Comoras roza una hazaña histórica jugando sin portero

El lateral Alhadur jugó de portero ante Camerún los octavos de la Copa de África e hizo varias paradas de mérito. Los anfitriones sufrieron para pasar.

Ignacio Camacho
As
El negativo de Ali Ahamada, uno de los porteros de Comoras, pocas horas antes de enfrentarse a Camerún daba un atisbo de esperanza al diminuto país del Índico de poder jugar ante la anfitriona de la Copa de África sin tener que colocar un jugador de campo en la portería (los otros dos porteros estaban lesionados). Pero la CAF no se lo permitió. Un cambio de última hora en las directrices médicas, emitidas por las autoridades sanitarias, dicta que un jugador que haya dado positivo está obligado “a permanecer cinco días en confinamiento”. Por todo ello, Chaker Alhadhur, lateral zurdo del Ajaccio, fue el gran protagonista del enésimo esperpento vivido en esta CAN al jugar como portero el partido más importante de la historia de su selección. El desenlace, obviamente, fue el esperado: Camerún eliminó a Comoras (2-1) y pasó a cuartos de final.

Con el dorsal ‘3’ escrito con esparadrapo sobre el 16 de su compañero Ahamada, Alhadur hizo lo que pudo y más. Lo más probable es que un portero profesional hubiese detenido el flojo disparo de Ekambi en el 1-0, pero para el resto, llegar a un tiro raso pegado al palo es como sobrevivir en Juego de Tronos siendo un Lannister. No es imposible, pero sí extremadamente difícil. Eso ocurrió en el 30’. Hasta entonces Camerún no probó a su inocente víctima, quizá por compasión. Y aunque no tuvo que intervenir con las manos en la primera parte, Alhadur sí participó varias veces en un juego suicida de Comores, utilizándolo fuera del área como líbero para sacar el balón. No le quedaba otra. A los 6 minutos su compañero Abdou fue expulsado por darle un pisotón a Choupo-Moting en la parte alta del tobillo izquierdo. En primera instancia, el árbitro sólo señaló la falta pero el VAR, en un acto de crueldad, le instó a ver de nuevo la entrada y mostrar la roja.

Con uno menos y sin portero, se avecinaba una masacre, pero esta Copa de África es indescifrable en todos sus sentidos. Aboubakar, pichichi del torneo, tardó tres disparos en batir a Alhadur. El primero dio en el poste y el segundo dejó la imagen del partido, una parada de reflejos que hubiera firmado cualquier portero de la competición. Ya en el tercer intento, el camerunés aprovechó la nula experiencia de su rival bajo palos para batirlo en el área pequeña donde Alhadur se venció antes de que armara su remate.

A pesar de la gigantesca adversidad, Comoras no se rindió en una muestra de valentía y bravura casi sin precedentes en un partido con tanta desigualdad, tanto circunstanial como deportiva. M'changama recortó distancias cuando quedaban poco más de cinco minutos con el que probablemente sea el gol del torneo: lanzó una folha seca de falta directa a 35 metros de distancia que se coló por la escuadra. Al final Comoras quedó eliminada, pero puede irse con la cabeza bien alta. Era imposible hacer más con menos.

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