Papa Noel no pasa por el Barça
El club, que se encuentra en plena economía de guerra, ha descartado hacer regalos a sus jugadores. Ya el año pasado tuvo que ser Griezmann quien ejerciera de Santa Claus.
Sin embargo, ya la temporada pasada, hubo cierta controversia, ya que con la excusa de que no había presidente al mando por la convocatoria de elecciones, se obviaron los detalles tecnológicos, teniendo que ser el francés Antoine Griezmann quien sacara la chequera para regalar a todos los jugadores una cartera personalizada de una reconocida marca de lujo francesa.
Había cierta expectativa por ver si con la llegada de Joan Laporta se recuperaba esta costumbre, pero evidentemente la economía del club no está para muchos dispendios ni alegrías, por lo que los jugadores se marcharon de vacaciones con las manos vacías.
Al presidente blaugrana nunca le tembló la mano en su primer mandato a la hora de mostrarse generoso con los jugadores, pero esta claro que eran otros tiempos, con una bonanza económica que permitía ciertas licencias. Ahora todos los ingresos han de revertir única y exclusivamente en afrontar los gastos e ir reduciendo la deuda, que está absolutamente disparada. Atrás queda la época en que los jugadores salían del vestuario con llaves de coche nuevos o con primas millonarias a repartir. Ahora la situación ha dado un giro radical de 180 grados y el club no está para ningún extra que no esté presupuestado, máxime con el 'fair play' financiero pisando los talones y la necesidad de reducir masa salarial de forma urgente para hacer frente a los refuerzos exigidos desde la secretaría técnica para este mercado de enero.