La salud o la patria: la batalla de los clubes contra la cesión a las selecciones de jugadores internacionales lesionados
Los equipos claman por tener que ceder futbolistas a las selecciones cuando aún no se han recuperado
Hace un par de semanas, el director deportivo de la entidad parisina, Leonardo de Araujo, ya puso el grito en el cielo. “Messi pasa más tiempo en Buenos Aires que en París. Va y viene y ahora tiene problemas musculares”, denunció el dirigente brasileño. El domingo, tras intentar que ambos jugadores no viajaran, Leonardo estalló. “No estamos de acuerdo en dejar ir a un jugador que no se encuentra bien o que está en fase de rehabilitación. No tiene ninguna lógica y este tipo de situaciones merecen ser definidas por una normativa de la FIFA”, clamó Leonardo en unas declaraciones al diario parisino Libération. Los jugadores, por su parte, se ven en una encrucijada. Argentina debe enfrentarse a Uruguay en Montevideo y a Brasil en Buenos Aires en partidos de máxima rivalidad y correspondientes a la fase de clasificación para el Mundial 2022. Una renuncia les generaría un aluvión de críticas en su país.
Ante este panorama, los clubes sienten indefensión. La normativa de la FIFA, recogida en el Estatuto del Jugador del organismo mundial, es tajante. “Los clubes están obligados a liberar a sus jugadores inscritos en favor de los equipos representativos del país para el que tienen derecho a jugar debido a su nacionalidad, si la asociación en cuestión convoca al jugador. Se prohíbe cualquier acuerdo divergente entre un jugador y un club”, recoge el punto tres del citado estatuto.
Y en el punto cuatro del anexo, en el caso de jugadores lesionados, dice: “Un jugador que, debido a lesión o enfermedad, no pueda asistir a una convocatoria de la asociación del país cuya nacionalidad ostenta, deberá, si esta asociación lo solicita, someterse a un examen médico realizado por un médico designado por la asociación. Si el jugador así lo desea, dicho examen médico se hará en el territorio de la asociación donde está inscrito”. Si un club no cede a un jugador, este no podrá ser alineado por el mismo periodo que dura la ventana internacional. “La norma de la revisión médica para certificar la lesión está hecha para que los clubes y los jugadores no incurran en la picaresca cuando los partidos de las selecciones no son trascendentes”, dice Rafael Ramos, presidente de la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol. Por este motivo, durante un tiempo, era habitual ver a internacionales españoles que arrastraban lesiones musculares acudir a la concentración de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas pasar una revisión y regresar a sus domicilios.
Bale, ida y vuelta
Los clubes, tanto a través de la Asociación Europea de Clubes (ECA), como la de las Ligas Europeas llevan tiempo batallando para intentar llegar a un acuerdo con la FIFA sobre casos como el de Messi o Leandro Paredes. O como el que también se ha dado en el Real Madrid con Gareth Bale. El galés se lesionó en una rodilla el 8 de septiembre en un partido de su selección ante Letonia y desde entonces no ha jugado para su club, pero ha vuelto a ser convocado para esta ventana de partidos internacionales. “Se va a Gales con el equipo nacional, que va a evaluar si juega o no. Lo importante es que Bale está bien, tiene el alta, pero ni Gales ni el jugador van a tomar riesgos si no se encuentra bien”, se resignó Carlo Ancelotti el pasado viernes.
Luis Enrique también tenía previsto dosificar a Ansu Fati antes de que se lesionara en Vigo. “No correremos riesgos, su caso es especial”, advirtió el seleccionador español, consciente de que una lesión de su jugador en un partido con la selección hubiera levantado mucha polvareda tras la exigencia a la que fue sometido Pedri al acudir a los Juegos tras disputar la Eurocopa y todas las competiciones con su club. El interior canario, lesionado, paga ahora las consecuencias de una temporada tan sobrecargada.
“Estamos atados de pies y manos y no es justo porque nosotros somos los que pagamos a los jugadores y nos jugamos mucho dinero. Tenemos que buscar una solución con la FIFA, por lo menos para cuando los jugadores están lesionados o se están recuperando. Un día nos vamos a plantar”, advierte el presidente de un club español.
Brais Méndez por Yeremi Pino, tercer cambio
Los internacionales españoles asistieron en la noche de este lunes a la presentación del documental “La fuerza del grupo”, que recoge las vivencias de la selección durante la pasada Eurocopa, en la que alcanzó las semifinales. La crónica se centra, en parte, en las dificultades que tuvieron que pasar Luis Enrique y el grupo desde el primer día de concentración. La no convocatoria de Sergio Ramos y las críticas por la no presencia, primera vez desde el Mundial de 1950, de un jugador del Madrid en una gran competición de selecciones; el positivo de Busquets; los entrenamientos por grupos y las dos burbujas de jugadores y las fuertes críticas tras los empates ante Suecia y Polonia. Sobre esos percances se alimentó la fortaleza del grupo que tanto destacó Luis Enrique.
Ante los dos partidos decisivos para la clasificación del Mundial, ante Grecia, el jueves en Atenas, y contra Suecia, tras días más tarde en Sevilla, el seleccionador español vuelve a encontrarse en dificultades ante las numerosas bajas que acumula. La última, la de Yeremy Pino, que se lesionó el domingo, y al que ha reemplazado Brais Méndez. El sábado cayeron Ansu Fati y Eric García, sustituidos por Raúl de Tomás y Diego Llorente. Luis Enrique dijo el viernes que viviría los partidos del fin de semana con “cierta angustia” y sus presagios se cumplieron. Antes de dar la lista, ya contaba con las ausencias de cinco habituales (Pedri, Oyarzabal, Ferran Torres, Gerard Moreno y Marcos Llorente) en sus últimas convocatorias. Ayer, dirigió el primer entrenamiento al que faltó Mikel Merino, sometido a una resonancia para determinar si sufre un esguince de rodilla. Las dificultades no cesan.