Los Hawks de Trae no carburan: de la esperanza a la decepción
A pesar de un buen inicio de temporada, los Hawks se han ido densinflando. Su récord es de 7-9 y son la séptima peor defensa de la competición.
Es cierto que Atlanta no tiene una de las plantillas más potentes ni de la conferencia ni de la liga, pero estos resultados están muy lejos del nivel al que puede llegar el equipo. Hay varios factores que han podido ser la clave del mal comienzo de los de McMillan, entre los que podemos destacar; el difícil calendario, la mala adaptación a las nuevas reglas de arbitraje y la poca capacidad defensiva.
Un calendario complicado
El calendario ha podido perjudicar a los Hawks. Los de Trae Young han tenido la mala suerte de haberse encontrado con franquicias más potentes en los primeros partidos que han jugado. A pesar de haber conseguido victorias contra Dallas y Milwaukee, se vieron las caras con Denver, Utah, Golden State, Phoenix, Brooklyn y Sixers. De los 14 partidos que han jugado, tan solo cinco lo han hecho delante de su afición. Eso sumado a la cantidad de viajes que han encadenado, con derrotas incluidas, puede explicar la falta de motivación en algunos momentos.
Trae Young y la nueva normativa
La nueva normativa arbitral ha sido amada y odiada por diferentes jugadores, entrenadores y aficionados. La mayor permisividad de contacto en el campo es algo que ha afectado mucho a Trae Young, que no termina de adaptarse. La estrella de Atlanta usaba mucho el amagar y tirarse hacia un defensor para sacar la falta, acción que recibió muchas críticas y que fue uno de los grandes cambios de esta temporada, ya que no se pita. Debido a ello, Trae ha pasado de tirar 8,0 tiros libres por partido en la 2019-2020 o 7,7 en la 2020-2021, a tirar 4,9 tiros libres por partido esta temporada. Lejos de intentar adaptarse y modificar su juego, Young ha preferido buscar un enemigo en los árbitros: "No quiero que me multen, pero es frustrante. Hay muchas faltas que no se pitan”.
Ante esta situación, con Atlanta y Trae Young lejos de la regularidad, los nombres de Cam Reddish y Kevin Huerter vuelven a salir a la luz. Los jóvenes aleros son los llamados a tirar del equipo para desahogar a Young, pero tampoco están en su mejor inicio de temporada. Huerter está promediando 8,5 puntos, 3,5 rebotes y 0,2 robos por partido en 23,8 minutos, la pasada campaña 11,9 puntos, 3,3 rebotes y 1,2 robos en 30,8 minutos por partido. Por su parte, Cam Reddish, que ya ha despertado el interés de ejecutivos de la NBA, está promediando 11,4 puntos 2,9 rebotes y 1,1 robos por partido en 22,3 minutos. El problema que tiene Atlanta es que tienen jugadores que necesitan minutos para desarrollarse y crecer, pero también necesitan resultados a corto plazo, y eso significa que los más veteranos también piden minutos. Por ello, no es un panorama imposible para evolucionar, pero si que es más restrictivo que en otras franquicias que apuestan más por los talentos jóvenes.
Una de las peores defensas de la NBA
La defensa también está siendo un problema. Los Hawks son el séptimo peor equipo defensivamente en la NBA, por delante están Lakers, Kings, Rockets, Memphis, Charlotte y Pelicans. A diferencia de las dos últimas, Atlanta tiene plantilla con mejores posibilidades defensivas, pero falta intensidad. Una de las claves puede ser que una de sus referencias defensivas, Clint Capella, no está a su mejor nivel. Está promediando 1,1 tapones y 11,3 rebotes (3,6 ofensivos y 7,7 defensivos) por partido, a diferente de la pasada campaña con 2,0 tapones y 14,3 rebotes (4,7 ofensivos y 9,6 defensivos) por partido. No son malas estadísticas, pero son mejorables. Los Hawks son el sexto equipo que más puntos recibe por partido (110,1).
Desgraciadamente, a los Hawks se le ha juntado todo, pero no hay nada que no tenga solución. El calendario se pondrá más favorable, y si a eso le sumas una mejor adaptación de Young al arbitraje, acompañado por Capella, Reddish y compañía, y una mayor intensidad defensiva, podríamos tener a unos Atlanta Hawks con un nivel capaz de revertir esta situación.