Con un gol de Pratto, el equipo de Liniers ganó con autoridad y fue una fiesta
El conjunto que dirige Pellegrino se impuso con el entusiasmo del final, con tantos de Gianetti y el goleador, que volvió a sentirse importante
El encuentro tuvo un prólogo emotivo. A casi un año de la muerte de Diego Maradona, el homenaje en el estadio de Vélez tuvo un gesto noble, grupal. Los jugadores del equipo local se formaron para crear el 1. Los de Argentinos, para armar el 0. Desde las alturas, se vio con claridad el 10 imaginario, mientras los hinchas aplaudieron, con respeto, todos de pie.
Parece mentira: hace 12 meses que Pelusa partió al infinito. Y el fútbol local, más allá de los contratiempos, de los despistes, de la desorganización y la pierna fuerte, se hace un espacio, un tiempo, para recordar su memoria.
Más tarde, hubo un partido. Una suerte de clásico: no suelen tener simpatías los fanáticos de Vélez y Argentinos. Intenso, atractivo, con propuestas audaces, pero sin pimienta en el área rival: así transcurrió el primer capítulo.
El 1-0 de Vélez
Orellano y Almada, dos velocistas con gambeta y explosión, surgieron de a ratos. Vélez los precisa: con ellos, el juego es mucho mejor. Pero sus buenas intenciones, su lucidez en los metros finales, chocaron con sus propias limitaciones. Una bien, una mal.
Florentín y Carabajal representan la fantasía. Argentinos los precisa: con ellos, el juego es mucho mejor. Sin embargo, se involucraron por momentos, la imaginación dispuso de momentos esporádicos. Saben con la pelota, son inteligentes, entienden el arte de manejar los tiempos. Pero se diluyen casi sin darse cuenta.
Hubo peligro en las áreas, pero limitado, previsible. Vélez es mucho más de lo que demuestra y Argentinos está lejos de su mejor versión. Ni Janson, ni Tarragona, en la frontera local, tuvieron ocasiones claras de riesgo serias, en continuado. Ni Abalos, ni Reniero, en el campo visitante, dispusieron de remates francos, claros. El encuentro era un aprobado, aunque sin una nota sobresaliente, holgada.
La expulsión de Torrén le hizo un lugar a Pratto, que a los 33 años, busca su mejor versión en Vélez, en donde supo brillar, antes de los exitosos días en River. Faltaban 10 minutos, Vélez atacó con mayor decisión, hasta que se presentó el cabezazo de Gianetti, luego de un pase sensacional de Mancuello. El experimentado volante es uno de los imprescindibles. El defensor tiene dos goles en Vélez: el anterior, también se lo convirtió al conjunto de la Paternal.
La frutilla del postre: gol de Pratto
Y en el tiempo de descuento, Pratto selló el 2-0, luego de una fantástica jugada colectiva, de Orellano a Lucero. En noviembre de 2014 había sido su último tanto en Liniers. Volvió el Oso, volvió al gol. Vélez, al final, fue una fiesta. La Libertadores lo espera con los brazos abiertos.