La Justicia brasileña archivó la causa por la que Lula fue condenado por corrupción
Sergio Moro, ex ministro de Justicia de Jair Bolsonaro, habría actuado con parcialidad durante el proceso
La magistrada Pollyanna Alves ha dado como bueno el argumento de la Fiscalía de considerar nula la causa por la parcialidad que mostró durante el proceso el que fuera su instructor, el ex juez Sergio Moro, informa Folha de Sao Paulo.
La causa por el apartamento situado en Guarujá, en San Pablo, ya fue anulada por el Tribunal Supremo de Brasil, después de que en junio del año pasado encontrara que Moro, ex ministro de Justicia del presidente, Jair Bolsonaro, habría actuado con parcialidad durante el proceso, que supuso una pena de prisión para Lula en 2017.
Según aquella investigación, considerada ya fraudulenta, el ex presidente Lula se habría dejado corromper por la constructora OAS a cambio de una serie de contratos públicos a través de la estatal Petrobras, según la declaración del antiguo presidente de esta compañía, Léo Pinheiro, quien cumple prisión domiciliaria.
La defensa presentó un recurso de ‘habeas corpus’ para anular ésta y las otras causas por las que Lula había sido condenado por corrupción en el marco de la operación ‘Lava Jato’, alegando que no sólo hubo parcialidad en este caso que instruyó Moro, sino también en los otros dos en los que participó.
La proximidad de Moro con los fiscales del equipo especial ‘Lava Jato’ que se pudo leer en una serie de mensajes filtrados a la prensa brasileña resultaron fundamentales para que la mayoría de los jueces del Tribunal Supremo fallaran a favor de Lula y consideraran que el ex juez no habría actuado con imparcialidad.
A principios de marzo del año pasado, el juez del Supremo Edson Fachin anuló la sentencia de 12 años y un mes de prisión por corrupción y blanqueo de capitales contra Lula que emitió un tribunal de Curitiba al considerar que no contaba con autoridad para hacerlo y que debía ser nuevamente juzgado por un tribunal federal.
Gracias a ello, el ex presidente retomó sus derechos políticos y total libertad para presentarse como hipotética candidato a las presidenciales que tendrán lugar este año y en las cuales, según las encuestas, parte como máximo favorito.
Cabe recordar que cuando Lula ingresó en prisión el 7 de abril de 2018, supuso además su inhabilitación como candidato cuando era el favorito en las sondeos para las presidenciales del 7 de octubre de ese año, en las que finalmente se impuso Bolsonaro, quien designó a Moro como ministro de Justicia.
A pesar de las encuestas positivas, Lula todavía no ha hecho oficial su candidatura, en la que, previsiblemente, tendrá como vicepresidente al que fuera su rival político y antiguo gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, a quien se ha referido como “compañero”.
El ex presidente brasileño ha explicado que esta hipotética candidatura está sujeta a la afiliación de Alckmin a un nuevo partido, un mes después de que pusiera punto y final a su etapa de más de tres décadas en el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
“La candidatura dependerá de si me presento y de la afiliación del compañero Alckmin a un partido adecuado para formar una alianza con el PT (Partido de los Trabajadores), que espero comprenda la necesidad de hacer una alianza”, ha dicho, enfatizando que “si alguien tiene experiencia para vicepresidente ese es Alckmin”.