antiviral ya ha sido aprobado por la FDA. El Paxlovid es un inhibidor de una de las proteasas del SARS-CoV-2, la denominada 3CL. El tratamiento se combina con otro inhibidor de las proteasas, el ritonavir, que ha sido empleado contra el VIH.

La Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) autorizó el 23 de diciembre el uso de molnupiravir, el segundo tratamiento oral aprobado contra el SARS-CoV-2.

Pero todavía hay más. El anticuerpo monoclonal Sotrovimab, de la empresa GSK, también parece que es eficaz contra ómicron. Se trata de un anticuerpo que se une a una zona concreta (epítopo) en el SARS-CoV-2 compartido con el SARS-CoV-1 (el virus que causa el SARS), lo que indica que ese epítopo está muy conservado. Esto dificulta que se desarrollen resistencias en las nuevas variantes.

El medicamento es producido por la empresa MSD, compañía biofarmacéutica estadounidense conocida en Estados Unidos y Canadá como Merck & Co. y Ridgeback Biotherapeutics. La farmacéutica dijo que su píldora mostró una reducción del 30% en las hospitalizaciones y muertes, según datos de más de 1.400 pacientes.

El Remdesivir, un inhibidor de la ARN polimerasa viral, es otro antiviral que en pacientes no hospitalizados con síntomas COVID-19 resultó en un 87 % menos de riesgo de hospitalización o muerte que el placebo. Hasta la fecha, la actividad antiviral de Remdesivir ha sido confirmada in vitro contra todas las otras variantes del SARS-CoV-2, incluyendo alfa, beta, gamma, delta y épsilon.

Un sanitario realiza una prueba PCR a una chica. EFE/ Brais Lorenzo/ Archivo
Un sanitario realiza una prueba PCR a una chica. EFE/ Brais Lorenzo/ Archivo

5. Ómicron infecta menos las células pulmonares

Según experimentos en laboratorio efectuado en modelos celulares y en hámsters, la nueva variante Ómicron se multiplica menos en células pulmonares, lo cual podría ser indicativo de su menor virulencia.

Todavía la situación es muy delicada, sobre todo por el explosivo aumento de casos que están llevando al sistema sanitario al colapso. Si antes 1 de cada 100 casos acababa en el hospital, ahora, gracias a las vacunas, son 1 de cada 1.000, pero si aumenta de manera exponencial el número de casos, las hospitalizaciones también aumentarán y colapsará el sistema, como hemos visto.

Igualmente, los últimos datos científicos son optimistas respecto al desarrollo de la actual pandemia por COVID y frente a la llegada de cada vez más vacunas a quienes las necesitan.

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