Comenzaron los ensayos en humanos de una vacuna contra el VIH
El laboratorio Moderna administró la vacuna a personas para la realización de la prueba de antígenos. Fue desarrollada sobre la plataforma de ARN mensajero, la misma de los inoculantes contra el COVID-19
El ensayo de Fase 1 se llevará a cabo en Estados Unidos en 56 adultos sanos y sin VIH. A pesar de cuatro décadas de investigación, los científicos aún no han desarrollado una vacuna contra esta enfermedad que se ha tornado pandemia y mata a cientos de miles de personas cada año. Sin embargo, los recientes éxitos de la tecnología de ARN mensajero, que ha permitido el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 en un tiempo récord, incluida la de Moderna, han suscitado esperanzas.
El objetivo de la vacuna que se está probando es estimular la producción de un determinado tipo de anticuerpos (bnAb), capaces de actuar contra las numerosas variantes circulantes del VIH, el virus que causa el sida.
La inducción de bnAbs se considera como un objetivo de la vacunación contra el VIH, y este es el primer paso en ese proceso. Los inmunógenos que se están probando fueron desarrollados por equipos científicos de IAVI y Scripps Research y se entregarán a través de la tecnología de ARNm de Moderna.
“Estamos emocionados de avanzar en esta nueva dirección en el diseño de vacunas contra el VIH con la plataforma de ARNm de Moderna. La búsqueda de una vacuna contra el VIH ha sido larga y desafiante, y contar con nuevas herramientas en términos de inmunógenos y plataformas podría ser la clave para lograr un progreso rápido. hacia una vacuna eficaz contra el VIH que se necesita con urgencia”, declaró en un comunicado oficial Mark Feinberg, presidente y director ejecutivo de IAVI.
La vacuna actúa “educando” a las células B, que forman parte del sistema inmunitario, para que produzcan los anticuerpos. Para ello, el ensayo probará la inyección de un inmunógeno inicial, es decir, una sustancia capaz de provocar una respuesta inmunitaria, y un inmunógeno de refuerzo inyectado posteriormente. Se entregarán a través de la tecnología de ARN mensajero.
Los antígenos de la vacuna contra el VIH que se evalúan como ARNm en este estudio fueron desarrollados originalmente como proteínas por William Schief, profesor de Scripps Research y director ejecutivo de diseño de vacunas en el Centro de anticuerpos neutralizantes (NAC) de IAVI, y su equipo.
En 2021, Schief anunció los resultados del ensayo clínico IAVI G001, que mostró que lograron inducir la respuesta deseada de células B en el 97% de los receptores. IAVI G002 no solo prueba la preparación de la respuesta inmunitaria deseada, sino que también evalúa la capacidad de un inmunógeno potenciador para inducir una mayor maduración de las células B. Dada la velocidad con la que se pueden producir las vacunas de ARNm, esta plataforma ofrece un enfoque más ágil y receptivo para el diseño y las pruebas de vacunas.
“Hemos visto una prueba de concepto prometedora para la orientación de la línea germinal en IAVI G001, y este ensayo nos permite llevar ese enfoque a la siguiente etapa. Además, hemos podido acelerar la producción de material de ensayo clínico a un ritmo notablemente rápido porque de la tecnología de Moderna”, señaló Schief.
Años de trabajo en una asociación NAC de larga data entre IAVI y Scripps Research han permitido el desarrollo de estos antígenos de vacunas. Las organizaciones continuarán colaborando a medida que amplían y evalúan la secuencia de inmunógenos prometedores para obtener bnAbs.
“Serán necesarios otros inmunógenos para guiar al sistema inmunitario por el camino correcto, pero esta combinación de un refuerzo y un potenciador podría ser el primer componente clave de un posible régimen de vacunas contra el VIH”, declaró David Diemert, científico jefe del ensayo en uno de los cuatro centros donde éste se realiza, la Universidad George Washington.
Los inmunógenos utilizados fueron desarrollados por la organización de investigación científica Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el Sida (IAVI) y el Instituto de Investigación Scripps, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAD) de Estados Unidos, y Moderna.
“La búsqueda de una vacuna contra el VIH es larga y difícil, y contar con nuevas herramientas en términos de inmunógenos y plataforma podría resultar clave para avanzar rápidamente”, concluyó Mark Feinberg, director de la IAVI.
En 2021 se cumplieron 40 años de la aparición de los primeros casos de pacientes que fueron diagnosticados con complicaciones por la infección por el VIH. Fueron cinco jóvenes de los Estados Unidos que habían enfermado de una extraña infección pulmonar. Ingresaron en tres hospitales, y desconcertaron a sus médicos. Dos años después, en 1983 investigadores del Instituto Pasteur de Francia lograron identificar al virus que causaba una infección que hasta ese momento se desconocía.
Con más investigación en todo el mundo, se desarrollaron tratamientos que extendieron la vida de las personas con el virus que -al igual que el coronavirus- consiguió propagarse por todo el mundo. Según el último reporte de Onusida hay 37,7 millones de personas viviendo con el VIH. Dentro de ese total, hay un 1,7 millón de niñas y niños.
Durante 2021, hubo 3 novedades auspiciosas en relación con la pandemia del VIH, a pesar de que la humanidad aún no alcanzó las metas que se había propuesto para un mejor control de la infección, como un avance de la salud pública. Desde ONUSIDA, que es la agencia de Naciones Unidas dedicada al VIH, se había adoptado la estrategia 90-90-90. Las metas consistían en llegar al año 2020 con el 90% de las personas con VIH conociendo su diagnóstico, el 90% de ellas en tratamiento, y el 90% de quienes están en tratamiento con carga viral indetectable.
Pero la realidad es otra: hoy solo el 84% de las personas que viven con el VIH conocen su estado. Entre las personas que conocen su estado, el 87% tiene acceso al tratamiento. Y, entre las personas que tenían acceso al tratamiento, el 90% lograron la supresión viral. ONUSIDA estimó que en el año 2025 se necesitarán 29.000 millones de dólares para la respuesta al VIH en los países de ingresos bajos y medianos, incluidos los países que antes se consideraban países de ingresos altos, para poder poner fin a esa pandemia como amenaza para la salud pública mundial.