El curioso caso Lisandro López: siempre rinde, pero para Boca es la cuarta opción en la defensa
El zaguero quedó relegado en la consideración del DT de turno, por detrás de la dupla titular Izquierdoz-Rojo, y del peruano Zambrano, primera alternativa de cambio
Desde hace más de un año, el exzaguero de Arsenal es la cuarta opción del cuerpo técnico. Antes liderado por Miguel Ángel Russo, ahora con Sebastián Battaglia al frente.
Los paladares futbolísticos de ambos entrenadores ponderan como zaga titular a la conformada por Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo. El buen nivel de ambos blinda esa decisión.
El asunto pasa a la hora de buscar opciones ante la ausencia de uno de ellos, sea por lesión o suspensión. Allí, el primero que salta a la cancha es Carlos Zambrano. Y es entonces cuando las comparaciones entre uno y otro hacen tambalear cualquier fundamento.
La suma de los hechos “desgarro de Rojo + citación al seleccionado de Perú de Zambrano” le abrieron la puerta a la titularidad a Lisandro López. Ante Aldosivi volvió a ser titular después de un mes.
La actuación del defensor en suelo marplatense fue otra vez muy buena. Según datos del sitio de estadísticas Sofascore, el santafesino jugó un partido de 7.8 puntos. Tocó 71 balones y tuvo un 87% de precisión en sus pases, uno de ellos denominado “clave”, ya que esa jugada terminó en gol. Pero además de su rol defensivo, tuvo mucha presencia en el área contraria.
Su mapa de calor expone eso con claridad. Incluso, tuvo tres remates al arco contrario: uno contenido por el arquero Devecchi y dos, desviados.
No es algo aislado. De los cuatro habituales centrales, Lisandro López es el que mejor promedio de gol tiene. En 73 partidos marcó 9 goles (0.12), contra los 0.06 de Zambrano (2 goles en 32 encuentros), los 0.05 de Izquierdoz (6 en 123) y los 0.04 de Rojo (1 en 26).
Sin embargo, cuando vuelvan los lesionados y los convocados a sus respectivas selecciones, todo hace suponer que volverá a su lugar de cuarta alternativa.
Todo cambió desde la llegada de Zambrano, a comienzos de 2020. El “refuerzo de jerarquía” que anunció en su presentación Jorge Bermúdez astilló la habitual presencia de López en la zona defensiva del equipo.
Desde entonces, el peruano lleva disputados 32 partidos (31 de titular) y marcó dos goles. López, en cambio, jugó anoche su partido número 37 en este lapso. Fueron 34 como titular. Marcó cuatro goles.
Los números evidencian la constante competencia entre ambos por un lugar en el equipo. Sin embargo, lo que no se ve en la letra chica es la labor de cada uno en lo individual y en lo que hace a su trabajo en equipo.
Desde que llegó a Boca Zambrano tuvo responsabilidad directa en 13 de los 20 goles que recibió el equipo en los primeros 24 partidos que él disputó.
Uno de sus fallos más groseros fue contra Banfield, en la final de la Copa Maradona. El partido estaba casi ganado por el golazo de Cardona, pero la última pelota cayó en el hombre marcado por el peruano. Luciano Lollo tampoco precisó de un salto y sí algo de fuerza en el choque de cuerpos para sostener la desesperada reacción del zaguero por sacar la pelota. Pero al defensor del Taladro le alcanzó con peinarla y depositarla en el segundo palo para forzar los penales, donde el xeneize festejó su estrella N°70.
Apenas unas semanas antes, el 2 de enero, fue responsable del empate de River: más preocupado por agarrarle la camiseta a Federico Girotti que por ganarle la posición, Zambrano se terminó cayendo y el juvenil riverplatense no tuvo más que orientar el centro recibido a su cabeza para emparejar el trámite, pese a quedar de rodillas por el penal que le estaba cometiendo el defensor.
Dos meses después, en el Superclásico de marzo que terminó 1 a 1, el peruano se fue expulsado dos minutos después de que el Millonario empatara.
Además, el zaguero de 31 años falló en el primer tanto de Gimnasia (2 a 2 en febrero) y en el segundo gol que convirtió Lanús, en la Bombonera, durante la etapa inicial de la Copa Diego Maradona: también a los 44 minutos, Zambrano tenía ganada la carrera para rechazar la pelota que había llegado a su espalda, pero calculó mal el pique, se terminó trastabillando y Nicolás Orsini aprovechó toda esa ventaja para anotar su doblete de aquella tarde, que le dio el triunfo al Granate por 2 a 1.
Sobran ejemplos. Ante Independiente, en la Zona Campeonato de la Copa Maradona, Silvio Romero le sacó jugo a la desatención del peruano ante el gran centro de Bustos. Le ganó la espalda y metió el frentazo exitoso en el área chica. Esa noche, la asistencia y el gol de Edwin Cardona lo terminaron salvando (2-1).
Por el contrario, la zaga López-Izquierdoz es una de las más firmes del equipo azul y oro en la última década. De los 48 partidos en los que ellos dos estuvieron codo a codo en el medio de la defensa xeneize, Boca logró mantener su valla invicta en 30.
Existen versiones que vinculan el hecho de que Lisandro López haya quedado relegado en la lucha por la titularidad porque su representante, Gustavo Goñi, presionó a través de los medios para forzar su salida, a los efectos de que el jugador tenga más continuidad en otro club. Otros, con más malicia, relacionan su suplencia con su romance con Micaela, la hija mayor de Marcelo Tinelli, persona no grata en Brandsen 805. Desde el club de la Ribera le niegan a este diario ambas asociaciones libres.
Mientras tanto, la propia gente de Boca dio su veredicto y evidenció su favoritismo. Hace días, en la semifinal del miércoles pasado con Argentinos por la Copa Argentina, despidió con indiferencia al peruano y aplaudió con ganas el ingreso de López, a los 34 minutos del complemento.
Con el perfil bajo que lo caracteriza, Lisandro López aprovecha cada una de las oportunidades que se le presentan en Boca. Consciente de que Izquierdoz y Rojo son los titulares, pero con la expectativa de, a fuerza de mejores actuaciones, ganarle la pulseada a Zambrano en la lucha por ser ese “tercer hombre” en la zaga central xeneize.