Conmoción en Chile por el secuestro y asesinato de un hombre
Delincuentes secuestraron a un comerciante y exigieron que la familia pagara el rescate en el exterior
Esta pesadilla comenzó el jueves 6 de enero, cuando Nelson Murúa Páez, la víctima, salió de su casa rumbo al centro de la ciudad. A las 10.00 horas debía reportarse con su familia para avisar que se dirigía a su trabajo como vendedor de artículos comerciales de bajo costo. Pero ese aviso nunca sucedió y no hubo novedades de él en todo el día.
A eso de las 4 de la mañana del viernes, cuando ya habían transcurrido varias horas sin saber del hombre, la familia interpuso una denuncia por presunta desgracia en la Policía de Investigaciones (PDI) para que comenzaran a hacer las diligencias y dar con su paradero.
Horas después llegaron las malas noticias y un calvario para sus cercanos. Al hijo del comerciante le entró un mensaje sospechoso a su celular la mañana del viernes, era de un número desconocido que decía que tenían a su padre y que querían $ 57 millones para dejarlo libre. Inmediatamente dio aviso a la PDI.
“Se recepcionó la denuncia por parte de un familiar, en primera instancia como presunta desgracia porque se desconocía el paradero de la víctima. Se comenzaron de inmediato las diligencias para lograr la ubicación de esta persona. Con el transcurso de las diligencias se recibió esta información que ya nos hablaba de un secuestro”, informó el jefe regional PDI, prefecto Cristian Lobos.
La suma requerida por los secuestradores era muy elevada para la realidad familiar, por lo que ni se acercaban a lo que se les pedía. Incluso, la banda criminal exigió que el traspaso de esta cifra se hiciera en Bolivia, exactamente en Colchane donde está la frontera con este país vecino. Pero la familia no aceptó, ya que no había seguridad en el trato.
Al no haber acuerdo ni pago, la banda cumplió con su palabra. El cuerpo de Nelson fue encontrado cerca del mediodía del sábado 8 por la PDI, gracias a la georreferenciación de una foto que los secuestradores enviaron a su interlocutor extorsionado. El comerciante estaba cerca de una toma ubicada en Alto Hospicio, donde habría sido retenido, según las primeras investigaciones.
El cuerpo presentaba varias lesiones distintas que le causaron la muerte. Fuentes del caso descartan signos de tortura y atribuyen el deceso de Murúa a un traumatismo cervical y torácico por arma cortopunzante; es decir, a un apuñalamiento.
El fiscal regional de Tarapacá, Raúl Arancibia, comentó: “Debemos prepararnos para una criminalidad distinta. Para eso necesitamos apoyo tecnológico, necesitamos capacitación tanto a la Fiscalía como a la Policía. Este es un hecho único hasta el momento. Esto no ha ocurrido con anterioridad, pero debiera ser una advertencia para nosotros”.
La PDI trabaja en la investigación para dar con el paradero de él o las personas responsables de este secuestro con homicidio, que, según la Fiscalía.
Solo en 2021 hubo casi 700 homicidios, según las autoridades, un 24% menos que el año anterior. Sin embargo, entre la ciudadanía existe la percepción de que este tipo de delitos van al alza, sobre todo tras la serie de asesinatos que han dejado un promedio de más de un homicidio por día en lo que va de 2022.
De acuerdo con el análisis del jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI, se ha podido apreciar un incremento en el uso de armas de fuego, así como también un crecimiento en los niveles de violencia. Según datos entregados por la Policía de Investigaciones, el año pasado se perpetraron 698 homicidios, de los cuales 636 fueron homicidios por ajustes de cuenta, asaltos, peleas, riñas, 35 femicidios, 26 parricidios y un infanticidio.