Con Messi en el palco, Mbappé es el único que paga la entrada en el deslucido PSG, que en Francia no tiene rivales
Sin brillo, el equipo que dirige Pochettino se impuso sin sobresaltos ante un débil Brest; sin Leo ni Neymar, poco de Di María, casi nada de Icardi
El 1 a 0 de PSG
Entonces, entre otros argentinos de primer nivel, el que suele sacar la cabeza por el líder de la Ligue 1 es el genio francés, potencial mejor jugador mundial y con la cabeza repartida con Real Madrid. Lo rescata, lo salva, mientras la formación convive envuelta en dudas de todos los colores.
Di María juega como un falso 10, va por la izquierda, va por la derecha, con la pierna cambiada. Una bien, una mal. Icardi juega de verdadero 9, pero estático, casi parado como faro. Paredes a veces es titular, a veces es suplente. Cuando arranca desde el primer minuto, es reemplazado. Mauricio Pochettino es un buen entrenador, pero todavía -arribó en enero de 2021, luego de una magnífica etapa en Tottenham- no le encuentra la vuelta de rosca al equipo. No tiene su impronta. No tiene estilo.
No es sencillo convivir con estrellas. Y formar un equipo que le agrade a los hinchas, a los especialistas. Entre tanto, consigue un lógico triunfo. Es el puntero del torneo doméstico, con 11 unidades de ventaja sobre Niza y le gana a Brest, una formación de mitad de tabla -en el puesto 13 y uno de los más goleados, con 33-, que en varios tramos del encuentro lo inquieta. Pero Donnarumma es un fuera de serie.
Di María corre de lado a lado, Icardi se mantiene fijo y Mbappé, entre varias piernas y fuera del área, resuelve el misterio con un remate bajo, a colocar. Sin Messi (sin Neymar), PSG es una moneda al aire. Lo es, también, con los cracks dentro del campo de juego. Real Madrid será su adversario en los octavos de final de la Champions League, lo que más le interesa: el sueño de su vida.
El 2 a 0 de PSG
De cabeza, Icardi manda la pelota al fondo del arco, pero en la acción previa acomoda su cuerpo con un codazo. Con espacios, PSG se siente más cómodo: Di María asiste a Verratti, que choca con un palo. Al rato, Kehrer, el 4 y como 9, de primera, sella el 2-0, una invitación para la goleada. Goleada que nunca llega. Demasiado débil el rival, evita la paliza con un par de salvadas agónicas.
Con un adversario que no le hace ni cosquillas, Pochettino se arropa en la presentación de Sergio Ramos (en un llamativo cambio por Di María), la salida de Icardi y el ingreso de Paredes. Aplausos tibios en el Parque de los Príncipes para un triunfo de rutina. PSG saca 11 puntos de ventaja al frente de la Ligue 1. Pero, aun con más de medio campeonato ya jugado, no se sabe todavía a qué juega.