Canales reina tras el caos
El Betis se impone al Sevilla en la reanudación de un derbi marcado por el acto violento de ayer. El cántabro decidió y Koundé se topó con el larguero.
El duelo se reanudó con ciertos matices tácticos cambiados. Lopetegui introdujo a Koundé y formó una zaga de tres centrales para dar aire a Acuña en el flanco izquierdo. Más equilibrio y una apuesta incisiva por atacar los costados del Betis. Pellegrini suplió a Bellerín con Sabaly y su apuesta no varió: quiso el balón y mantuvo su incesante presión arriba. Hubo diez minutos de tanteo antes del veloz descanso. Más miedos que intenciones. Más indecisión que valentía. Acuña vigiló de cerca los movimientos de Fekir y Rafa Mir buscó desmarques a espacios sin dueño.
Expuso más fuerzas el Sevilla en la reanudación. Acuña se convirtió en una pesadilla por la izquierda y el Betis frenó su ímpetu inicial. A Fekir le costaba más entrar en juego y Papu Gómez comenzó a multiplicar su peso en la creación. Las internadas de Ocampos encontraron más espacios y Óliver probó desde lejos ante la calma de Rui Silva.
Movió primero sus piezas Lopetegui, que hizo debutar a Tecatito Corona y decidió entregar la punta del ataque a Ocampos. Seguía habiendo más pundonor que fútbol en ambos equipos bajo el obligado silencio del Benito Villamarín. En ese escenario de dudas apareció William Carvalho entre líneas para dibujar un buen pase al espacio para Canales, que controló, amagó ante la zaga sevillista y batió con la zurda a un desafortunado Alfonso Pastor. Éxtasis del banquillo bético. Mirada al reloj de Lopetegui.
Tiró de carácter el Sevilla para tratar de dañar al Betis. Rekik remató tras un saque de esquina encontrando las manos de Rui Silva y el canterano Iván Romero tanteó al portugués tras la enésima carrera de Acuña. El argentino se convirtió en el arma más letal del Sevilla, que insistía en su apuesta vertical para tratar de encontrar la portería de Rui Silva. La tuvo en su cabeza Koundé a poco del final tras otro servicio medido de Acuña a balón parado, pero su remate se topó con el larguero de un Rui Silva batido. Jugó con el tiempo tras ello el Betis, encontrando aire con la calma de Carvalho y el talento de Fekir. Ya estaba todo escrito. Los cuartos de final quedaron en manos de los verdiblancos en el día después de un arranque para el olvido. El fútbol dio la sonrisa al Betis en un derbi marcado por lo que nunca debió pasar.