El Sevilla es digno candidato
Los de Lopetegui vencen al Cádiz y meten presión al Real Madrid en el liderato. Ocampos marcó el único tanto del partido en la segunda mitad.
Tras un inicio movido por parte de un Cádiz valiente, los de Lopetegui entendieron que ese no era el camino para sacar algo positivo del Mirandilla y pusieron pausa con posesiones largas, tanteando sus opciones en la frontal del área. Los de Cervera no pasaron apuros durante toda la primera parte, bien ordenados en defensa y limitando los errores con Chust y Haroyan siempre atentos. Por más que lo intentaban los sevillistas no encontraban la manera de penetrar en la férrea defensa cadista. Ocasiones se contaron pocas en los primeros 45 minutos. Jordán, Ocampos, Negredo y Chapela fueron los más incisivos en este aspecto, pero sin mucha confianza en sus disparos. El Sevilla apretó en los minutos previos al descanso. Sin premio.
Como si anticipara lo que iba a venir, el Sevilla cambió la cara por completo en la segunda mitad. No en forma de juego y sí siendo incisivo en donde hace daño. A los pocos minutos de la reanudación Ocampos encontró petróleo en el primer remate a portería. Especial mención al canterano Iván Romero, que con un rápido movimiento en el área sirvió en bandeja un balón a Rakitic para que este asistiera al argentino. Aunque el disparo fue potente, entró por el palo de un Ledesma que pudo haber hecho más. El gol anestesió al Cádiz, que de un tiempo a esta parte no sabe como reaccionar cuando encaja un tanto. En los minutos siguientes los de Lopetegui crecieron, en busca de aumentar la renta con otra oportunidad del argentino y un centro desde la banda de Acuña que se envenenó para hacer intervenir a Ledesma.
Si el Cádiz tuvo alguna oportunidad de meterse en el partido fue por el bajón que pegaron los sevillistas en los minutos finales. Espino y Andone pusieron los uys en la grada con sendas acciones, pero respondieron los sevillistas con otras de Munir y Óscar. Aunque el signo del partido pudo haber cambiado en el tramo final, a los locales no les sale nada. Ocampos pudo redondear su noche en el último minuto con un nuevo gol, pero fue anulado por fuera de juego. El pitido final terminó demostrando dos realidades muy distintas. Mientras uno sueña (con motivos) con el título; el otro deberá pelear más y mejor para no irse a Segunda.