Los centrales del Man Utd son un sueño en el papel, pero le dará pesadillas a Rangnick
EN EL PAPEL, la asociación defensiva central del Manchester United debería ser el menor de los problemas de Ralf Rangnick.
Un internacional inglés de £ 80 millones que ayudó a su país a lograr una gran final en el verano y un ganador de la Copa del Mundo de Francia con cuatro títulos de la Liga de Campeones a su nombre.
Pero ahora mismo, Harry Maguire y Raphael Varane son un enigma al que el técnico alemán interino del United necesita desesperadamente encontrar una solución.
El regreso de Varane, de 28 años, a la alineación inicial después de sufrir una lesión en el tendón de la corva el 2 de noviembre se consideró una gran ventaja y Victor Lindelof se descartó con una prueba de Covid positiva.
Pero su actuación junto a Maguire en un pésimo resultado fuera de Newcastle solo demuestra lo lejos que aún tiene que llegar el United para alcanzar sus alturas históricas de antaño.
Edinson Cavani rescató a sus defensores con un empate, pero en realidad los Magpies deberían haber hecho que Maguire y Varane pagaran por múltiples ofensas frente a su propia portería para aumentar la presión.
Es posible que hayan bajado los carteles de Sports Direct desde St James 'Park, pero Maguire y Varane parecían un par de compras económicas.
Todo lo que se habló antes del partido fue sobre Toon de Eddie Howe y su lamentable récord en la parte trasera: un récord de la liga de 41 entradas hasta ahora y estadísticas no mejores que las de su predecesor Steve Bruce.
Irónicamente, el ex capitán de los Red Devils y defensa central Bruce, de 60 años, podría haber tenido una mejor actuación en la parte trasera anoche para el United de Rangnick de bajo rendimiento.
Tanto Maguire como Varane eran un saco de nervios, tropezando y torpemente en cada decisión, asustados y frágiles contra cualquier oponente, desorientados y calamitosos dentro y fuera del balón.
El primer gol de Allan Saint-Maximin en el séptimo minuto fue el primer gol concedido en la era de Rangnick, y qué desastre fue.
Las dos hojas limpias contra Crystal Palace y Norwich antes de su diferencia de 16 días fueron ciertamente falsos indicadores de progreso después de dejar entrar paquetes bajo Ole Gunnar Solskjaer.
Varane fue empujado fuera de la pelota por Sean Longstaff antes de que Maguire le permitiera a Saint-Maximin cortar adentro y sacar un tiro más allá de David De Gea.
Ese tema continuó cuando Callum Wilson sacó a Maguire del balón en su propia caja y duplicó la ventaja de Newcastle solo para que la bandera de fuera de juego salvara los sonrojos del capitán del United.
La mejor parte de la noche de Maguire fue el alivio cuando Wilson se vio obligado a retirarse antes del descanso debido a una lesión. Mientras tanto, Varane tendrá pesadillas con Saint-Maximin durante semanas.
Varane tuvo la culpa nuevamente después del descanso, ya que perdió de vista a Saint-Maximin, que debería haber hecho el 2-0 solo para estropear su esfuerzo con el gol abierto desde dos yardas.
Este es un equipo de Newcastle con solo 18 goles a su nombre antes de este, y solo uno de los últimos tres, concediendo 11 en el proceso.
United, con la ayuda del dúo no dinámico Maguire y Varane, los hizo lucir como batidores mundiales en todo el parque.
Incluso personas como Joelinton, Jacob Murphy y Miguel Almiron encontraron la confianza para hacer tiros desde el rango en busca de un ganador, tal era la total falta de presión e intimidación frente a él.
Maguire luchó contra su pobre desempeño quejándose con los árbitros y sus propios compañeros de equipo en todo momento, lo que llevó a Gary Neville a describir su antiguo club en el medio tiempo como "sacos de lloriqueos".
Esa frase puede perderse en la traducción para el padrino del fútbol alemán Rangnick.
Pero incluso él puede ver que su mayor problema radica en el corazón de una defensa autodestructiva.
