Ansu Fati es muy reticente a pasar por el quirófano
El pésimo recuerdo de la artroscopia del menisco de hace más de un año, donde se cometieron muchos errores, le hace ser reacio a volver a ser operado.
Ahora, Ansu Fati ya está recuperado de su lesión en la rodilla, o al menos ya no es su principal quebradero de cabeza. En la actualidad, lo que le preocupa y ocupa en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Desde que se lesionara ante Celta a principios de noviembre, el jugador no ha levantado cabeza. Tras jugar unos minutos ante el Real Madrid en la Supercopa, se volvió a romper a los pocos minutos de estar sobre el campo en San Mamés.
El propio jugador fue el primero en darse cuenta de la gravedad de la lesión al abandonar el terreno de juego cabizbajo, con el rostro desencajado y entre lágrimas. Ni el consuelo de sus compañeros ni el del entrenador fue suficiente para frenar la frustración del joven delantero.
El club, a través del máximo responsable médico del primer equipo, Ricard Pruna, se puso rápidamente manos a la obra. Tras examinar al día siguiente las pruebas, se constató que Fati tenía una lesión de alcance: una desinserción del bíceps femoral de la pierna izquierda. Este tipo de lesiones aconsejan el paso por el quirófano para evitar recaídas y así se lo comunicó el propio Pruna al jugador, aunque para manejar todas las alternativas, el galeno convocó a su familia a una reunión el sábado en la Ciutat Esportiva para explicar todas las alternativas.
El galeno aconsejó la intervención, ofreciendo las máximas garantías al contar con el mejor especialista del mundo en isquiotibiales, el finés Lasse Lempainen, que ya operó en dos ocasiones a Ousmane Dembélé. La cirugía descartaría nuevas recaídas, aunque sería decir adiós a la temporada, ya que el tiempo de baja estaría entre tres a cinco meses. Pero este tiempo de convalecencia le serviría para hacer un ‘reset’ mental y volver más fuerte que nunca y sin el estrés de tener que empezar jugando partidos importantes, resaltó el galeno.
La otra opción, el método conservador, reduce notablemente el tiempo de baja, ya que estaría entorno a unas 8 o 10 semanas fuera de los terrenos de juego, pero no garantiza en ningún caso nuevas recaídas y problemas futuros, lo que para un jugador tan joven supondría una auténtica pesadilla. En todo caso, la última palabra la tendrá Fati. Están convocadas todas las partes a una nueva reunión este lunes por la tarde para acabar de tomar una decisión. Las posturas están muy claras: médicos y técnicos aconsejan el quirófano, mientras que el jugador y su entorno prefieren método conservador.
Sin embargo, todo apunta que Ansu acabará aceptando el quirófano, aunque sea a regañadientes y muy a su pesar, consciente que no puede seguir jugando a la ruleta rusa con su salud y su carrera.