Roger Federer, sensible en su extensa rehabilitación, confesó cuál es su último gran deseo a los 40 y lo que piensa de los “milagros”
El suizo, que atraviesa un período de recuperación por una cirugía de rodilla derecha, puso en duda hasta su participación en Wimbledon 2022; qué chances reales hay de que vuelva a competir
“La verdad es que me sorprendería muchísimo jugar a Wimbledon [en julio próximo]. Tanto para decir que Australia [en enero] ni siquiera entra en juego. Y eso no es una sorpresa. Sabíamos antes de la operación que su naturaleza requeriría largos meses de descanso. Entonces no hay nada nuevo. Quería esperar al primer chequeo importante de los médicos para hablar de ello: es muy alentador. Así que inicié un largo proceso de rehabilitación en el que puse todo mi corazón. Pero así es, la situación no tiene nada que ver con 2016 [estuvo seis meses inactivo tras una lesión de meniscos de la rodilla izquierda, pero tuvo un regreso estupendo en 2017]. Hay que tener paciencia para que mi rodilla se recupere al 100%”, relató el ex número 1 en un reportaje con el diario Tribune de Genève, realizado por el periodista y ex tenista suizo Mathieu Aeschmann (dos años mayor que Roger).
¿Cuál es, puntualmente, la lesión que llevó a Federer al quirófano en agosto pasado? “Los exámenes después de la temporada de césped revelaron una nueva lesión en el menisco medial derecho. Por tanto, se decidió suturarlo, lo que implica un cierto tiempo de inmovilización; los médicos aprovecharon la oportunidad para tratar también mi cartílago. Sin embargo, la combinación de estas dos intervenciones requiere paciencia y prudencia. Por eso no pude dejar mi apoyo cuando me moví con muletas. Esta operación la iba a tener que hacer de todos modos para mi bienestar a largo plazo. Es una intervención reconstituyente. En este sentido, es más importante que las de 2020 que pretendían aliviarme de un dolor que venía arrastrando desde hace unos años”, explicó Federer, que actualmente figura como número 16 del ranking.
¿Cuáles son los plazos estimados para un potencial regreso a la competencia? “Según los médicos, podré volver a correr tranquilamente en enero y, por lo tanto, regresaré lentamente a un court”, dijo Roger. Y añadió: “Luego, el regreso a un entrenamiento de tenis, así que con pasos seguidos y apoyos complejos, será para marzo o abril. Entonces será necesario reconstruir toda la condición física específica de la complejidad del tenis y la intensidad del altísimo nivel. Hoy, por tanto, considero mi regreso a la competición para el verano (europeo) de 2022. Pero los próximos cuatro o cinco meses serán decisivos y allí lo veremos con mucha más claridad”.
"Por el bien de nuestro deporte, espero sinceramente que podamos verlo jugar al menos en otra ocasión. Por todo lo que ha logrado y creado para el tenis, se merece jugar y merece una despedida adecuada"
Novak Djokovic, en el ATP Finals, en Turín
Antes de avanzar con la entrevista, Federer quiso aclarar que se realizó la última operación “para poder esquiar con mis hijos, jugar al fútbol o al tenis con mis amigos en las próximas décadas. Mi primera motivación fue volver a ponerme en forma para mi vida como hombre. Pero quería abrazar esta exigente rehabilitación con el cuerpo y la mentalidad de un deportista de elite. ¿Habría podido dar tanto de mí mismo en rehabilitación dos o tres años después de mi retiro? No sé. Respecto a mis ambiciones, podríamos resumirlo de la siguiente manera: quiero ir a ver una última vez de lo que soy capaz como tenista profesional. Estoy luchando por ello y estoy muy motivado. Siento el apoyo de mi equipo, de mi familia. Todos deseamos poder despedirme a mi manera y en una cancha de tenis”.
Roger, ganador de 103 títulos, lanzó otro mensaje: “Aunque sé que el final está cerca, quiero intentar jugar algunos partidos importantes más. No será fácil, pero lo intentaremos”. Y amplió, al escuchar la pregunta de su entrevistador sobre las distintas categorías de sus fans: aquellos que no pueden imaginarse a un Federer que juegue sin ganar y los que disfruten de verlo competir sin depender de los resultados. “Yo, que también soy un gran aficionado a los deportes, encuentro que cada deportista tiene que elegir por sí mismo. Es una decisión infinitamente personal. No hay un momento adecuado para irse. Después, ¿qué imagen guardará la gente de mí? ¿Ese último set en Wimbledon en julio pasado [perdió con el polaco Hubert Hurkacz por 6-3, 7-6 (7-4) y 6-0] o mis títulos de Grand Slam y cómo se sintieron al verme jugar? Apuesto a la segunda respuesta. Durante los últimos años me he sentido bastante relajado en este punto. Pero entiendo los sentimientos de los fanáticos (...) Merecen comprender mis estados de ánimo y mis esperanzas. Lo más fácil sería decir: ‘está bien, he dado mucho, he recibido mucho. Paramos todo’. Pero darlo todo para volver una vez más también es mi forma de agradecerles. Se merecen algo mejor que la imagen dejada durante la temporada de césped de este año”.
Federer construyó una muy buena porción de su obra en el césped del All England, donde obtuvo ocho títulos y jugó otras cuatro finales. ¿Es factible verlo en Wimbledon por una última vez? “Si me he embarcado por completo en mi rehabilitación, existe la posibilidad de que regrese. Si hago ejercicios de fortalecimiento, ciclismo, natación, equilibrio, si trabajé la parte superior del cuerpo con muletas, entonces creo en ello. Después, ¿volveré para una pequeña gira o para algo más grande? Nadie lo sabe, ni los médicos ni yo. Pero estoy luchando por ello. Seamos claros: mi vida no se va a derrumbar si no vuelvo a jugar una final de Grand Slam. Pero volver atrás sería el último sueño. Y de hecho, todavía lo creo. Creo en este tipo de milagros. Lo he vivido. La historia del deporte a veces escribe algo. Soy realista: sería un gran milagro. Pero en el deporte, los milagros existen”.