El último servicio de Luuk
Un gol del neerlandés, que tiene pie y medio fuera del club, y un paradón de Ter Stegen le valen a un Barça casi infantil para empezar el año con victoria.
Salió Xavi a disputar el partido que no quería jugar con una defensa de cuatro centrales en la que el técnico catalán apostó por la capacidad de progresión de Mingueza por su banda natural sacrificando a Araújo como improvisado lateral izquierdo. Todo un acierto para el entrenador barcelonista, porque en la primera parte el uruguayo mantuvo el tipo y Mingueza fue un puñal de centros precisos por la derecha.
Ante las bajas que tenía el equipo blaugrana, le tocó a Frenkie de Jong ser el ancla del equipo sin destacar, dejando aparte que pasó a ser el encargado de sacar los córners como si jugara a bádminton. A su lado, Nico se dejaba la piel como interior y Riqui desaprovechaba la que tenía que ser su oportunidad de oro.
El Barça, que partió con una delantera inimaginable seis meses atrás formada por Jutglà, Ilias y Luuk de Jong dominaba el partido de salida, pero le faltaban referentes para acabar el trabajo. Como ejemplo, valga decir que la primera falta cercana al área de Manolo Reina que comportaba cierto peligro la chutó (dignamente) Gerard Piqué. Por el brazalete y nada más.
Ante el bullicio que aportaban Ilias y Jutglè, que se diluía a la hora de entrar a matar, algo lógico atendiendo a su edad. la responsabilidad de producir en ataque recaía en Luuk de Jong. El holandés a los cuatro minutos intentó su primer disparo, que fue una pifia monumental, pero el tipo es un profesional que contrasta con otros jugadores mejor dotados de la plantilla y que son unos desahogados.
De Jong lo siguió intentando y en un minuto disparó dos veces al poste. Una fue a un pase filtrado de Riqui y el segundo fue un disparo descomunal de chilena que casi tumba el larguero a centro de Mingueza.
Otro se hubiera deprimido, pero Luuk notó que intimidaba a la defensa balear, a la que le ganó la acción en un nuevo centro de Mingueza a los 44 minutos cuando marcó de cabeza ante la salida poco decidida de Reina.
El Mallorca, que perdió a Kubo en los prolegómenos del partido, únicamente creó peligro en la primera parte en los saques de esquina que lograba forzar tras recuperar tras pérdida. Pero el partido parecía controlado por los catalanes.
En el inicio de la segunda parte, el Mallorca enseñó el colmillo y el Barça pareció caer en la trampa de aceptar un partido de ida y vuelta.
El escenario de locura llevó a Luis García Plaza a elevar su apuesta con la entrada de Galarreta y Fer Niño. El Mallorca ponía toda la carne en el asador, una opción que el Barça, viendo el banquillo del que disponía, no podía contemplar con seguridad de éxito. El primer cambio del Barça llegó, en cambio, por unas molestias de Nico, que dejó su puesto a Álvaro Sanz, que debutaba en Primera. Lo mismo pasó con Mingueza, que dejó su sitio a Lenglet.
Xavi, viendo al equipo agotado, hizo debutar a Estanis Pedrola, de 18 años por un Ilias fundido.
A un Barça repleto de niños que hace nada jugaban el Torneo de Brunete, sólo le quedaba encomendarse a los veteranos, que estuvieron de cine. Ter Stegen sacó el paradón que se le lleva esperando en el 91, Piqué estuvo en todas partes y Luuk, sin aliento luchó todos los balones para iniciar el nuevo camino de un Barça renovado. El equipo culé corrí el peligro de pensar más en el futuro que en el presente, pero un Luuk de Jong, que ya es casi pasado, le allanó el provenir.