El misterio del drástico descenso de casos de COVID-19 en Japón: 125 millones de habitantes y menos de 200 contagios
Mientras la variante Ómicron se propaga vertiginosamente en todo el mundo, los datos del país asiático siguen cayendo en picada
Es que las cifras de contagios de COVID-19 -aun cuando la variante Ómicron llegó al país hace más de un mes- experimentan un drástico descenso desde octubre pasado. Lejos quedó el colapso de finales de agosto pasado, cuando como consecuencia de los Juegos Olímpicos el país tocó su pico de infecciones con 25.000 casos diarios. Ahora, en un país con más de 125 millones de habitantes, hace semanas que no se superan los 200 casos.
El caso más llamativo en el de Tokio, un monstruo de 40 millones de habitantes que registra una media de 45 casos en la última semana.
La curva prácticamente plana de casos es un misterio para los expertos, que tampoco pueden explicar las sorprendentes bajas tasas de mortalidad, en un país con una de las poblaciones más envejecidas del mundo, con casi el 30% de sus ciudadanos de 65 años o más.
Los especialistas buscan un “factor X”, como la genética, que pueda explicar la tendencia e informar sobre cómo Japón está capeando el colapso que experimentan otros.
“Sinceramente, no sabemos la razón exacta de la repentina caída de las muertes por covirus en Japón”, dijo Taro Yamamoto, profesor de salud global en el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de Nagasaki, a The Washington Post.
En Japón, los investigadores también han examinado factores como el clima, los patrones cíclicos en la propagación del virus y la posible exposición en el pasado a variantes leves del coronavirus que pueden haber conducido al bajo número de casos y muertes. Los expertos han identificado posibles características genéticas entre los japoneses que pueden haber conducido a una respuesta más fuerte del sistema inmunitario al coronavirus, pero dijeron que es necesario realizar más investigaciones para sacar conclusiones definitivas.
The Post explica que Japón ha vacunado a la mayor parte de su población y el uso de mascarillas está generalizado, lo que puede explicar las bajas cifras actuales. Pero también lo hace la vecina Corea del Sur, donde las autoridades están anulando los planes de reapertura debido a un pico de infecciones y a un número récord de casos graves y críticos.
“Obviamente, la vacunación, el enmascaramiento y el distanciamiento social son sin duda factores, pero éstos por sí solos no pueden explicarlo, especialmente si se compara la situación con la de Corea del Sur”, dijo Yamamoto. “Todavía no está claro si existe un factor X específico de los japoneses o de los asiáticos orientales, pero al determinarlo esperamos que pueda ayudarnos a comprender y controlar el virus”.
La falta de pruebas generalizadas, el rastreo sistémico de los contactos o los pasaportes de vacunas, y los retrasos en la notificación de las muertes de los municipios podría significar que el gobierno probablemente registró entre una cuarta y una décima parte del número real de casos hasta hace poco, explicó Michinori Kohara, investigador del Instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Tokio que dirigió un estudio publicado el mes pasado sobre los casos positivos infradeclarados y asintomáticos.
Pero incluso teniendo en cuenta la infradeclaración, el número de casos y de víctimas mortales es una pequeña fracción del de Estados Unidos y muchos países europeos. “Hay algunas muertes y casos que pueden haber sido subestimados, pero estas cifras no son lo suficientemente importantes como para cambiar la tasa o el porcentaje global de muertes”, dijo Yamamoto.
Taisuke Nakata, profesor de economía y política pública en la Facultad de Economía de la Universidad de Tokio, dirigió un equipo que puso a prueba seis hipótesis para explicar por qué los casos han descendido drásticamente: el ciclo de 120 días de los brotes, el hecho de que la gente evite los lugares con alto riesgo de infección, las vacunas, el clima, la inmunidad de grupo, o que Japón tenga una baja tasa de reproducción del coronavirus.
Descubrieron que el último factor, que representa el número de personas infectadas por un caso positivo, era muy probablemente el único en juego. Pero todavía no han podido explicar por qué la tasa de reproducción es baja, o cómo se mantuvo baja incluso cuando el gobierno levantó el estado de “emergencia” en octubre y más personas salieron a las calles.
Otro estudio publicado en diciembre pasado por el instituto de investigación Riken de Japón, el mayor organismo de investigación científica del país, descubrió que una característica genética encontrada en los glóbulos blancos de hasta el 60% de los japoneses genera una respuesta inmunitaria al coronavirus. La respuesta inmunitaria se observó en el 80% de las personas con esta característica genética, y los investigadores descubrieron que podría explicar una teoría sobre la experiencia de Japón con el coronavirus.
Esta característica genética, denominada HLA-A24, es común en los países de Asia oriental y se ha encontrado en muchos países que han tenido experiencias menos graves con el coronavirus, entre ellos Japón y Corea. Sin embargo, Corea del Sur -del Norte no hay datos por el hermetismo del régimen de Kim Jong-un- no hay una baja pronunciada de casos como en Japón.
De todas formas, advierten los expertos, la curva podría cambiar incluso antes de que se resuelva el misterio: según una investigación del Instituto de Tecnología de Nagoya, se estima que las infecciones diarias aumentarán a 3.000 a finales de enero de 2022 y a más de 3.700 casos a mediados de febrero.