Robó una fortuna de un banco hace más de 50 años y jamás pudieron encontrarlo hasta ahora

Theodore Conrad logró evadir a la justicia durante 52 años hasta que, luego de su muerte, la policía lo encontró y pudo cerrar uno de los casos más misteriosos y de alto perfil de la historia del estado de Ohio

Al momento del episodio Conrad tenía 20 años y había terminado la secundaria tan solo 2 años antes. Había conseguido un trabajo como cajero del banco y tenía un acceso casi ilimitado a las bóvedas: su tarea consistía en empaquetar y entregar efectivo cuando otro cajero u otra sucursal lo pedía. Así fue como el viernes 11 de julio de 1969 Conrad separó para sí 215 mil dólares en una bolsa, lo que representan alrededor de 1,7 millones de dólares en la actualidad si se lo ajusta por inflación, y salió caminando como si nada.

El hecho de que el robo se produjera un viernes por la tarde hizo que contara con una buena ventaja por sobre las fuerzas de seguridad. Debido al fin de semana, no fue hasta el lunes a la mañana que los empleados del banco notaron que faltaba esa cantidad de dinero y avisaran a las autoridades, que cuando se enteraron que uno de los cajeros no se había presentado a trabajar pusieron el foco de la investigación sobre él.

Desde ese día Conrad se las ha arreglado para evadir el radar de la justicia y ha vivido con otra identidad por más de 52 años. Fue recién este mes que el cuerpo de policías de Cleveland descubrió a un hombre llamado Thomas Randele que, en realidad, era Conrad. Randele vivió en Lynnfield, un pueblo del estado de Massachusetts, en un barrio suburbano desde la década de 1970 hasta mayo de este año, cuando murió de un cáncer de pulmón a sus 71 años.

Su identidad fue confirmada luego de que se contrastaran documentos que Conrad había llenado en los 60 con documentos llenados por Randele más adelante, incluido una declaración de quiebra en 2014. El caso fue resuelto por el agente Peter J. Elliot, cuyo padre, John K. Elliot, también había trabajado la investigación y había dedicado gran parte de su vida a hallar el paradero de Conrad. Elliot padre falleció en 2020 a sus 83 años de edad, por lo que no pudo presenciar a su hijo resolviendo el misterio. “Espero que mi padre esté descansando un poco más tranquilo hoy sabiendo que su investigación y su Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos pusieron fin a este misterio de décadas”, dijo Elliott hijo.

Con un nombre falso, Theodore J. Conrad se instaló en Massachusetts, donde trabajó en un concesionario de coches de lujo durante 40 años y disfrutaba viendo programas de televisión sobre el cumplimiento de la ley.
(Servicio de Alguaciles de EE.UU.)
Con un nombre falso, Theodore J. Conrad se instaló en Massachusetts, donde trabajó en un concesionario de coches de lujo durante 40 años y disfrutaba viendo programas de televisión sobre el cumplimiento de la ley. (Servicio de Alguaciles de EE.UU.)

Los registros de la investigación muestran que Conrad había estado pensando en llevar a cabo el crimen durante mucho tiempo, tentado por la supuesta facilidad que esto suponía para él y también influenciado por una película que lo tenía obsesionado: The Thomas Crown Affair (El Caso Thomas Crown). Esta película de Steve McQueen narra la historia de un ejecutivo bancario que logra robar 2,6 millones de dólares y, según los registros de las autoridades, Conrad la vio al menos media docena de veces el año antes de robar el banco. Conrad comenzó a imitar al personaje de McQueen y su estilo de vida de alta gama. “Siempre se consideró a sí mismo como Steve McQueen en esa película”, dijo William O’Donnell, antiguo compañero de clase de Conrad.

Desde que comenzó a obsesionarse con este tema, en reiteradas ocasiones le comentó a sus amigos sus intenciones de llevar adelante el atraco. Hacía énfasis en lo fácil que le sería lograrlo gracias a su nivel de acceso y a su idea de hacerlo un viernes, lo que le daría una ventaja de 2 días por sobre las autoridades. Lo único que tenía que hacer, según le decía a sus amigos y como finalmente acabó haciendo, era poner el dinero en una bolsa y salir caminando por la puerta principal como si nada.

Conrad estaba, al parecer, tan tranquilo que ese mismo viernes almorzó con su mejor amigo antes de cometer el robo y desaparecer para siempre. En este parece no haber nombrado sus intenciones, pero Russel Metcalf, su mejor amigo, no se sorprendió cuando se enteró de lo sucedido. “No tenía ni idea”, dijo Metcalf cuando fue interrogado, “Pero siempre dijo que la seguridad era floja. Dijo que no le sería difícil”.

Una firma en una solicitud universitaria similar a la encontrada en un documento judicial en 2014 fue otra prueba que ayudó a resolver el caso.
(U.S. Marshals)
Una firma en una solicitud universitaria similar a la encontrada en un documento judicial en 2014 fue otra prueba que ayudó a resolver el caso. (U.S. Marshals)

Así fue como Theodore John Conrad desapareció de la faz de la tierra, con Thomas Randele renaciendo de sus cenizas. La información recopilada por la policía muestra que Conrad se mudó a Massachusetts en 1970 y que posteriormente se cambió el nombre y su identidad. Durante estos años se dedicó a dar clases de golf y trabajó en una concesionaria de autos durante casi 40 años.

Allí conoció a su esposa Kathy a principios de la década de 1970 y se casó con ella en 1982. Unos años después tuvieron su primera y única hija. En los últimos años de su vida se enfrentó con problemas financieros, lo que indica que el dinero robado no le alcanzó para vivir el resto de su vida tranquilo, y en 2014 se declaró en bancarrota ante el Estado.

En sus últimos días, cuando el cáncer de pulmón ya le había ganado la batalla y sabía que no le quedaba mucho más tiempo de vida, confesó su verdadera identidad y el crimen que cometió a sus más cercanos allegados.

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