El problema de los pozos de agua en Quillacollo

Cochabamba, los Tiempos 
Se estima que, cerca de tres centenares de pozos, sirven de agua diaria, al área urbana de Quillacollo, eludiendo tratamientos y regulaciones. La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario Quillacollo (Emapaq), en un expreso informe de hace algunos días, precisó que esta empresa, creada hace 18 años, atiende al 24% de las instalaciones domiciliarias, es decir, 8.073 de las 28.499 viviendas de la mancha urbana.

Más del 70% de las conexiones, están bajo la tuición de las Organizaciones Territoriales de Base (juntas vecinales). Los restantes son aprovisionadas por casi media docena de empresas “aguateras”, y de aguas superficiales, principalmente, en áreas rurales.

A ellas, se suman desafiantes, los innumerables pozos familiares, de las industrias y/o empresas, que prescinden de toda norma.

En este contexto, la dirigencia vecinal procura las perforaciones, habilitan las conexiones, regentan las mismas, imponen tarifas, y casi todas, excluidas de tratamientos microbiológicos, sin embargo, enfatizan su entusiasmo en los costos de afiliación y la administración de los pozos.

Consultas hechas a los vecinos revelaron: las inscripciones, fluctúan entre 500 y un mil dólares, mientras el sistema municipal, exige Bs 272.oo.

En cuanto a la administración, existen infinidad de modalidades, que los mismos vecinos las determinan, como: las tarifas del consumo, cobradas según el registro del medidor, entre Bs 1.5 y 2.oo el m3. Mientras, el sistema municipal, lo hace con un canon fijo mensual de Bs. 10.oo., y desdeña los tradicionales medidores.

La regencia vecinal, aplica multas y sanciones por incumplimientos a sus mandantes. Casi en todas las OTBs, se exigen también cobros adicionales, para la renovación de tuberías, reparación y/o adquisición de una nueva bomba y lógicamente, el servicio técnico eventual.

El presidente del Control Social, Oscar Pairumani al referirse al tema, puntualizó: “es un tema muy delicado”.

Consecuencia de todo ello, el poder vecinal expresa su contundencia en la gestión de este “recurso estratégico”, obviamente, con indicios de impunidad.

En este proceso de suministro, casi todas relegan la depuración de sus aguas. Como es de suponer, al fluido por tubería se adhieren, como es lógico, una variedad microorganismos, que concluyen el los grifos familiares. Al respecto, la Alcaldía dispone de dos reparticiones de análisis químicos, dependientes también de dos instancias, y sin relación entre ellos. Ambas carecen de información actual de Quillacollo, pero admitieron poseer “alguna” información, considerada confidencial, condición que requiere autorización previa superior.

De los 35 pozos que los administra EMAPAQ, en el informe citado, precisó “7 de ellos, reciben dosificación con pastillas de Tricloro”, y también según ellos, éstos evitarían, daños a la salud.

Juan E. Cabrera de la Universidad Privada de Bolivia, a través de la “Fragmentación urbana por medio de redes de agua”. 2018: En términos de calidad de agua en Quillacollo, ni los OLPES (Operadores Locales de Pequeña Escala), ni el operador público han logrado la potabilización del recurso. El tratamiento más frecuente consiste en que los OLPES vierten cloro al torrente, minimizando su contaminación, mientras que el operador público de la jurisdicción estudiada no logró implementar plantas de tratamiento y hoy otorga agua sin tratamiento a sus consumidores”

Mientras, la directora del Hospital “Benigno Sánchez”, Patricia Choque, sentenció: “ningún paciente admitido aquí, acusó de sus males, al agua consumida”.

A su turno, el “Informe de Sistema de gestión sostenible del agua para la ciudad de Quillacollo” de Éricka Gutiérrez Ayala, de la Universidad de Alicante (España) 2020, enfatizó: “el Plan Maestro de Agua Potable y Alcantarillado de Quillacollo (PMAPA), creado para … la construcción de un sistema integral de alcantarillado sanitario en reemplazo del viejo sistema.... la instalación de nuevas redes se empezó, pero no se finalizó y aún está paralizada, solo funciona la red antigua. Bajo las calles de Quillacollo se puede encontrar tres redes superpuestas de agua: EMAPAQ, PMAPA y vecinales”.    

El municipio de Quillacollo, prácticamente esta “acribillada” de pozos de agua, sin “coraza” sanitaria, sin apropiada regulación de consumo, los grifos manipulados “con plena autonomía” por los dirigentes vecinales, quienes manejan fluidamente un caudal económico, muy potable, y con destinos poco cristalinos.

Testimonios

  • Un “pocero”, que prefirió no identificarse, señaló que en Quillacollo, existe por lo menos cuatro empresas estables y otros como la suya, tienen maquinaria artesanal. “Las perforaciones para OTBs, son de 6 pulgadas de diámetro y a 120 metros de profundidad, cuyo costo fluctúa de 110 y 120 dólares el metro lineal”. Hay demanda, pero también dificultades para los permisos. Las OTBs, tienen “paso libre”, dijo.
  • Segundina Ortega Acebey, de la OTB Catavi, ubicado al noreste de Quillacollo: “somos 110 socios, con un pozo y el acceso a la misma es de $us 500. el pago mensual es de Bs 1.oo por M3. Se cerró un pozo privado”.
  • Willy Rojas Cortez, del “casco viejo”, cuenta con una conexión municipal, y también con un propio pozo, asumió la perforación, por el escaso flujo del acuífero municipal.
  •  Estefanía Lazarte Escobar, de la OTB Siglo XX, ubicado en el sur de ese municipio, puntualizó: “Inscritos en la OTB somos 84, tenemos un pozo y, para ser socio se paga $us 1.000”

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