IRLANDA DEL NORTE 0 - ITALIA 0 / Italia vuelve a los infiernos

La Azzurra, campeona de Europa, no pasó del 0-0 en Irlanda del Norte y la goleada de Suiza ante Bulgaria le obliga a pasar por la repesca, como en 2017.

Mirko Calemme
As
Del cielo de Wembley al desastre de Belfast. En la misma ciudad en la que perdió el Mundial de 1958, Italia vive otra página negra de su historia. La alegría de julio parece un recuerdo lejano: la campeona de Europa, para clasificarse a la cita de Qatar, tendrá que pasar por la repesca, la misma pesadilla que llevó al apocalipsis de 2017. Suiza, como era de esperar, goleó a Bulgaria (4-0), mientras que la Nazionale no supo meterle ni un gol a Irlanda del Norte. Visto lo visto, con una sola victoria en los últimos cinco partidos, fue un desenlace muy justo, más allá de los dos penaltis fallados por Jorginho.


Mancini le había pedido a sus chicos jugar sin agobios, pero fue claro desde el principio que no le hicieron caso. La Azzurra se quedó con el balón durante la primera parte, pero solo llegó a asustar a Peacock-Farrell en el 9', cuando Di Lorenzo, recibiendo un gran pase largo de Jorginho, desperdició el mano a mano con el meta rival.

Los de Baraclough, que en estas clasificaciones nunca perdieron ni encajaron goles en casa, se confirmaron como un equipo ordenado, capaz de cerrar perfectamente y sin dejar ningún hueco.

El seleccionador italiano había decidido salir de inicio sin delantero centro, dejando a Belotti y Scamacca en el banquillo y apostando por Berardi, Insigne y Chiesa. Una idea que nunca convenció y que siguió sin funcionar también en la reanudación, cuando los azzurri intentaron subir el ritmo.

Tras un paradón de Donnarumma, que aplazó el desastre ante Saville, Italia tuvo más oportunidades y Chiesa fue el que llegó más cerca del 0-1, con una rosca desde el corazón del área que rozó el poste. Mientras, empezaban a llegar malas noticias desde Suiza. Un gol, luego otro, el tercero anulado y el bueno, el cuarto… Los suizos marcaban e Italia se encogió cada vez más asustada, hasta desaparecer. Mancini pagó las ausencias (muchas) y la falta de un delantero centro de confianza, aunque esperó demasiado, quizás, para utilizar a los que tenía en el banquillo. “Al Mundial iremos y puede que lo ganemos”, dijo el técnico tras el partido. A Italia, de momento, solo le queda su optimismo. Ahora le toca sufrir hasta marzo.

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