Un clásico platense en alza, con dos equipos potenciados por sus directores técnicos
Gorosito y Zielinski elevaron la vara de sus clubes: ambos pasaron de mortificarse por el promedio a soñar con clasificar a una copa; este domingo, el Lobo y el Pincha pondrán en juego el honor, pero también unidades fundamentales para sus objetivos
Gorosito –en Gimnasia desde hace tres meses– mejoró el correcto trabajo de la pareja técnica saliente, conformada por Mariano Messera y Leandro Martini. Pipo primero construyó un discurso potente (“éste es un club grande y debe dejar de pensar en el sufrimiento”) y después edificó una estructura confiable. Tras un debut muy poco feliz (0-4 ante Godoy Cruz), el DT reacomodó las fichas y el conjunto albiazul se acostumbró a sumar. A sumar en serio.
Zielinski –en Estudiantes desde principios de año– provocó una resurrección. No se trata de una exageración. El Pincha pasó de un 2020 misérrimo (peor racha histórica sin ganar y mayor cantidad de minutos de su historia sin hacer un gol) a un 2021 fructífero (aseguró su lugar en la Sudamericana y se ilusiona con saltar a la Libertadores). El Ruso primero consolidó la columna vertebral y luego agregó detalles. Diseñó algo básico, aunque sustancial: un equipo.
Las estadísticas los avalan. Gorosito dirigió 14 encuentros y, por ahora, los números le cierran por todos lados: la sumatoria de puntos es del 57,14 por ciento, producto de 7 victorias, 3 empates y 4 derrotas. Zielinski, con más recorrido (37 partidos), ostenta cifras similares: una cosecha del 54,95 por ciento, consecuencia de 16 triunfos, 13 igualdades y 8 caídas. Los dos ganaron bastante más de lo que perdieron y eso, si se contemplan los pasados recientes, representa un crecimiento enorme.
El golazo de Del Prete a Godoy Cruz
Ambos entrenadores tuvieron que corregir diversos aspectos. Trabajaron, pulieron y lograron moldear planteles que se sienten ganadores. Entre varias virtudes, una de las claves de Pipo fue potenciar a sus futbolistas de más jerarquía: las evoluciones de Brahian Alemán, Johan Carbonero y Luis Rodríguez enseguida repercutieron positivamente en lo colectivo. El Ruso, el autor intelectual del renacimiento albirrojo, acertó mucho más de lo que erró y consiguió que Estudiantes volviera a tener una matriz de juego: orden, intensidad y verticalidad.
Si alguien se quedara con las etiquetas que les colocan a los técnicos (Gorosito, ofensivo; Zielinski, defensivo) podría caer en el simplismo de asegurar que se viene “un choque de estilos”. Sería un error. El Lobo no duda en defenderse cuando lo cree conveniente y se resguardó muy bien en varias presentaciones; mientras que el Pincha, cuando no tiene la ventaja en el marcador, es un buscador permanente del arco contrario. Se parecen más de lo que la mayoría cree. De hecho, comparten una premisa: intentar ser protagonistas, sin desprotegerse.
A pesar de que los entrenadores no confirmaron las formaciones, no parece haber demasiado lugar para las sorpresas. En Gimnasia (4-2-3-1) se perfilan los siguientes nombres: Rodrigo Rey; Francisco Gerometta, Leonardo Morales, Guillermo Fratta y Nicolás Colazo; Emanuel Cecchini y Manuel Insaurralde; Brahian Alemán, Luis Rodríguez y Johan Carbonero; y Eric Ramírez. En tanto que en Estudiantes (4-4-2) el once inicial sería: Mariano Andújar; Leonardo Godoy, Agustín Rogel, Fabián Noguera y Matías Aguirregaray; Matías Pellegrini, Bautista Kociubinski, Fernando Zuqui y Nicolás Pasquini; Gustavo Del Prete y Leandro Díaz.
Se viene el evento deportivo más destacado de la ciudad de La Plata. El Lobo intentará cortar la racha (no celebra desde hace más de once años) y el Pincha tratará de extender la seguidilla (acumula un invicto de 17 partidos, con 9 éxitos y 8 empates). Ambos pretenderán, entonces, anotar un nuevo poroto para su bando en una estadística general que hasta ahora cuenta con 181 cotejos oficiales (66 victorias de Estudiantes, 50 triunfos de Gimnasia y 65 igualdades).
Gol de Carbonero a Newell’s
Más allá de todos estos números, la actualidad indica que las acciones del clásico platense treparon y hoy es un cruce que cotiza bien alto. El Tripero ganó tres de sus últimos cinco encuentros del torneo y el León atesora tres festejos en fila en el campeonato.
“No hay motivación más grande para un club que ganar el clásico, por todo lo que significa. Sabemos que es importantísimo y creemos que es posible ganar”, expresó Gorosito en conferencia de prensa y además se refirió al deseo de clasificar a la Sudamericana: “Es muy bueno que la gente nos exija para entrar a las copas y no solo para salvarnos del descenso. Tenemos una gran ilusión”.
Del otro lado, Zielinski declaró de forma similar. “Es el partido del año. Más allá de esto, cada encuentro lo jugamos como una final y éste no va a ser diferente”, afirmó el DT, quien no ocultó la meta de su plantel (el Pincha está a una unidad de obtener el boleto a la Libertadores): “Aún faltan dos fechas, estamos por el buen camino y esperamos culminar bien el proceso de clasificación a las copas”.
El choque entre el Lobo y el León será bien distinto a los anteriores. Gimnasia y Estudiantes pondrán en juego el honor, pero también puntos trascendentales para objetivos ambiciosos. El de La Plata es un clásico en alza.