Ancelotti se apunta 'goles' gracias a su mano izquierda

El técnico madridista suma su quinto título en dos temporadas y media con el Madrid con el vestuario entregado al italiano. En Riad se acordó de Marcelo.

Manu de Juan
As
Ancelotti avisó y Ancelotti cumplió. Tras el triunfo sobre el Valencia (4-1) en la última jornada de Liga, el italiano ya 'amenazó' a sus rivales de Supercopa en Arabia Saudí, confirmando que el objetivo del Real Madrid no era otro que volver con la copa en su poder. Entonces, el calendario dibujaba unas semifinales ante el Barcelona y una final en la que el Atleti se insinuaba como el rival más probable; superado el equipo culé, no sin dificultades (2-3), la final deparó un duelo ante el sorprendente Athletic, que claudicó frente a los goles de Modric y Benzema, también ante el inmenso Courtois que impidió a los vizcaínos meterse en el partido a última hora.

Triunfo solvente (0-2) y otro título para las vitrinas blancas, el quinto que aporta Ancelotti tras los cuatro (Champions, Copa, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes) de su anterior etapa. Son cinco entorchados en dos temporadas y media: el italiano genera un título para el Madrid cada 29,8 partidos. Y, con las dos victorias en Arabia ante Barcelona y Athletic, se sitúa como el técnico más ganador de la historia blanca: ha vencido en 112 de 149 encuentros, el 75,2%; por detrás quedan Pellegrini (75%), Firth (72,7%) y Mourinho (71,9%). 

El siguiente reto es claro: levantar la Liga de España, la única que no ha ganado de las cinco grandes ligas europeas. Lo tiene bien encaminado, con cinco puntos sobre el Sevilla, 15 sobre el Betis, 16 sobre Atleti y Real Sociedad y 17 sobre el Barcelona, aunque con un partido más que todos ellos. No quiere verlo demasiado hecho Carletto, pues recuerda el desplome de la 2014-15, pero confía en un vestuario que, una vez más, está entregado a Ancelotti.

Marcelo, con la Supercopa de España que ganó el Real Madrid.

Ya a su llegada en su anterior etapa en el Madrid, se destacaron sus cualidades, que le emparejaban con técnicos como Molowny o Del Bosque: dialogante, discreto, poco dado a montar incendios y sí a apagarlos. Bien es cierto que entonces aterrizó en el Madrid post-Mourinho, inflamado tras tres años del portugués en el banquillo madridista. Tanto que se le apodó El Pacificador, un adjetivo del que quiso huir: "Siempre he tenido buena relación con los jugadores en los equipos en los que he estado. No creo que el Madrid necesite un pacificador. Mourinho es un grandísimo entrenador. Le respeto mucho. Tiene un carácter diferente al mío".

También se habló de su mano blanda, otro chascarrillo ante el que se rebeló: "Siempre me han dicho que no tengo mano dura. Y cuando hay problemas es por eso. Pero esta mano blanda me ha permitido ganar tres Champions”. Y con esa mano blanda toreó los cabreos de Cristiano, la inclusión de Di María en el once tras la llegada de Bale, la decepción de Isco por no jugar en los días importantes... Y, en su segunda etapa en el Madrid, Ancelotti mantiene el tono. Y también mantiene la sana costumbre de ganar títulos.

Ancelotti, técnico del Real Madrid.

Empezando por lo último, la final de Riad, en la que tuvo un bonito detalle con Marcelo. El brasileño es el primer capitán, pero tiene difícil jugar con Mendy en la plantilla y sabe que en estos momentos saborea sus últimos meses en el equipo, con su contrato expirando en junio. Con 0-2, Carletto le dio a Marcelo unos pocos minutos al final del duelo, previa de su recogida de la Supercopa de España de la mano de Luis Rubiales, presidente de la RFEF; es el primer trofeo que alza el brasileño como primer capitán, con el que igualó a Gento (23). Si el Madrid termina llevándose la Liga (o la Copa, o la Champions), Marcelo se marchará de Madrid como el jugador con más títulos de la larguísima historia del club merengue.

Ceballos, Isco, Vinicius, Valverde...

Es el último ejemplo, pero no el único. Ante el Valencia en el Bernabéu, Ancelotti relevó a Vinicius, autor de dos goles, con el único objetivo de que se llevase la ovación cerrada del Bernabéu; en la misma acción, atizó un palo a Hazard, el que entró por el brasileño y que no termina de convencer a Carletto. Ese mismo día le dio 20 minutos a Ceballos, después de un feo gesto del utrerano en Alcoy ante el que el técnico prefirió quitar hierro: "Iba a salir, pero faltaban cinco minutos y esperé un poco más. Se enfadó y le dije que podía ser que tuviese razón. Todo está bien, confío mucho en él". 

Un suceso parecido ocurrió con Isco en Granada, cuando el malagueño se negó a seguir calentando y se enzarzó en una discusión con Davide Ancelotti, hijo y segundo entrenador blanco; Carletto cortó de raíz la polémica sacándole al campo. Eso sí, Ancelotti le tomó la matrícula: no volvió a jugar hasta mes y medio después. Y hasta Vallejo, el jugador menos utilizado de la plantilla madridista, ha podido disfrutar de los detalles del entrenador transalpino: le sacó tres minutos en Kiev ante el Shakhtar y luego otros siete minutos en Granada, la que había sido su casa. Con los partidos resueltos, Ancelotti quiso que el aragonés se sienta uno más.

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