River campeón: la “reinvención” de las reinvenciones, la fórmula de Marcelo Gallardo para superarse incluso a sí mismo
Como nunca antes, el entrenador debió modificar esquemas y nombres por los contratiempos, pero siempre terminó encontrando soluciones para cada problema
El tema fue que, como nunca antes, Gallardo debió “reinventar” el equipo varias veces en un mismo torneo. Vale como ejemplo tomar el once inicial de la primera fecha en el actual Torneo 2021, el que perdió con Colón 2-1 en el Monumental, el día de los 50 centros al área del arquero Ignacio Chicco. River formó 3-4-2-1 con Armani; Maidana, Rojas y Pinola; Vigo, Enzo Fernández, Bruno Zuculini y Angileri; Carrascal y Paradela; Fontana.
En la segunda fecha, goleada ante Unión por 4-0, también en el Monumental, cambió al dibujo 4-1-3-2 con Armani; Montiel, Paulo Díaz, Héctor Martínez y Angileri; Enzo Pérez; Carrascal, Zuculini y De la Cruz; Matías Suárez y Braian Romero.
El equipo de la 1° fecha
Los contratiempos recién estaban arrancando, porque Montiel todavía no había sido transferido a Sevilla, y porque Julián Álvarez, quien iba a terminar siendo la gran figura de la conquista millonaria, iba a tardar varias fechas en empezar a ser titular y determinante con sus goles. En el medio, el Millonario tuvo bajas prolongadas y con interrogantes de cara a sus recuperaciones, como los casos de Matías Suárez y Nicolás De la Cruz (dos futbolistas muy titulares) pero encontró oxígeno con la aparición explosiva de Santiago Simón y un Agustín Palavecino que mostraba cualidades para ser tenido en cuenta con continuidad. Pero cada vez que parecía estabilizarse, un nuevo contratiempo: sufrió la inesperada baja de Felipe Peña, con la rotura de ligamentos cruzados en la rodilla derecha. Una gran solución se transformaba en problema.
El equipo de la 2° fecha
Si se toma como referencia el que salió a jugar ante Racing, por la 22° fecha, se trasparentan las diferencias: Armani; Robert Rojas, Paulo Díaz, Héctor David Martínez y Javier Pinola; Leonardo Ponzio; Santiago Simón, Enzo Fernández y Agustín Palavecino; Julián Alvarez y Braian Romero. El 4-0 fue arrollador en el Monumental, fiel al estilo River, al ADN Gallardo, a una jornada consagratoria.
Julián Álvarez marcó 17 goles en 18 partidos, fue la gran figura del campeón
Contra Boca, en Núñez y tras la expulsión de Marcos Rojo, River se paró 2-1-4-1-2, con Rojas y Paulo Díaz; Enzo Pérez; Casco, Simón, De la Cruz y Angileri; Palavecino; Romero y Alvarez. Fue parecida a la postura inicial con el 4-4-2, pero posicionada de otra manera (y en campo rival) para ejercer presión con el futbolista de más.
Sin embargo, el partido de la “reinvención”, el buque insignia de lo que es capaz de hacer Gallardo desde las variables tácticas y las resoluciones en función de lo que la realidad lo estaba condicionando fue en Junín, ante Sarmiento, por la 9° fecha. Entre los futbolistas seleccionados y las bajas por lesión, ubicó un esquema con tres volantes centrales como zagueros. Felipe Peña, Enzo Pérez y Bruno Zuculini en un 3-5-2. Luego corrigió el sistema y pasó a Enzo Pérez a la zona media para tener un mayor control en la recuperación: fue la noche en la que terminó ganando 2-1 en el último minuto con el gol del abanderado del equipo: Enzo Pérez.
¿Qué puntos tienen en común aquel River de 2014 con el actual? Por empezar, las ganas de ganar. Las ganas de superarse, las ganas de imponerse con protagonismo, pero también desde la inteligencia. En la “final” jugada ante Talleres, en Córdoba, la temprana expulsión de Felipe Peña en el primer tiempo modificó el plan inicial. Y River, con diez, se agrupó atrás y contragolpeó, sorprendiendo a un Cacique Medina que no había planificado el partido con un conjunto millonario que se iba replegar para cerrarle los espacios. Pero hasta en eso Gallardo supo jugar con los “contextos”.
Es cierto que no todos los jugadores rindieron o estuvieron a la altura, pero la mayoría sí. Incluso, futbolistas como Jorge Carrascal o Federico Girotti -que no se ganaron la titularidad-, aportaron desequilibrios en goles para triunfos que le dieron unidades al recorrido.
Lo mejor de la goleada a Racing
La “mentalidad” fue el jugador N° 12 y en el caso de River puede explicarse en cómo ese futbolista que le toca ingresar lo hace pero respondiendo a un rol, a un contexto grupal consolidado desde la idea y los entrenamientos, como Braian Romero ingresando como “8″ ante Talleres. Si un verdadero equipo se sobrepone a todo y logra sostener la identidad más allá de las individualidades, tiene más chances de ser campeón. River debió reinventarse más de una vez y varias fechas antes del final del certamen encontró el premio tan buscado.