Marcó Kai Havertz, que puso al líder de la Premier League por delante, aunque Matej Vydra se
encargó de confirmar el reparto de puntos a diez minutos para el final.
Un balón servido en bandeja al que el alemán añadió las
especias. Delicioso. Necesitó más de media hora el equipo londinense
para abrir el marcador, aunque gozó de ocasiones suficientes para
hacerlo antes. Superó así el entramado de un Burnley que esperó atrás en
Stamford Bridge, cerca de su meta para cerrar espacios y tratar de
ahogar al Chelsea. Sin éxito. El marcador en contra obligó a los de
Lancashire a estirarse para pisar el área de Edouard Mendy en la segunda
mitad. Tuvo un partido tranquilo el meta francés, al igual que sus
compañeros, que aprovecharon los espacios generados moviendo el esférico
por el césped para hacer correr a su rival. Cómodos, vieron el tiempo
pasar. Sin estrés ni agobios, ni susto alguno… hasta última hora. No
remató el Chelsea a su oponente y lo pagó caro. Seguía vivo el Burnley,
solo un gol por abajo. Sin hacer mucho ruido. Escondido. Esperando la
oportunidad de castigar a su rival. Y lo hizo.
Matej
Vydra se lanzó en el área pequeña en el minuto 79 para conectar con el
balón enviado por Jay Rodríguez e igualar el encuentro. A
Thomas Tuchel le entraron entonces las prisas y metió a Mason Mount y a
Christian Pulisic. Demasiado tarde. Insistieron los azulones, pero Nick
Pope ya había echado el candado a su portería. El Chelsea ve su ventaja
al frente de la clasificación reducida tras la victoria del Manchester
City en el derbi del sábado. Podría ser aún más corta si el Liverpool
gana su partido del domingo ante el West Ham, que con una victoria
igualaría a los mancunianos y superaría a los liverpudlianos.