Camavinga sí es otra vía

El mediocentro destaca contra el Alcoyano en un encuentro donde el resto de jugadores menos habituales desaprovecharon una oportunidad para reivindicarse.

Mario de la Riva
As
Para Camavinga no parece haber amistosos ni trámites. Pone la misma energía en un partido de Liga donde hay tres puntos en juego que en un incómodo partido de Copa que hay que solventar sí o sí. Camavinga fue la estrella de oriente que intentó guiar a un equipo en el que varios jugadores (Valverde, Marcelo, Rodrygo, Hazard, Asensio...) disponían de una noche para reivindicarse y no abrieron debate alguno. El partido del francés fue de las pocas, por no decir la única, notas positivas que dejó la actuación individual de los 14 futbolistas (a Vallejo y Ceballos les dio tiempo a poco) que solventaron el apuro y llevaron al Madrid hasta los octavos de Copa.


Camavinga tiene tarea por delante para hacerse un sitio en el once del Real Madrid. Por edad, a sus 19 años aún tiene mucho recorrido por delante, y por la competencia que afronta en el vestuario. La Santísima Trinidad que forman Casemiro, Modric y Kroos es intocable y, cuando falta alguno de los tres, debe pelear el puesto con Valverde y ahora también con Ceballos. Pero Camavinga no escatima en ganas. El pulso con el uruguayo parece haberlo ganado. Los dos regresaban a un once que ya compartieron en la despedida de 2021 en San Mamés y las sensaciones que dejaron fueron de nuevo similares: convincente el galo, desdibujado el charrúa. El internacional celeste parece haber perdido la fuerza arrolladora y la verticalidad que brindó las dos últimas campañas. Después de haber sido titular en los diez primeros partidos de esta temporada beneficiado por la lesión de Kroos, la presencia de Valverde en el once se ha diluido como su protagonismo en el campo cuando su influencia en el juego del equipo cuando dispone de minutos.

Un ímpetu e iniciativa en la participación que sí demuestra, aunque a veces se pase de revoluciones, Camavinga. En El Collao fue el jugador más destacado de los blancos. Pese a su juventud (es el benjamín de la plantilla de Ancelotti) demostró personalidad y arrojo. No se escondió a la hora de pedirla, recibió 36 pases y distribuyó 41, de los cuales 35 llegaron a su destinatario. Recibió tres faltas (solo Hazard, con cinco, sufrió más, en una estadística que el belga lideró por cuarto partido consecutivo), recuperó siete balones y bloqueó dos remates del Alcoyano.

Comparativa estadística de Camavinga y Valverde.

Comparativa estadística de Camavinga y Valverde.

Saber medirse es su asignatura pendiente. Volvió a ver una amarilla, la sexta de la temporada, aunque esta vez fue más bien por un lance poco afortunado que por un exceso de ganas, en un intento de ruleta en el que encontró la pierna de Fran Miranda, y la amonestación, en vez del balón. Pese a ser el 17º jugador que más minutos lleva en esta Liga con el Madrid, ya ha cumplido ciclo de amonestaciones. Ve una tarjeta cada 116,5 minutos, un lastre que ha obligado a Ancelotti a sustituirle prematuramente en varios partidos.

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