NUGGETS 133 - 96 LAKERS / Los Lakers tocan fondo

Sin defensa ni ningún tipo de actitud, los Lakers pierden de 37 puntos en Denver y tocan fondo en una temporada marcada por el ridículo.

Alberto Clemente
As
Las opiniones suelen fluctuar mucho durante una regular season. Las mini rachas en las que se involucran la mayoría de los equipos y la inconsistencia suelen ser el pan de cada día, pero también los alarmismos y, en menor medida, los episodios esperanzadores. Una racha de tres victorias nos hace ver a un equipo en un momento de forma muy positivo, mientras que unas pocas derrotas provocan, rápidamente, el olvido de esos tiempos mejores. Sin embargo, con los Lakers la situación ha dejado de ser una cuestión de momentos; el partido ante lo Nuggets ha sido un punto de inflexión que ha constatado algo que ya estaba de sobra demostrado: los Lakers son muy malos. Y en Colorado, han pasado de perder partidos que tendrían que ganar a sobrepasar la barrera del ridículo.

Los Nuggets han arrollado a los Lakers con una derrota por 37 puntos extraordinaria para ellos, y muy dolorosa para los angelinos. O, al menos, debería serlo, ya que la falta de actitud puede llevarnos a pensar que tanto no les importa lo que está pasando. Los Lakers solo compitieron en el primer cuarto y recibieron, atención, un 51,6% en tiros de campo, 23 triples (en 40 intentos, más del 57%), 57 puntos del banquillo local y 23 tantos en transición. La sorpresa es que se fueran solo 73-60 abajo al descanso tras dos cuartos en los que los Nuggets rozaron el 70% en triples. Además, los angelinos perdieron 10 balones, permitieron una cantidad ingente de tiros liberados, no pudieron proteger la zona y, lo más preocupante, es que en ningún momento consiguieron cambiar de marcha para tirar de un orgullo inexistente o intentar algún tipo de remontada.

Además, los Nuggets atraparon 51 rebotes (10 más que los Lakers) y repartieron 35 asistencias por tan solo 21 de sus rivales. Todos los jugadores visitantes acabaron con un +/- negativo excepto DeAndre Jordan, con minutos intrascendentes (y un +1) y hasta siete jugadores del equipo de Mike Malone anotaron 10 o más puntos. Nikola Jokic lideró la fiesta con 17 puntos, 12 rebotes y 13 asistencias, Jeff Green se fue a 26 tantos (con 10 de 14 en tiros de campo y 4 de 5 en triples), Bones Hyland, desde el banquillo, se fue a un espectacular doble-doble de 27+10... Mike Malone aplaudía sin pudor a sus jugadores y rotó mucho, sin permitir que ninguno de ellos superara la barrera de los 30 minutos, algo innecesario tras empezar el último cuarto con una ventaja de 102-79. Facundo Campazzo se fue a 9 tantos, 3 rebotes y 5 asistencias. Y el jolgorio no fue tan grande como podría haber sido en el pasado. Al fin y al cabo, ganar a los Lakers ya no es para tanto.

En los Lakers, que se llevaron los reproches de Magic Johnson en Twitter, no funcionó absolutamente nada. Apenas un 44% en tiros de campo, 10 de 30 en triples, floja aportación del banquillo y un Frank Vogel que, lejos de ser el problema, tampoco está siendo la solución. LeBron consiguió 25 puntos y 9 rebotes, pero tiró mal (9 de 23 en tiros) y abusó otra vez del triple (2 de 8), algo que ya ha intentado en muchos partidos en los que se pone las pilas en el último cuarto y vuelve a penetrar y a defender. Esta vez, los Lakers no llegaron vivos hasta ese punto, lo que no impidió que El Rey fuera el único jugador de la noche en estar en pista más de 30 minutos. Dwight Howard, que salió de titular, lanzó bien pero fue un ente en la zona. Y Russell Westbrook estuvo mejor en el tiro (19 puntos con 7 de 15), pero...

Los Lakers entran ahora en un periodo de reflexión muy duro. La derrota en un duelo directo como contra los Nuggets les deja cada vez más lejos de evitar el play-in (21-22, otra vez en negativo y a dos partidos de los de Colorado). Y el colchón con el décimo puesto parece suficiente (de 3,5 victorias), pero están muy igualados con Clippers y Wolves, octavos y novenos respectivamente. El 10 de febrero se cierra el mercado de fichajes y los Lakers tienen la necesidad real, ya es una obviedad, de hacer algo. Westbrook está en el punto de mira y su traspaso es harto complicado (por contrato, reputación...), pero nada funciona en el equipo angelino, que ya no tiene ni la excusa de la ausencia de un Anthony Davis que será reevaluado en unos días. Las opciones se esfuman, los mejores de la competición están a años luz y las victorias vienen solo cuando un hombre de 37 años y en su 19ª temporada se pone a hacer heroicidades. Y a veces ni eso. Vanidosos sin motivo y con un equipo plagado de estrellas del pasado, los Lakers parecen haber tocado fondo. Y constatado, si es que no lo habían hecho ya, que no se puede contar con ellos esta temporada. Para nada.

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