La razón por la que el turismo se desploma en el Reino Unido

El Brexit y el coronavirus, además de otros factores derivados de ellos, han provocado que los turistas prefieran viajar a otros países europeos.

José A. Chozas
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Reino Unido se encuentra en una situación delicada en la actualidad. Con escasez de combustible, de alimentos, el segundo número más alto de casos de COVID-19 en el mundo y un gobierno que ha votado verter aguas residuales sin tratar en sus costas, lo normal es que el turismo haya caído considerablemente en los últimos años.

Según la Oficina Nacional de Turismo británica, los pronósticos presagian que el número de turistas que hayan visitado Reino Unido cuando termine el año serán menores, incluso, que los de 2020, cuando había fuertes restricciones para entrar. La caída de 2019, cuando hubo 40,9 millones de visitantes, a 2020, con solo 11,1 millones, fue drástica (73%). Pero 2021 ha sido peor aún, con una previsión de 7,4 millones de turistas, un 82% menos que hace dos años.

El turismo ha sido uno de los sectores que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia, no solo en Reino Unido, sino en todo el mundo. Sin embargo, no parece recuperarse como en el resto de países cercanos, que a medida que han suavizado las restricciones han ido recuperando este sector.

Países como Francia, cuyo crecimiento entre 2020 y 2021 ha sido del 34,9%; Grecia o España, con niveles cercanos a los que había en 2019 (este año ha habido un 86% y 64%, respectivamente, del número de turistas que hubo en ese año, según datos de FordwardKeys), muestran datos mucho más esperanzadores que los del Reino Unido. Pero, ¿cuáles son los motivos?

Los expertos en el sector turístico achacan esta caída de visitantes a varios factores, que en su conjunto forman una 'tormenta perfecta': las tasas de Covid-19 disparadas; las estrictas reglas de viaje; los efectos del Brexit, que ya comienzan a sentirse; y una escasa inversión gubernamental en un plan de recuperación del turismo. Así lo asegura Tom Jenkins, director ejecutivo de la Asociación Europea de Turismo (ETOA): "Los problemas que enfrenta el Reino Unido son múltiples, y no solo tienen que ver con el COVID".

La COVID-19 causa estragos

Primero, por supuesto, está la pandemia. Aunque Inglaterra fue el primer país de Europa en iniciar su programa de vacunación, en los últimos meses se han estancado. Algo menos del 69% de los británicos se han vacunado, según la Universidad Johns Hopkins. Portugal o España, por ejemplo, se acercan al 90%. La relajación de las normas (en Reino Unido no es obligatorio el uso de mascarilla ni siquiera en interiores) causa desconfianza en los turistas. "La seguridad es la principal preocupación de los visitantes chinos; somos más sensibles y más cuidadosos que otros países", dice Marcus Lee, director ejecutivo de China Travel Online.

En los últimos meses, los casos de coronavirus se han disparado más que en la mayoría de países europeos. Por ello, países como China, que actualmente prohíbe salir del país de viaje, no viajarán a Reino Unido cuando puedan salir. "Extraño mucho Inglaterra, pero (su situación) suena un poco aterradora. Los italianos nos vimos muy afectados al principio y por ello somos un poco más cautelosos", explica a CNN el italiano Fabio Bergonzini, que visitaba el país con regularidad y no ha vuelto desde el inicio de la pandemia. "La percepción general es que allí no consideran el Covid-19 como un problema", afirma.

Marcus Lee coincide con esta visión. "En China usamos mascarillas, no nos sentiríamos seguros al ver que nadie la usa allí. No querríamos ni coger el metro", asegura. Escocia, Gales e Irlanda del Norte, países que también integran Reino Unido, tienen reglas diferentes a las inglesas, pero se están viendo afectados por las de sus vecinos en cuanto al turismo.

El Brexit, un agravante

El Brexit ya preocupaba a la industria turística del Reino Unido antes de la pandemia. Los europeos son el segundo mercado más valioso para el turismo británico, después del estadounidense, y la salida de la Unión Europea ha añadido muchas dificultades. Por ejemplo, desde el 1 de octubre ya no se puede entrar al Reino Unido con el documento de identidad nacional, sino que se necesita el pasaporte, un documento que tres cuartas partes de los europeos no tienen.

"Para una familia de cuatro personas, las implicaciones logísticas y de gastos de viajar al Reino Unido se vuelven realmente prohibitivas. También afecta a los viajes escolares: si algunos niños no tienen pasaportes europeos, antes habrían usado tarjetas de identificación, pero ahora necesitarían una visa. Significa que las escuelas tendrán que excluir a los niños por motivos de origen étnico, o no se molestarán en venir al Reino Unido y veremos una disminución genuina de visitantes", explica Tom Jenkins.

Además, las compras ya no están libres de impuestos para los europeos, siendo el único país en Europa que no lo permite ni a países de la UE ni de fuera. Esto tendrá un efecto muy negativo en turistas de un nivel alto de poder adquisitivo procedentes de China y Oriente Medio. "Es como poner un gran cartel diciéndole a la gente que vayan a París o Milán y hagan sus compras allí", asegura Kurt Janson, director de la Alianza de Turismo de Reino Unido. "Básicamente, los productos tendrán un precio menos competitivo, por lo que los (turistas) chinos irán probablemente a otro lugar", coincide Marcus Lee.

La escasez de suministros asusta

Quizá por el Covid-19, o quizá por el Brexit, la economía de servicios del Reino Unido se ha visto más afectada este año que otros países europeos. "Están circulando informaciones sobre la escasez de combustible, de alimentos y problemas con el personal de los hoteles. Ninguna de ellas hace que sea (Reino Unido) un destino en el que a alguien le gustaría pasar sus vacaciones", asegura Jenkins.

En octubre se produjo una escasez de combustible en todo el país, en parte debido a la falta de conductores de camiones, ya que la mayoría abandonó el país tras el Brexit. Esto también afectó a la escasez de alimentos. George Eustice, ministro del Gobierno británico, advirtió a la población de que en Navidad cenarán "con pavo siempre que haya suficiente capacidad para vehículos pesados".

Restricciones confusas e incertidumbre

Desde el 1 de noviembre, el sistema de 'semáforos' se anuló y todos los países fueron eliminados de la 'lista roja' de cuarentena hotelera. Por ello, las restricciones de entrada al país son más suaves ahora que en la mayoría, aunque son más estrictas para extranjeros que para ciudadanos británicos.

Por ejemplo, si un pasajero de un avión da positivo, los pasajeros extranjeros que compartían avión con él deben guardar cuarentena aunque estén vacunados, mientras que los británicos no. Los niños extranjeros, además, deben ponerse en cuarentena obligatoriamente, aunque sus padres no deban hacerlo ni aunque den negativo a su llegada.

"El factor principal para cualquiera (que elija un destino de vacaciones) es: '¿Va a ser peligroso? ¿Cuáles son las posibilidades de que mis vacaciones se arruinen? ¿Hay barreras de entrada, como la cuarentena de diez días?'", dice Janson. "El Reino Unido necesita una campaña de márketing decente", asegura.

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