Boca: antes de la final de la Copa Argentina no pudo con el último (Arsenal) y sumó confusión a su presente, tanto dentro como fuera de la cancha

El empate 1-1 en Sarandí potenció debilidades de un equipo que no encuentra el rumbo futbolístico; el miércoles deberá definir un trofeo contra el difícil Talleres de Córdoba

El sueño de Boca es ganar la Copa Libertadores y cortar la abstinencia de más de 14 años. Todavía tiene pendiente la clasificación, el objetivo envuelto en obligación que persigue desde el comienzo del segundo semestre del año: entre un clima interno que arde, varios tropiezos, múltiples indecisiones desde el banco y rendimientos individuales y colectivos muy bajos, el empate en Sarandí sigue poniéndole suspenso a la cuestión, a un presente que no tiene el futuro asegurado.

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Y ya importa bastante si ese pasaje termina siendo mediante el título o la acumulación de puntos: si finalmente sólo la consigue mediante la última vía, puede llegar a ingresar a la Copa con la necesidad de superar la instancia de repechaje para meterse en la fase de grupos del certamen subcontinental.

Copa de la Liga Profesional.
Arsenal de Sarandí vs Boca Juniors.
Copa de la Liga Profesional. Arsenal de Sarandí vs Boca Juniors.Mauro Alfieri

Los desempeños del equipo de Battaglia invierten la ecuación. El Xeneize provoca sueño. Una pesadez en los ojos que adormece a todos. Así llegará a la final del miércoles. Muy improvisado, desgastado por sus problemas y obligado: el entrenador pone en la cancha a su equipo ideal, pero el funcionamiento es igual al que mostró cualquiera de las formaciones que utilizó en el último tiempo.

Excepto por el suspendido Agustín Almendra (con cinco amarillas, el juvenil Montes jugó por él), los otros diez nombres ante Arsenal fueron los que más conforme habían dejado al ex volante central en los 19 encuentros previos: los de aquella noche ante Sarmiento, de Junín (2-0), que tan buen funcionamiento mostró. Esos que insólitamente decidió sacar al partido siguiente con Independiente (0-1), empezando a revolucionar todo.

Lo mejor del partido entre Boca y Arsenal

Esos a los que, a cuatro días de una final, prefirió no hacer descansar, seguramente por no saber si aquella buena actuación con los juninenses fue cosa de un día o acciones de un equipo en el que puede confiar. Y con la presencia de dos (Sebastián Villa y Edwin Cardona) de los tres que dejó fuera ante Newell’s por culpa de una “intoxicación” que, en realidad, fueron actos de indisciplina. Errores y conveniencia.

Todo es confusión. Boca no le pudo ganar al último de la tabla de posiciones. Un equipo que le dio a Boca mucho más que un tiempo para que hiciera lo que quisiera con la pelota y no por una postura conservadora difícil de romper, sino porque en el Viaducto no tuvieron un buen Torneo 2021. Incluso ante un conjunto así, Boca no marca diferencias. Incluso habiendo sacado la ventaja mediante el gol de Juan Ramírez -el primero del mediocampista zurdo en el club- sobre el final del primer período (con lo que daña eso), el equipo de Battaglia no pudo aprovecharlo. Y de casualidad no lo perdió.

Copa de la Liga Profesional.
Arsenal de Sarandí vs Boca Juniors.
Copa de la Liga Profesional. Arsenal de Sarandí vs Boca Juniors.Mauro Alfieri

Porque la imagen del final fue muy pobre, tras la igualdad de Sepúlveda. Jugadores caminando, otra vez. Jugadores que no corren por los compañeros. Y un entrenador que metió un solo cambio: el ingreso de Eduardo Salvio, a diez minutos del final. Claro que no estaba conforme, por lo que hay que pensar en que los elegidos para sentarse entre los suplentes tampoco lo llenan. Así y todo, no hay motivos para asegurar que se repetirán casi todos los nombres en Santiago del Estero.

Boca llega a la final sin llegar. Nadie garantiza que Battaglia se mantenga en el cargo después de diciembre. Los dirigentes no quieren ver más en el club a Villa y Cardona, pero las decisiones dependerán del Consejo de Fútbol. Los futbolistas dividen la bronca con ellos dos y la que tienen con Battaglia por tenerlos en cuenta como si nada hubiera pasado. Y la del DT con sus dirigidos por las filtraciones.

Y si Juan Román Riquelme hubiera dicho presente en el Viaducto, seguramente se hubiera arrimado al vestuario o al micro para juntar a todos en privado. Esta vez, sin esfuerzos para felicitar, pero sí mucho para exigir de cara a un encuentro bisagra para todos.

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