Boca, con diferencias salvables: por qué Sebastián Battaglia y Juan Román Riquelme creen que podrán seguir juntos en 2022
Más allá de las discrepancias que se generaron por el bajo nivel del equipo y el manejo del grupo en algunas situaciones, el DT renovaría su contrato con la entidad de la Ribera
Ya se conoce hace semanas que Juan Román Riquelme –y sus laderos– tienen un cierto disgusto por todo lo que rodeó al flojo funcionamiento de Boca en los últimos meses: las (malas) decisiones del ex volante central transformaron en diminuto el arranque prometedor de su ciclo, haciendo modificaciones –cuestionadas dentro y fuera– que hicieron retroceder al equipo anímica y futbolísticamente, no estando a la altura de los encuentros más fuertes y más adelante –incluso– de los compromisos con menos exigencia.
Tampoco le gustó el manejo de grupo que hubo, aunque los futbolistas salieron a respaldar públicamente el trabajo y la parte humana de Battaglia. Aunque sí en el equipo de trabajo del vicepresidente saben que, de una u otra forma, cumplió los dos objetivos propuestos desde su asunción al cargo de entrenador: si no hubiera existido el logro ante los cordobeses, de todas maneras jugaría el torneo subcontinental desde la zona de grupos porque también dejó a Boca como segundo entre los tres mejores clasificados de la tabla acumulada de puntos.
De todas maneras, si de resultados generales obtenidos se tratara, el santafecino ya hubiera firmado la renovación. Por eso es que antes del viaje a Riad, en donde el Xeneize obtuvo ante los catalanes el trofeo en homenaje a Diego Armando Maradona, existieron diferentes versiones alrededor de una reunión entre el técnico con Riquelme o el Consejo entero. Las voces de Jorge Bermúdez, Marcelo Delgado y Raúl Cascini también se escuchan. Había cosas por dialogar. Intercambiar opiniones, cosas que decirse (o reprocharse) o bien estar de acuerdo en otras cuestiones, como el desarrollo de los juveniles.
El punto: se encontrarán para hacer un análisis del mini ciclo, de lo que pasó dentro de la cancha, pero también fuera, en la que –seguramente– el DT también tiene cosas que remarcar sobre su estadía: internamente se molestó por el episodio del micro, cuando luego de la derrota ante Gimnasia el directivo los hizo bajar a los jugadores para hablar en un vestuario que le corresponde liderar a Battaglia.
Hay algo primordial que hay que poner por delante de cualquier cosa: al día de hoy, esa reunión formal no sucedió. Según le advirtieron a LA NACION diferentes fuentes del club, no pasaría de la próxima semana. Aunque alguien que rodea el equipo de trabajo de Riquelme puso muy cercano el encuentro y sentenció la voluntad que existe: “Tengo entendido que se dará este lunes la charla. La intención nuestra es presentarle la renovación”.
“La semana que viene van a cerrar la cuestión con la charla formal. Creemos que todo va camino a la continuidad”, estimó otra de Brandsen 805. Mientras que desde la directiva de Jorge Amor Ameal revelaron sin demasiados detalles otra pista de lo que se vendrá: “Van a dialogar en los próximos días. Ojo, algunas cosas ya se hablaron informalmente. Nada en profundidad, pero el Consejo y Battaglia hablaron mínimamente de todo un poco. Refuerzos, por ejemplo. También se “tantearon” mutuamente para saber si había intenciones de continuar”.
Y es que, si bien se había puesto en duda que Battaglia quisiera continuar al mando de un club que le costó manejar, habría una importante voluntad por parte del santafecino para extender el vínculo que finaliza el 31 de diciembre y que comenzó en diciembre de 2019: lo ubicaron durante un año y medio como el entrenador de la reserva para que se fuera preparando para dirigir al primer equipo. Por ahí va una parte del proyecto del Consejo, que quiere continuar el camino.
Obvio, también dependerá de qué condiciones le presentan al ex N°5 y si terminan encontrando muchos puntos en común a la hora del balance, la autocrítica y el futuro. De hecho, a este diario no le descartaron un doble encuentro: “Puede existir una reunión a solas entre Riquelme y Battaglia y, luego, otra de Battaglia con el Consejo de Fútbol entero”.
Justamente, que el entrenador se presentara en el estadio de Argentinos para ver de cerca lo que fue la goleada 3-0 de sus ex dirigidos (hoy conducidos por Hugo Ibarra y Mauricio Serna) a Sarmiento, por la Superfinal de la reserva, es un termómetro de lo que se terminaría acordando en las próximas horas. Claro que podía querer sólo acompañarlos en una jornada especial, pero su presencia (también estuvo Riquelme) dice mucho más de lo que hubiera dicho una ausencia. Como pidió hace poco, “todos juntos por el bien de la institución”.