La UE acordó que sus ciudadanos viajen sin restricciones pero una decena de países del bloque se rebelan
El objetivo es simplificar las reglas de movilidad durante la pandemia aunque algunas naciones incumplen las recomendaciones consensuadas
El objetivo es simplificar las reglas de movilidad durante la pandemia y que hasta ahora se debían basar en el “mapa semáforo” que elabora el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) en función de criterios epidemiológicos y establece el nivel de riesgo pandémico en cada región.
En concreto, el certificado de vacunación tendrá una validez de nueve meses salvo que la persona reciba una dosis de refuerzo, en cuyo caso se prorrogará de manera indefinida. En cuanto a las pruebas diagnósticas, la PCR se mantendrá en un plazo máximo de 72 horas, mientras que el del test de antígenos se reduce de 48 a 24 horas.
Los ministros de Asuntos Generales de la UE han dado su visto bueno a los cambios que entrarán en vigor a partir del próximo 1 de febrero, si bien se trata de recomendaciones y no de reglas vinculantes para las autoridades nacionales.
Los Estados miembro tienen la competencia del control de sus fronteras, por lo que los gobiernos pueden no seguir estas directrices a pesar de haberlas consensuado a Veintisiete.
De hecho, al menos una decena de países se han alejado ya de las recomendaciones actuales e imponen restricciones adicionales a los viajeros con Certificado Covid de la UE que viajan a su territorio, por ejemplo exigiendo test a los vacunados, entre ellos Francia, Italia, Portugal, Alemania o Países Bajos.
Por eso, la Comisión Europea ha aprovechado la revisión de las recomendaciones para advertir a estos países de que las restricciones adicionales introducidas para frenar el avance de la variante ómicron ya no están justificadas, habida cuenta de que dicha variante está ya ampliamente presente en todos los Estados miembro.
“Pedimos a todos los Estados miembro que apliquen rápidamente las normas comunes para garantizar la coordinación y la claridad para nuestros ciudadanos y viajeros”, ha dicho el comisario de Justicia, Didier Reynders, para reclamar el cumplimiento “sin dilación” de la recomendación revisada.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario responsable de Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, ha insistido por su parte en la necesidad de que se garantice que los europeos vacunados tendrán “más fácil” viajar dentro del territorio comunitario y no tendrán que enfrentarse a restricciones adicionales.
“Las medidas deben ser proporcionadas y los vacunados están mucho mejor protegidos”, ha razonado Sefcovic, en una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros europeos.
En el caso de la validez del certificado de vacunación, que la Comisión Europea ha fijado con el aval de los países en nueve meses si el paciente no cuenta con una dosis de refuerzo, también varios Estados miembro se han apartado de la consigna y reducido el periodo de validez.
Preguntado por este asunto a su llegada a la reunión de ministros europeos, el secretario de Estado para la UE francés y presidente de turno de la UE, Clément Beaune, ha admitido que no se puede “garantizar” que todos los países de la UE vayan a cumplir el “marco europeo”.
Con todo, Beaune ha confiado en que no vayan “más allá” porque el Certificado ya es “estricto y protector” y porque se caería de nuevo en la “fragmentación” dentro de la UE.
El secretario de Estado para la UE español, Pascual Ignacio Navarro Ríos, por su parte, ha considerado un “gran avance” que los 27 revisen las recomendaciones de viaje para adaptarlas a la situación médica del viajero y no al lugar desde el que viaja, al tiempo que ha apuntado que este es el enfoque seguido por España.
Sobre la posibilidad de avanzar hacia una gestión de la pandemia en la que el coronavirus sea considerado como una enfermedad endémica, tal y como sugirió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Navarro Ríos ha apuntado que la reflexión ha llegado ya al seno de la UE pero que aún se encuentra en una fase muy prematura de debate.
“Es un debate que acaba de empezar a nivel de grupos de trabajo, de expertos”, ha indicado el secretario de Estado español a la prensa, para indicar que el debate se ha iniciado “con toda prudencia” y que no se elevará a nivel político hasta que se haya escuchado y analizado las opiniones de los expertos.