La Academia estira el sufrimiento, ahora perdió con el Globo y complicó sus chances de llegar a la Copa Sudamericana
En un partido muy chato, el equipo de Kudelka consiguió la ventaja con un cabezazo de Cóccaro y luego se defendió
En un partido muy chato, casi sin situaciones, Huracán se aferró a la ventaja. Otra vez, los cuatro delanteros no fueron sinónimo de ser un equipo ofensivo para el cuadro de Fernando Gago. La suma de Darío Cvitanich, Enzo Copetti, Tomás Chancalay y Lisandro López no acortaba la distancia hasta el arco de Marcos Díaz, que apenas se tuvo que esforzar en la primera mitad para tapar un tiro de media distancia de Mauricio Martínez.
El Globo fue más pragmático: con un centro desde tres cuartos de cancha Jonás Acevedo encontró en la cabeza del uruguayo Matías Coccaro la manera de ponerse en ventaja. Fue una jugada de arco a arco en donde sufrió Racing. En un área atajó Marcos Díaz, en la otra convirtió Cóccaro.
Fue la única emoción en la primera mitad en el Palacio Ducó. La diferencia era mínima, de apenas un gol, pero en este contexto para la Academia puede parecer mucho. Los nervios tomaron al equipo, que se cargó con tres amarillas antes de irse al vestuario en el entretiempo. Para la segunda parte no cambió demasiado.
Lo mejor del partido
En un planteo casi sin mediocampo, con ese doble pivote que conformaron Mauricio Martínez y Carlos Alcaraz, Racing intentó ser un equipo directo. No es un juego en el que parece sentirse cómodo. En los envíos largos hacia afuera, las conexiones entre los extremos y los laterales -Copetti y Pillud en la derecha; Chancalay y Prado por izquierda- tampoco funcionaron.
El único camino hacia el arco visitante parecía estar por las bandas, pero los centros no generaron peligro. Los ingresos de los juveniles Ignacio Galván y Gonzalo Córdoba por izquierda aportaron un poco más de desequilibrio, pero Marcos Díaz respondió bien cuando lo probaron. La escena final fue el mejor símbolo del partido: la pelota cayó en los pies de Pillud, casi contra el banderín del córner. El lateral resolvió mal, con un pase a un rival. Un par de segundos después Hernán Mastrángelo pitó el final.
Así se explica este 1 a 0 que le da esperanza a la última fecha quemera (será ante Rosario Central, en Arroyito, un partido decisivo) y carga de incertidumbre el cierre académico, ante Godoy Cruz, en lo que será la despedida de Lisandro López, su último ídolo. Aunque suene a premio consuelo, la clasificación internacional para Racing es mucho más que eso. No sólo por lo que significa para su tesorería, sino porque es algo a lo se acostumbró en las últimas siete temporadas, desde 2015, con cinco participaciones en la Libertadores y dos en la Sudamericana.
Con ese horizonte aún difuso, Racing ya tiene algunas pistas a futuro que también preocupan. Sabe que para el próximo semestre no contará con Gabriel Arias, que será operado este lunes de su rotura de ligamentos, ni Lisandro López, quien anunció que el del próximo fin de semana ante Lanús será su último partido con esta camiseta. Se trata nada menos que de los dos capitanes del plantel, además de ser los jugadores que sostuvieron al equipo en las últimas tres temporadas, junto con Leonardo Sigali y Eugenio Mena. El chileno, con contrato hasta junio, se puede sumar a esa lista, con una posible partida a la MLS.
Gago ya avisó a la dirigencia que pretende cuatro delanteros para cubrir las salidas de Licha y también las de Darío Cvitanich, Maximiliano Lovera e Ignacio Piatti. Además, buscará un zaguero y un mediocampista central. La ruleta de nombres que ya gira en Avellaneda va desde Lautaro Giannetti (Vélez) a Walter Bou (Defensa y Justicia), pasando por el intento de regreso de Nicolás Reniero, a préstamo en Argentinos. Pero para empezar a pensar en el 2022 Racing debe primero cerrar este año gris. Si lograba un triunfo en el Ducó, el pasaporte internacional podía sellarse este mismo fin de semana. Pero las dudas llegarán hasta la última fecha.